Diario del Huila

De maestro de obra a Constructor e interventor

Mar 26, 2022

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Diario del Huila, Crónica

Por Hernán Guillermo Galindo M

Amadeo Coronado Rojas es un maestro constructor de 61 años, desde muy jovencito le tocó trabajar por dificultades económicas en el hogar de sus padres. Se fue de la casa a la edad de 8 años y después de pasar por varios trabajos y oficios retornó a Neiva siendo adulto para convertirse en constructor de obras civiles. Esta es su historia.

Los recuerdos de Amadeo Coronado Rojas en torno a su infancia no son los mejores. Su padre de nombre Amadeo Coronado, como él, era comerciante de café y panela, se hizo adicto al juego y a la bebida, lo que lo llevó al fracaso y a la ruina, esto derivó en una crisis familiar.

Doña Alba María Rojas, su esposa y sus ocho hijos debieron mirar a ver qué se ponían a hacer en la vida.

«El mayor de los hermanos, Víctor Julio, murió en la construcción de la represa de Betania, se cayó y se ahogó», recuerda con tristeza.

Amadeo se puso a trabajar desde muy joven como ayudante de construcción, “eso ni le pagaban a uno los patrones”, dice y se ríe. Agrega que estudió hasta tercero de bachillerato en el desaparecido Instituto Ciudad de Neiva, la primaria la hizo en la escuela Rafael Puyo.

Cuando se fue de la casa a la edad de 8 años, trabajó en el campo, cargando leña, plátanos, arriando ganado, la primera parte a la que se marchó fue a Dolores, Tolima, estuvo también en Prado, y luego se desplazó para el Quindío. “Era una época en la que se podía andar sin mayores peligros”, refiere.

“Gracias a Dios, en medio de la tristeza que me producía estar lejos de mi casa, de mi familia, aprendí muchos valores, en mi recorrido por la vida y Colombia, llegué a trabajar en Comapan en Cali, también laboré en algunos autoservicios o supermercados, administré una taberna. Luego me llevan a pagar servicio militar y a la edad de 21 años retorné a Neiva”, relata.

La construcción como proyecto de vida

Amadeo, cuenta que en ese retorno a Neiva es cuando decide dedicarse de lleno a trabajar en la construcción, inicialmente como ayudante práctico y se fue especializando hasta convertirse en oficial, y comenzó a ser contratista de la Gobernación, de varias alcaldías, y de entidades como el Comité de Cafeteros y Aguas del Huila.

Menciona que como operario de maquinaria con el Comité trabajó desde el año 1992 hasta el 2002, y estadondo como operario de contratistas conoció al director de la época, Gonzalo Medina Pérez, quien lo vinculó a la entidad. Ya trabajaba en obras que le fueron dando la amplia experiencia.

Desde entonces, gracias a la buena labor, comportamiento y responsabilidad en trabajos que realiza con empresas como Prohuila y Proyecon, Amadeo Coronado toma la decisión de crear una SAS, dedicada a contratación, suministros, distribución y mantenimiento.

A partir de 2013 con la empresa se enfocan a la construcción, mantenimiento, reparación, de obras, oficinas, locales comerciales, todo lo que tiene que ver con obras civiles. La manejan con sus hijos Diego Armando quien es ingeniero civil, y óscar Eduardo que apoya en la parte operativa.

Padre e hijos se especializan en construcción, les ha gustado capacitarse, en el SENA y otras entidades se certificaron en CICA andina, en impermeabilización, acueductos, escuelas, polideportivos, todo lo que tiene que ver con infraestructura en la que tienen experiencia. “He sido también inspector de interventoría”, agrega.

“Tenemos una buena clientela, prestamos el servicio 24/7, si a usted se le llega a estallar una manguera, dañar un lava platos, a media noche, nos llama y vamos a la hora que sea, le suspendemos el servicio y al otro día hacemos el arreglo. Debido a ese compromiso que tenemos es que hemos ido creciendo”, dice Amadeo.

Actualmente, vive con su esposa Manuela Quintero, que tiene una pequeña miscelánea en la casa. Diego Armando, el mayor de sus hijos que maneja la parte administrativa de la empresa, tiene 33 años y óscar de 32 apoya en lo operativo.

Tiene dos hijas fuera del matrimonio, Lady Viviana que tiene un restaurante en El Tesoro y Luz Derly que estudia pedagogía infantil.

Siempre la familia ha vivido en el barrio Tenerife, en la actualidad Amadeo reside en la casa paterna, “les compré la parte a mis hermanos y me quedé a vivir ahí”, dice.

En compañía de su señora, se hicieron cargo del padre en los últimos años hasta que le dieron cristiana sepultura, “estaba en un estado lamentable, mal vestido, mal comido, lo llevamos para la casa y lo acogimos hasta sus últimos días”, añade.

Quienes deseen tener su amplia oferta de servicios, pueden contactarlo en los números celulares; 317 6772680 y 313 8241396 y un teléfono fijo que es el 8741045.

Esta es la historia de un hombre como muchos que se ha hecho a pulso y en su empresa ha alcanzado a tener hasta 30 personas trabajando bajo su responsabilidad, y que a futuro se ve en su casa consintiendo los nietos y viendo los hijos sacar la empresa adelante, como él mismo lo menciona.

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