Diario del Huila

Artefactos explosivos

Mar 5, 2022

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Con el fin de amedrentar a la sociedad civil y a las autoridades gubernamentales, algunos reductos de las organizaciones subversivas que todavía sobreviven, luego de la firma del Acuerdo Renegociado de Paz con las Farc, que logró la desmovilización de más de 7 mil efectivos de ésta, se han vuelto a presentar en algunas ciudades del país, algunos atentados terroristas que se han incrementado durante los últimos tres meses. Neiva no ha sido ajena a esta situación. Temor generó el hallazgo de presuntos elementos explosivos en la Avenida la Toma de la ciudad de Neiva. Un paquete abandonado e información que llegó a la Fiscalía alertó a las autoridades de un presunto elemento explosivo entre carrera 12 y 16 de la Avenida la Toma, en la ciudad de Neiva. De inmediato, en un trabajo articulado, autoridades activaron los protocolos de rigor, estableciendo que efectivamente existía un elemento que podría contener material explosivo. De este modo, antiexplosivos, encontraron 8 capsulas que según las autoridades contenían algún material explosivo que de momento se encuentra en investigación.

Estas expresiones terroristas son rechazadas rotundamente por la sociedad colombiana. A solo 8 días de celebrarse las justas electoras que van a elegir el próximo Congreso de la República, es inaudito que estas expresiones violentas se vuelvan a presentar cuando habíamos vivido esa zozobra y temor durante 11 lustros, antes que se lograra este Acuerdo. La capital huilense, vuelve a ser escenario de estos hechos, provocado por un reducto de desadaptados y dementes, que buscan generar desestabilidad institucional y romper con la tranquilidad y la paz.

Diversas hipótesis están siendo manejadas por los organismos de seguridad y se espera que en los próximos días se esclarezcan los hechos. Hasta la fecha, no se tienen datos confiables sobre los responsables. También está la comprobación del infierno que resulta la vida para la población civil en muchos lugares del país. Además del asedio directo a su vida y sus bienes, está la tortura que significa saber que se vive con el riesgo de afrontar una tragedia por hacer estallar involuntariamente un artefacto explosivo.

La reacción generalizada de la población debe ser firme y unánime. No podemos dejarnos vencer de los violentos. Este rechazo debe ser sonoro contra el terrorismo como arma política y a la muerte indiscriminada de inocentes. No podemos ser indiferentes frente a los síntomas, al tiempo que se investiga y actúa sobre las causas que generan esta aterradora patología. De lo que, si no cabe duda, es la perversa lógica que ahora guía el accionar terrorista de estos grupos que buscan estremecer espacios de la vida cotidiana de la gente, para arrebatarles a la sociedad colombiana, su derecho a soñar, gozar y a descansar. Es una verdadera afrenta y una real canallada para la paz.

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