Las sociedades Cementos Diamante de Ibagué S.A. y Cementos Diamante del Tolima S.A., ahora Cemex Colombia S.A. deberán pagar de forma voluntaria $19.000 millones a empresas que se dedicaban al cultivo de arroz por la contaminación generada en sus tierras desde 1960 hasta 1998.
La Sala de Casación Civil sería quien habría tomado la decisión de resolver una demanda de varias sociedades arroceras afectadas en Ibagué, debido a que no fueron implementados los sistemas adecuados para el control de sus chimeneas, y que ocasionaron la expulsión de residuos sólidos que terminaron llegando a los cultivos de arroz.
La contaminación era generada por carbonato de calcio y dentro de las principales afectaciones que se registraron es que las plantaciones perdieron su capacidad productiva por lo que fue necesaria la compra en mayor cantidad de fertilizantes, lo que llevó a la disminución de la competitividad y la migración hacia otros productos diferentes al arroz.
“El principio ‘el que contamina, paga’, tiene como objetivo promover medidas eficaces para evitar la afectación al medio ambiente, entendido como bien común, y muestra el compromiso estatal por evitar que el contaminador pueda salir indemne frente a los daños irrogados. (…) Sobre este principio se afirma que tiene como fundamento que, en la medida que los contaminadores se vean obligados a asumir los costos de las externalidades que provocan, se verán indirectamente incitados a reducir los efectos contaminantes de sus actividades, recurriendo, por ejemplo, al empleo de materias primas o a la utilización de tecnologías menos deteriorantes del ambiente”, destaca el fallo de la Sala Civil.
De esta manera, la Corte condenó a las dos cementeras a pagar a las demandantes $5.345.305.417 por el mayor valor de producción que tuvieron que asumir, y por la menor utilidad. A su vez, una cifra de $13.645.169.004 por no poder aprovechar los terrenos con los cultivos de arroz.
