Continúa generando polémica el fallo de la Corte Constitucional sobre la eutanasia en Colombia, que eliminó el requisito de tener una enfermedad terminal para poder acceder a esta práctica.
En el Congreso de la República, la bancada provida, que integran legisladores de diferentes partidos políticos, a través de un comunicado rechazó la decisión del tribunal, lo señaló de tomarse atribuciones que no le corresponden. Según los congresistas, la sentencia judicial “promueve la cultura de la muerte” y va en contravía del derecho a la vida establecido en la Constitución Política.
El Congreso sí se ha venido pronunciando sobre la materia rechazando varios proyectos de ley que se han presentado para la regulación de la eutanasia y los miembros de esta bancada afirman que no es cierto que exista un vacío normativo en torno al derecho a morir dignamente.
Igualmente, consideran que con este fallo la Corte Constitucional está irrespetando el principio de separación de poderes, ya que es el Congreso el que debe definir si se regula o no la eutanasia, tema sobre el cual ya se ha manifestado en diferentes oportunidades negando las propuestas legislativas que se han presentado.
Adicional a esta postura de los provida, la Conferencia Episcopal de Colombia sentó su postura frente al derecho de morir dignamente, ampliado por la Sentencia C-233/21 de la Corte Constitucional, que modificó los requisitos para solicitar la muerte asistida en Colombia, donde se expresa que quienes se encuentren en agonía o padeciendo una enfermedad avanzada o terminal, podrán manifestar su voluntad de manera verbal o escrita.
Para la Iglesia Católica “las condiciones de grave enfermedad o relacionadas con el final de la vida deben afrontarse con profunda delicadeza y respeto, ya que son situaciones dolorosas, que ponen a prueba a la persona en su integridad y a su entorno familiar”.
La postura de la jerarquía católica puede verse reflejada en el Catecismo de esta Iglesia, donde “la eutanasia es moralmente ilícita, ya que cualesquiera que sean los motivos y los medios, la eutanasia directa consiste en poner fin a la vida de personas disminuidas, enfermas o moribundas. Se considera un crimen”.
La Iglesia Católica le propuso al Estado colombiano algunas consideraciones: “garantizar la debida atención sanitaria a las personas que sufren lesiones corporales o enfermedades graves e incurables, especialmente cuando se trata de los más pobres” y fomentar la intervención sicosocial en estos casos.
Finalmente, el Vaticano se había referido al tema de la eutanasia afirmando que “incurable no significa incuidable” y los congresistas que integran la bancada provida hicieron un llamado para que a pesar de esta decisión, se siga priorizando la vida antes que la muerte.