Definitivamente es incomprensible que el matrimonio político entre el legislativo y el ejecutivo, amparado en la coalición de gobierno; continúen desafiando a la opinión ciudadana con las decisiones que, a pupitrazo limpio, quieren imponerle a la sociedad siendo ellas completamente insconstitucionales o claramente inconvenientes.
Ello ocurre con la reciente aprobación de la ley ordinaria de presupuesto para la vigencia de 2022, donde incluyeron un par de articulitos que nos recuerdan las “jugaditas” del senador Macías.
La primera de ellas se relaciona con derogar la ley estatutaria que consagró las garantías de transparencia y moralidad durante la etapa pre-electoral, la cual prohíbe la suscripción de convenios interadministrativos; la contratación directa y la modificación de las nóminas de servidores públicos en todas las entidades de la rama ejecutiva de los niveles nacional, departamental y municipal; con el sano propósito de evitar los abusos de poder que beneficien a candidatos que sean amigos de la coalición de gobierno.
La segunda se relaciona con permitir que quienes hayan cotizado un mínimo de 750 semanas a los fondos privados de pensiones y que además les faltaren menos de 10 años para consolidar la edad requerida para adquirir el beneficio pensional; puedan trasladarse a COLPENSIONES, decisión que le podría costar al erario público cerca de 4.5 BILLONES de pesos, beneficiando a no más de 30 mil personas.
En conclusión, con la primera decisión se incurre en el absurdo jurídico de pretender derogar una ley estatutaria con una ley ordinaria y, además; propiciar la tentación de que la corrupción política que tanto se ha arraigado en las entidades y organismos de la rama ejecutiva del poder público; haga su agosto durante la etapa previa del proceso electoral en marcha.
Por otra parte, incrementar el gasto público beneficiando a una inmensa minoría cuando estamos atravesando la más dura crisis fiscal que habrá de ser afrontada con más impuestos a cargo de asalariados y empresarios.
En ambos casos es de bulto la grosera irresponsabilidad de congresistas y gobierno. Los primeros adportas de su reelección, y el gobierno aceptando complaciente tales adefesios.
Cada día que transcurre en el ejercicio de la actividad política los congresistas y el gobierno se empeñan en incrementar el desgaste que acumulan sin entender, como dice el viejo refrán que “el palo no está para cucharas”.
Mientras ellos juegan a la vieja política, la de las componendas y transacciones; la inseguridad ciudadana cada día está más amenazada; la violencia criminal del narcotráfico sigue campeando en gran parte del territorio; y las secuelas económicas y sociales derivadas de la pandemia demorarán más tiempo en conjurarse, con lo cual, la desconfianza, la incertidumbre y el rechazo a la clase política enquistada en el congreso y en el gobierno seguirá creciendo.
COLETILLA.- Vergonzosa y humillante la declaración de la exesposa de Marulanda sobre las condiciones en que mantenían a los secuestrados con ocasión del “homenaje” a alias jojoy. Eso no es torpeza. Es soberbia, arrogancia, desprecio y el claro propósito de seguir echando sal en las heridas. Esa es la paz que pactaron con Santos.
