Hace 22 años, vecinos del barrio Santa Inés, se reunieron con el propósito de hacer actividades físicas y recreativas, para lo que encontraron en la aliada perfecta. Poder por medio del deporte hacerle frente a sus enfermedades y “salir de la rutina” es uno de los propósitos más grandes que tienen.
El pasado 12 de septiembre se cumplieron 22 años desde que varios adultos mayores y vecinos del barrio Santa Inés, se reunieron con el propósito de hacer actividades físicas para el aprovechamiento del tiempo libre en busca de recreación, salud y bienestar.
Producto de esa iniciativa nació el Proyecto ‘Caminemos por la vida’, que encontró acogida en el profesor Clímaco Valencia, jefe del programa de educación física de la Universidad Surcolombiana, quien organizó el proyecto con todas las de la ley, con mesa directiva y grupos de trabajo. Al proyecto se sumó también la facultad de Ciencias de la salud con la facultad de enfermería que presta asesoría en atención y prevención en salud a este grupo de 240 adultos mayores.
Ahora como antes, los caminantes por la vida tienen el apoyo y asesorías permanentes del programa con el profesor José Miller Roa a la cabeza y la profesora Yivy Salazar Parra del programa de enfermería.
Diario del Huila, acompañó uno de los eventos de la conmemoración de los 22 años, para conocer experiencias de quienes forman parte de esta familia de adultos mayores.
El actual presidente
Como toda asociación organizada, ‘Caminemos por la vida’, tiene una junta directiva. El presidente en la actualidad es Gustavo Polanco, que relata sus experiencias, que son un poco las de todos, “llevamos 22 años, ejerciendo, salud, deporte, recreación, alegría para todos en nuestra sede en el campo de deportes de la Universidad Surcolombiana. En la parte de educación física tenemos, aeróbicos, en salud, control, coordinando el peso, según las patologías que tienen algunos”, relató.
“Todos los días de lunes a viernes nos reunimos de 5:30 a 8:00 de la mañana, hacemos ejercicio, compartimos actividades de ocio como parqués, entre otros. Tenemos nuestro kiosquito que le llamamos la `casa feliz`, compartimos un tinto, nos integramos, en fin, pasamos un buen momento con nuestra familia de caminemos por la vida”, agregó.
Son 240 abuelos los que diariamente asisten a este tipo de actividades. Cuentan con un plan padrino y plan ahijado, para poder estar pendientes de sus compañeros “cada uno de nosotros cumple las dos funciones, de tal manera que estamos atentos al porqué dejó de asistir alguno de los socios”, manifestó.
“Cada dos o tres años cambiamos para que haya mayor integración y confraternidad entre todos, que nos conozcamos, que hagamos más amigos”, dijo.
Finalmente, contó; “para poder ingresar, por estatutos, ahora se reemplaza a quienes, por motivos de fuerza mayor, como una enfermedad, que no le permita hacer actividad física, o en el peor de los casos fallezca, se le otorga ese cupo a otra persona con prioridad a la familia de quien sale”.
Experiencias y anécdotas
Mientras los integrantes de la familia de adultos mayores, ‘caminemos por la vida’ departe y comparte en la celebración de los 22 años, Diario del Huila, recogió algunas experiencias de los integrantes del proyecto.
Luz Albiria Macias de Vidal, una de las fundadoras, aseguró que “hace 22 años es el lugar en donde queda el campo deportivo que les permite tener un espacio, eran unos potreros aledaños a la universidad, nos unimos unas personas, vecinas de Santa Inés, le pedimos ayuda a la Surcolombiana a la que quiero y amo, nació el proyecto que es reconocido desde la fundación con el profesor Clímaco Valencia , ahora con el profesor Miller Roa, la profesora Yivy Salazar, a todos los queremos, son importantes en nuestras vidas, hacen parte de nuestras familias”, afirmó.
Con el tiempo que lleva el proyecto hasta amores y matrimonios se han dado. “Han salido personas enamoradas, se han hecho esposos y todavía viven en pareja, son muy felices, comentó la tesorera actual, que sostiene que ser adulto mayor no es morirse en vida, queda mucho por aprender, compartir y por vivir”, sostuvo, luz Albiria, mientras agrega que su esposo Luis Edgar Vidal Lemus, es uno de los fundadores.
Jairo Sterling, uno de los miembros que lleva 17 años, es el fiscal de la junta directiva, dice que su ingreso significó un antes y un después en la vida. Y explica que anteriormente se mantenía dedicado al trabajo, con el agite del diario vivir y el estrés que le generaba, que no le daban espacio ni tiempo para él:
“Ahora, tengo la oportunidad de gozar de este bonito plan de bienestar y salud. A mis 68 años le he dado un vuelco total a mi vida. Mis primeros 50 años fueron de trabajar y trabajar, hasta que conocí este bonito proyecto y he dado un giro, sobre todo, en calidad de vida. Disfruto de todo lo que nos ofrecen las instalaciones deportivas de la Universidad. Contamos con los escenarios, jornadas de salud y posibilidad de desarrollar diferentes actividades”, relató, al tiempo que agregó, que es la mejor decisión que ha tomado en su vida.
A manera de anécdota, sumó, que fue el primero en tomar la decisión de comenzar a hacer ejercicio, mientras la señora Emperatriz Chaux, se iba a cumplir con las citas médicas para calmar los achaques, como dolor de coyunturas, al punto que le tenían que hacer una cirugía en las manos. La logró convencer de ir al programa, se integró y no hubo necesidad de cirugía, cumplió un sueño que tenía de aprender a tocar guitarra y ahora forma parte del grupo musical, “los alegres caminantes”, del proyecto con excelentes presentaciones”, concluyó.
El aporte a la salud
La profesora Yivi Salazar, del programa de enfermería, cuenta cómo desde el 2012, se unieron por solicitud del programa de educación física, recreación y deportes de la Surcolombiana, al que pertenece el proyecto. Llegamos allí y trabajamos desde el sector de la salud a través de un denominado salud para vivir.
“Tratamos de brindar bienestar y salud, haciendo valoración del estado de salud y los educamos frente a los riesgos que pueden tener y les brindamos atención personalizada para el manejo de los tratamientos que les son ordenados para el mejoramiento de la salud, hacemos visitas domiciliarias, porque la familia debe ser la responsable del adulto mayor. Estamos muy complacidos de la celebración de estos 22 años de caminemos por la vida y hacer parte con nuestro aporte no solo en salud, sino brindándoles orientación”, sumó.
Finalmente, a manera de anécdota, contó que se encontraron con una situación que es particular y que desafortunadamente se repite mucho en las familias de los adultos mayores.
“Observamos que muchos llegaban y decían, “tengo que irme a llevar al niño a la guardería o hacer el desayuno porque mi hija trabaja”. Los abuelos no están para eso, están es para que los cuidemos y ayudemos. Adicional por ser muchos de ellos pensionados, el dinero que ganan se convierte en el presupuesto de las familias y no debe de ser así. Han ido aprendiendo de sus roles y derechos, al igual que muchos de los familiares, con lo que hemos mejorado mucho su calidad de vida”, concluyó Salazar.