Por: Danilo Arboleda
En este mundo moderno, agitado, diverso y frenético, en donde el ambiente se torna volátil, incierto, complejo y ambiguo, surge la expresión mágica que la juventud cree, será la solución a todos los males del universo y es la “inteligencia artificial”. Pareciera ser este el punto de inicio a la revolución de las inteligencias.
Desde luego, no podemos dejar de lado las inteligencias que van ligadas al hombre, la inteligencia emocional, inteligencia presente en lo que podría llamarse la inteligencia del corazón, donde habita la fortaleza para reconocer sentimientos propios y ajenos, relacionarse con ética conductual, estimularse para una vida llena de afirmaciones positivas e intensas.
Es fundamental la potencia del corazón para atesorar conciencia reflexiva y capacidad para gestionar emociones fuera de una lógica belicista, del instinto de propiedad, del miedo.
Fortaleza para buscar la felicidad que germina del amor, del encanto de relacionarse con otros, con nosotros mismos, con la naturaleza, desde la armonía y la serenidad.
Fortaleza para vivir con intensidad, lo cual es opuesto a la excitación que hastía y desemboca en depresión o violencia.
Fortaleza para la libertad de reconocer al otro diverso, respetar la alteridad, crear lazos de confianza y hermandad; pasar de la resistencia violenta y destructiva a la resistencia creativa.
Fortaleza para darnos prisa en comprender con indulgencia que todos compartimos el mismo punto de llegada y evolucionar supone inestabilidad, desconcierto, oscuridad hacia nuevos comienzos o modos superiores de vivir con acciones que den calidad de amor.
En la técnica Xieyi se plasma en una pintura un bambú que parece buscar cobijo en un muro y está cubierto por nieve. Las hojas reflejan algo de luz, a la espera de mejores tiempos.
El bambú es símbolo de fortaleza y serenidad. Es uno de los temas de la pintura china más inspiradores sobre la ascética y el afecto. Quizá, nos aporte precisión a modos de ser de la inteligencia del corazón.
El bambú crece recto, vigoroso, de dentro hacia afuera. Es resistente, y flexible cuando lo azotan los vientos y las tempestades, si es podado, tiene la gran capacidad para regenerarse, se constituye como la familia botánica más extensa e importante para el hombre, con miles de usos y aplicaciones descritos en diferentes culturas. Son el único grupo de gramíneas adaptado para crear bosques y demuestran una enorme adaptabilidad a diferentes suelos y ambientes.
Los bambúes son las plantas de más rápido crecimiento del planeta, variedades como la Guadua, pueden llegar a 25 cm al día en la etapa de crecimiento, pero hay registros de otras especies con más de 1 metro por día.
Los invito a tomar como ejemplo esta maravillosa especie, a leer de sus cualidades y características y aplicarlas a nuestro crecimiento espiritual diario, Jesucristo ha resucitado, en verdad ha resucitado. ¡Palabra de Espartano!
