Diario del Huila

Democracia en jaque

Ene 12, 2021

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El asalto al Capitolio en los Estados Unidos es la manifestación de un largo y acentuado debilitamiento de la democracia.

Teníamos la esperanza de que, en los países liberales, el sistema democrático no se hubiese deteriorado tan gravemente. Nos creemos democráticos porque tenemos leyes e instituciones, hacemos elecciones y hay partidos; que somos democráticos porque hay un sistema judicial, aunque no por ello justicia. La libertad y división de poderes no son condiciones suficientes para la democracia. Cada vez es más frecuente que la libertad se utilice para participar y hacer política contra la democracia. A veces la participación no ennoblece, es sujeto de corrupción y ayuda a la misma. También la participación sirve al autoritarismo. No todos los ciudadanos en una democracia son auténticamente libres. Por ejemplo, cuando se alude al deber de votar, como una obligación, se argumenta que va contra la libertad. Mentimos para defender la democracia con la convicción de que eso es legítimo. Reducimos la democracia al simple ejercicio de votar o de abstenerse de hacerlo, sin importar por quién se vota o el costo y peligro de hacerlo.

Según Jason Brennan no se puede ser ingenuo creyendo que los gobiernos te apoyarán independientemente de por quién hayas votado. Entre las tantas promesas democráticas incumplidas están que ningún grupo, por poderoso que sea, tiene privilegios y que ella es equitativa. Pero muchos, sin pudor, justifican y adquieren poder utilizando la violencia, distracción y manipulación de las instituciones. La democracia ha mostrado otra cara: no es plenamente justa en todo momento. Por ello, como gobernar es algo difícil y muy importante, y la mayoría de los ciudadanos actúa mal en política, no se debe dejar el gobierno en manos de una sola persona. La democracia no es sinónimo de capacidad y cualidad política; y el sufragio universal no siempre es un instrumento para su fortalecimiento. Si bien los ciudadanos tienen opiniones diferentes, no por eso pueden actuar de acuerdo con ellas a toda costa. Para Juan Linz la caída democrática se ha dado cuando quienes tienen poder sienten que el sistema no les permite conservarlo. Hoy, por doquier, quienes están minando la democracia están en el poder. La democracia tiende a perecer cuando las elites excluyen. Ha sido utilizada para justificar la pobreza, odio, discriminación, exclusión social, violencia, alta concentración del patrimonio público y control indebido de la naturaleza. Por esta ruta, el sistema no podrá hacer nada y entonces se justificarían otros modelos políticos, sin amenazar la libertad e igualdad. Si los gobernantes no sienten que los ciudadanos pueden escoger otras alternativas, no tendrán incentivos para mejorar y gobernar al servicio de los ciudadanos.

Para el 2022, vale preguntarse cómo votarán los colombianos: si lo harán libremente, con información correcta y pertinente; si serán elecciones auténticamente libres, sin trampas y sin actividades y respaldos criminales. Importa votar y también por quién se vota. Si los ciudadanos no se informan y votan es altamente probable que lo hagan contra ellos mismos. Este es el desafío inmediato.

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