DIARIO DEL HUILA, CRÓNICA
Por: Hernán Galindo
Una crisis en el sector de la vivienda social impulsó al arquitecto neivano al trabajo en vidrio, recibiendo reconocimientos y exaltaciones nacionales. Sus hijas serán quienes perdurarán el arte y oficio.
Alfonso Carrillo Echeverri es maestro vitrofusionista, que es el arte de crear en vidrio, con las manos y con ideas, con soltura y entrega. Como lo hace este arquitecto, quien en su trayectoria como artesano vitralista ha contribuido de diversas formas al fortalecimiento del sector en el Huila.
Nació en Neiva el 6 de octubre de 1951. Es bachiller del Colegio Nacional Santa Librada y profesional de la Universidad Gran Colombia.
Como vitralista (vitralismo es un estilo de pintura que usa colores separados y extensiones de líneas para lograr un aspecto y efecto de vitral, vidriera policromada de combinación de colores, pintados o recubiertos con esmaltes) inició explorando diferentes técnicas, haciendo un acercamiento, basado en una cuidadosa labor de investigación, que le permitió llegar a dominar el arte de la vitrofusión, creando piezas de alta calidad y una identidad propia.
Pero, para lograrlo, Alfonso pasó un largo proceso de lucha, superación y ganas de aprender.
De arquitecto a vitralista
Se desempeñó como constructor en Neiva durante varios años en la vivienda de interés social, pero, en un momento de crisis económica nacional, el sector de la construcción fue muy afectado y su empresa quebró. Su vida cambiaría en adelante.
“Entonces, buscando un oficio nuevo en el cual desempeñarme, donde pudiera desarrollarme y así es que decido pintar. Pero, ya con 45 años, pensar en competir con las técnicas tradicionales de pintura en frío, contra personas que llevaban muchos años perfeccionándose en ellas, no era el mejor camino o escenario para salir avante”, afirma.
Aun así, persistió y explorando llegó al trabajo en vidrio. Empezó a pintar cuadritos y botellas en frío, a explorar la luz a través del vidrio y llegó a pintar lámparas.
“Con ese producto me invitan a las primeras exposiciones artesanales aquí en Neiva, en 1998, y de ahí a Expoartesanias en el 2000 (La Feria Artesanal más grande del país y una de las mejores de Latinoamérica). Y como resultado de la exploración en el oficio del vidrio llego a la vitrofusión, que permite fijar el color y termo hasta formar el vidrio por medio del calor”, cuenta, con satisfacción.
El estudio de la vitrofusión lo realizó de forma autodidacta, haciendo pruebas y estudiando formulación con apoyo de amigos ceramistas de la ciudad, ya que las pinturas para cerámica y vidrio tienen componentes similares en formulaciones diferentes en razón de la temperatura:
“En ese entonces, las personas en el país que trabajaban vidrio eran muy pocas y habían estudiado en Europa. Cuando me acerqué a ellos a preguntar algunas cosas, fueron muy herméticos con revelar sus conocimientos. Me decían cosas incompletas o que no servían, pero yo todas las ensayaba y de todas aprendía. Hasta los hornos necesarios los diseñamos y los hizo un ceramista aquí en la ciudad”, confiesa, con tranquilidad.
Es así como fue creciendo, mejorando la técnica, desarrollando más colores, nuevas fórmulas y moldes, y por medio del trabajo artesanal empezó a hacer los ventanales de las iglesias. La vitrofusión brinda esa posibilidad.
“Una característica del trabajo en vitrofusión de Taller Carrillo es que utilizamos vidrio float, trasparente, el mismo que se utiliza en las ventanas. A partir de allí realizamos todo el proceso de cortar, pintar y hornear hasta crear desde topos y anillos, hasta los ventanales de las iglesias”.
Estudio y exaltaciones
Para este trabajo ha estudiado otras técnicas complementarias, como Grisalla, con maestros internacionales, que es como se pintan los rostros de los santos en el vitral religioso tradicional y que Alfonso utiliza para hacer los de las personas que tiene alrededor, como la esposa e hijas, que ama.
“Una muestra de este trabajo es la decoración de la Parroquia de la Virgen de Aránzazu en el barrio La Gaitana: La hicimos junto al también arquitecto Mario Guzmán. Se compone de murales y vitrales realizados en vitrofusión en combinación con vidrios de importados”, cuenta.
Por este reconocido trabajo le otorgan la Medalla a la Maestría Artesanal, el reconocimiento que realiza Artesanías de Colombia a los mejores artesanos del país por su conocimiento en el oficio que desarrollan.
Actualmente Alfonso labora con sus hijas Carolina y María Teresa, “quienes han aprendido el oficio de la vitrofusión por traspaso generacional y son quienes se encargan de mantener vivo el trabajo artesanal”.
Pueden conocer su arte o contactarlo en Taller Carrillo, ubicado en la calle 7A # 23-52, barrio La Gaitana o al celular 3007488351. Y en Instagram @taller_carrillo
Vitral de tipo religioso que elabora el maestro Alfonso Carrillo Echeverri.
