Hombres y mujeres tenemos en la vida el grande y excepcional tesoro de la felicidad y el placer: El Sexo; y es a la vez un regalo de natura cuyo manejo inadecuado nos ha llevado a padecer colosales conflictos entre parejas, afectaciones en la salud física y psicológica y un menoscabo de la dignidad humana. Se suma a las situaciones complejas ligadas al uso y disfrute inadecuados del sexo, la esclavitud preponderantemente de las mujeres consumiendo toda suerte de fármacos anticonceptivos y cirugías de los que su cuerpo se duele tarde o temprano. Estos métodos avalados por la ciencia moderna para el control de la natalidad funcionan de distintas maneras para impedir el embarazo, entre las que se incluyen las siguientes: Crear una barrera que impida que los espermatozoides lleguen al óvulo, Matar los espermatozoides, Impedir que los ovarios liberen óvulos, Alterar la mucosa cervical para impedir que los espermatozoides avancen hasta llegar al útero y Alterar el tejido que recubre el útero de modo que el óvulo fertilizado no pueda implantarse. Los tipos de control de natalidad pasan por el uso de elementos y prácticas como: la Abstinencia, es decir, no tener relaciones sexuales. Espermicidas, Condón masculino, Condones femeninos y la Planificación familiar natural, es decir mantener relaciones los días en que la mujer es menos fértil.
Por su parte, entre los métodos que requieren examen médico previo y receta se incluyen los Anticonceptivos orales (píldoras para el control de la natalidad), Minipíldora que, a diferencia de la píldora anticonceptiva tradicional, la minipíldora contiene solo una hormona, la progestina. El Implante, una cápsula que contiene la hormona sintética etonogestrel se implanta debajo de la piel, en la parte superior del brazo de la mujer. La Inyección, el Parche, el Diafragma o capuchón cervical, el Anillo anticonceptivo hormonal vaginal que consiste en un anillo que se coloca dentro de la vagina, alrededor del cuello uterino. El anillo libera las hormonas estrógeno y progestina; y el Dispositivo intrauterino (DIU) que se coloca dentro del útero a través del cuello uterino. En otra traumática alternativa están las cirugías que provocan la imposibilidad de quedar embarazada tales como la Histerectomía o extracción del útero y usualmente de los ovarios y las trompas de Falopio. La Ligadura de trompas u oclusión de trompas («atadura de trompas»). Cirugía para cortar, cauterizar o ligar las trompas de Falopio para impedir que los óvulos lleguen al útero. El Método Essure o de obstrucción tubárica en donde se utiliza un tubo delgado para insertar un instrumento pequeño tipo resorte a través de la vagina y el útero dentro de cada trompa de Falopio. El instrumento posee un material que hace que se desarrolle tejido cicatricial. Este tejido bloquea las trompas en forma permanente después de unos tres meses. Y la Vasectomía en los hombres, que es un corte o sujeción de los conductos (vas deferens) que transportan el esperma desde los testículos. Los testículos siguen produciendo espermatozoides, pero estos mueren y son absorbidos por el cuerpo.
Ante tan tremendo panorama de tortura humana que se vive para poder disfrutar del sexo, surgió hace miles de años, la excepcional, sensual, dignificante y muy espiritual práctica de control de natalidad y goce sexual contenida en la fórmula que algunos alquimistas medievales sintetizaban como: “introducir el miembro viril en la vagina y retirarse sin eyacular el semen”. Ciertamente en nuestros tiempos modernos se han realizado experimentos que recurren a este método como el llamado Karezza, que se basa en el afecto y en los sentidos de tal manera que el orgasmo deja de convertirse en una meta como tal. El objetivo de este método es conseguir más placer e intimidad y menos presión. Sirve para disfrutar del acto sexual en su conjunto sin centrarse en cómo acabará. La creadora de este método fue una mujer llamada Alice Bunker Stockham a finales del siglo XIX quien tomó su nombre de la palabra italiana “carezza” que es caricia. Creó este método para que los amantes centraran la atención en la estimulación y las caricias y así prolongar esa sensación de excitación máxima el mayor tiempo posible consiguiendo con ello un placer mayor que con el orgasmo. En este tipo de sexo se practican las respiraciones profundas y los movimientos lentos, las caricias, las miradas y el contacto piel con piel. En resumen, en lugar de experimentar una pasión desatada sus participantes viven una especie de amor espiritual. En la más reciente bibliografía del erotismo occidental se pueden consultar obras como El Matrimonio Perfecto y El Misterio del Áureo Florecer, del escritor Samael Aum Weor, en donde centra el mismo principio como parte de la realización íntima del ser de la pareja en trance amoroso. Indudablemente se trata de un método que garantiza la potencia sexual de los amantes y el anhelo permanente de querer reencontrarse nuevamente para vivir un verdadero momento lleno de magnetismo, erotismo y espiritualidad. Es lógico que tal técnica se advierte igualmente idónea para prevenir familia toda vez que la emisión del semen, semilla generadora de vida, no se produce ni dentro ni fuera de los órganos creadores de la mujer. De acuerdo con el enfoque también conocido como transmutación sexual o alquimia sexual, los espermatozoides, al igual que el principio generador de los óvulos en la mujer, mueren al interior de los testículos y ovarios por efecto del calor del acto sexual enardecido que puede durar cuanto tiempo deseen los amantes, dando paso a una transformación de la materia prima de estas células hacia un tipo de energía sublime que, de acuerdo también con filosofías del tantra yoga de la India, logra ascender por cierto tipo de conductos del sistema endocrino a lo largo y en ascenso por la columna vertebral hasta llegar al cerebro, concediendo a quien así lo practica, nuevos matices de lozanía, restauración de la fisiología de su cuerpo y lucidez mental.
Me gusta este método y creo que las instituciones, los gobiernos y la sociedad en general, deberíamos estudiarlo, comprenderlo, practicarlo y llevarlo a esquemas de educación de nuestros niños y jóvenes, con lo que estaremos previniéndolos de los vejámenes impuestos por el equivocado régimen de los anticonceptivos antinaturales.
