Lamentablemente ha partido de su vida terrenal Cecilia Lara Bonilla. La señora, la matrona, la líder, la ciudadana e hija de Jorge Lara Trujillo y Raquel Bonilla finalmente nos dejó.
Cada que buenos seres humanos parten primero que aquellos que delinquen y apoyan delincuentes y bandas delictivas, no es extraño preguntarse por qué, personas y ciudadanos como Cecilia, tan importantes hoy, se nos adelantan en la muerte inexorable.
Cecilia, una huilense orgullosa, siempre demostró una gran solidaridad para con los más necesitados. No solo era la presidenta del hogar infantil Mercedes Perdomo de Liévano organización filantrópica a la que se vinculó desde hace muchos años, sino que hizo parte de varias juntas directivas, era miembro del grupo definía la condecoración Rodrigo Lara Bonilla (en honor a su hermano) que se confiere cada año, sino que temprano dirigió los negocios de la familia cuando murió su padre, en las actividades de ganadera, agrícola (arroz y tabaco) y la emblemática Ferretería Neiva.
De la unión marital con Abelardo García Salas, hubo cuatro hijos; Fernando, Pilar, Francisco José y Jorge Luís, este último lamentablemente fallecido también justo un mes antes que Cecilia.
Fue una mujer que encarnó ejemplarmente lo que se espera del género colombiano, una luchadora, abierta a las ideas que trajeran el mayor desarrollo económico a las regiones y hogares. Y en parte por eso fue la ideal gobernadora del departamento del Huila en 1991, la última por designación presidencial, luego de también haber ejercido el cargo de alcaldesa del municipio de Aipe. Sin embargo, varias veces le ofrecieron postular su nombre en elecciones populares y siempre, se negó hacerlo bajo las condiciones que le ofrecían.
Del talante de Cecilia es muestra su celo, para que el premio Rodrigo Lara fuera concedido a quien en auténticamente encarnara los principios del ex ministro de Justicia, llegando incluso a negarse varias veces a que se otorgara a quien considerara indigno(a). Y su determinación, para que el tránsito constitucional, con el inicio de aplicación de la Constitución Política de 1991, y que la tomó siendo Gobernadora del Huila, fuera transparente y encarnara lo que se esperaba: democrático, republicano, renovador, exigente en los deberes y protector de los derechos. Para muchos, como nosotros, fue la líder que llevó a un grupo de funcionarios de todos los colores políticos a dedicarse a trabajar por el Huila sin mezquindades, con felicidad, en paz y sin mirar el propio pecunio. Su ética pública, era su ética en la intimidad de la amistad y el consejo. Recia, pero habilidosa conciliadora; frentera pero cariñosa; escrutadora pero comprensiva. Cecilia Lara Bonilla, “Nuestra gobernadora” persistirá en nuestros corazones…siempre.
