El Huila se suma al acto de memoria histórica que busca justicia para las víctimas de ‘falsos positivos’. La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) reveló los nombres de 1.934 personas asesinadas y presentadas como bajas en combate, entre las que figuran decenas de huilenses. Este paso reivindica su recuerdo y exige que estas atrocidades no se repitan.
DIARIO DEL HUILA, HUILA
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) reveló un nuevo capítulo en la búsqueda de verdad, justicia y reparación en Colombia al publicar los nombres de 1.934 víctimas de ‘falsos positivos’, homicidios presentados como bajas en combate entre 2002 y 2008. En esta lista figuran personas asesinadas en varias regiones del país, incluyendo al departamento del Huila, una de las zonas priorizadas por la sistematicidad y gravedad de estos crímenes.
El Huila, con su historia de conflicto armado y fuerte presencia militar, se encuentra entre los departamentos donde se documentaron casos de ejecuciones extrajudiciales. Según el subcaso Huila de la JEP, víctimas como Alba Luz Mejía Álvarez, Daniel Alvarado Rivera y Michell Dayana Alvarado Mejía, entre otros, forman parte de este universo provisional de 6.402 nombres, de los cuales 1.934 ya han sido publicados.
Estas personas, muchas de ellas jóvenes, fueron engañadas, desaparecidas y asesinadas para ser presentadas como guerrilleros muertos en combate, un patrón criminal que busca ser esclarecido por el macrocaso 03 de la JEP. La publicación de estos nombres busca reivindicar su memoria y exigir garantías de no repetición.
Un acto para la memoria y la verdad
El evento de publicación, realizado en un acto simbólico, estuvo acompañado por las Madres de los Falsos Positivos de Soacha (Mafapo) y familiares de las víctimas. A través de expresiones artísticas y testimonios, se honró a quienes perdieron la vida y se envió un mensaje de resistencia y búsqueda de justicia.
«Bastaría un solo nombre para deplorar lo que pasó. Usar las armas del Estado contra ciudadanos inocentes es ilegal e inmoral», señaló Alejandro Ramelli, presidente de la JEP, en un discurso que marcó el tono de la jornada.
Las botas de caucho, símbolo de los ‘falsos positivos’, fueron utilizadas en una obra artística que reflejaba el dolor y la lucha de las familias, quienes claman por justicia y reparación.
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La lucha por la verdad en el Huila
El departamento del Huila no ha estado exento de los estragos del conflicto armado. Las ejecuciones extrajudiciales cometidas en su territorio reflejan no solo la sistematicidad de este patrón criminal, sino también la necesidad de que las víctimas sean reconocidas y sus historias contadas.
«El Huila es testigo de una herida abierta que no podemos ignorar. La publicación de estos nombres es un primer paso, pero falta mucho para alcanzar la justicia plena», expresó un representante de una organización local de derechos humanos.
Además de las víctimas ya identificadas, se espera que nuevas revelaciones permitan completar el panorama de las atrocidades ocurridas en la región, lo que podría salpicar a más responsables y exponer la dimensión de estos crímenes.
Responsables y un camino hacia la justicia
Por estos hechos, la JEP ha imputado a 106 máximos responsables, de los cuales 85 han reconocido su culpabilidad, algunos enfrentándose cara a cara con los familiares de las víctimas. Esta admisión de responsabilidad es un paso crucial, pero insuficiente para muchas de las familias, que exigen sanciones ejemplares y garantías de no repetición.
En el caso del Huila, los ojos están puestos sobre los procesos judiciales que permitirán esclarecer cómo operó esta política criminal en la región y quiénes la ejecutaron. La publicación de los nombres es un llamado a la reflexión sobre el impacto del conflicto armado en el departamento y la urgencia de fortalecer las instituciones encargadas de impartir justicia.
El Huila no olvida
Mientras los habitantes del Huila recuerdan a las víctimas y exigen justicia, el evento de la JEP se convierte en un símbolo de esperanza y resistencia. Aunque el camino hacia la verdad y la reparación es largo, la publicación de estos nombres es un hito en la construcción de memoria histórica y una herramienta para que estas atrocidades jamás vuelvan a repetirse.
El compromiso de la comunidad huilense con la justicia y la verdad sigue siendo inquebrantable, demostrando que, aunque el pasado duela, es posible construir un futuro donde la dignidad de las víctimas sea el eje central de la reconciliación.
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