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El cafetero, primer gremio agrícola con política de equidad de género

Dic 17, 2021

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DIARIO DEL HUILA, ENFOQUE

Por: Rolando Monje Gómez

Como fruto de una construcción colectiva, en la que las propias mujeres jugaron un rol fundamental, la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia (FNC) acaba de dar a la luz pública la política de equidad de género para la caficultura nacional, la primera para un gremio agrícola. Las mujeres cafeteras huilenses son líderes en estos procesos de equidad.

El primer gremio agrícola que habla de equidad de género es el cafetero, toda vez que la Federación Nacional de Cafeteros (FNC)  acaba de dar a conocer la ‘Política de equidad de género para la mujer caficultora’, como fruto de una construcción colectiva, en la que las propias mujeres jugaron un rol fundamental y donde las mujeres cafeteras del Huila han sido protagonistas.

Ningún otro gremio en el sector agrícola cuenta con una política similar, lo que pone una vez más a los cafeteros a la vanguardia en beneficio de la mujer caficultora, contribuyendo a reducir las persistentes brechas entre hombres y mujeres que existen no sólo en el sector cafetero, sino en el sector agrícola en general e incluso en otras esferas del país.

“Contribuir al desarrollo de oportunidades para las mujeres caficultoras, mediante el cierre de brechas de género que impacten el bienestar de la familia cafetera y la productividad y competitividad del gremio”, es el real objetivo, por lo que la política se elaboró a partir de un riguroso diagnóstico de los hogares cafeteros, tomando también en cuenta algunos de los principales avances en la materia a escala global.

Las mujeres trabajan más horas que los hombres si se toman en cuenta las labores domésticas (no remuneradas), según confirmó el diagnóstico final; que, si no tienen un trabajo formal, terminan dedicándose a estas labores (mientras que los hombres se dedican a estudiar), o que ven limitado su acceso a la educación superior.

Principios y objetivos

Para alcanzar la sostenibilidad de la producción de café, un factor clave es la equidad de género, pues ésta no solo trae beneficios para las mujeres, sino también a las familias y a la industria cafetera, por lo que su implementación se rige por seis principios: 1. Igualdad y no discriminación, 2. Diversidad e interculturalidad, 3. Autonomía y empoderamiento, 4. Participación, 5. Corresponsabilidad y 6. Sostenibilidad.

Y para alcanzar su objetivo, fija ocho estrategias (cada una con ejes de acción específicos): 1. Transformación cultural y redefinición de roles de género en el sector cafetero, 2. Acceso a la educación formal y no formal para las mujeres cafeteras, 3. Autonomía y empoderamiento económico, 4. Participación y representatividad de la mujer cafetera en escenarios de política pública y toma de decisiones, 5. Vida libre de violencias y acceso a la justicia, 6. Acceso a salud integral y salud sexual y reproductiva, 7. Transversalizar la perspectiva de género en la institucionalidad cafetera, y 8. Mejoramiento de las condiciones de vivienda.

En la Federación también se crea un Comité de Equidad de Género que dará seguimiento y evaluará periódicamente la incorporación de la equidad de género en todos sus niveles orgánicos.

La equidad de género es dar las mismas condiciones, trato y oportunidades a mujeres y hombres, pero ajustados a las especiales características o situaciones (sexo, género, clase, etnia, edad, religión) de los diferentes grupos, de tal manera que se pueda garantizar el acceso.

Antecedentes

Los antecedentes de esta política se encuentran en el ‘Programa Mujeres Cafeteras’ creado por la Federación en 2006, con la misión de promover la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres de forma transversal a la institución. Sucesivas adhesiones a iniciativas nacionales e internacionales, talleres y la elaboración del Código de Ética y Buen Gobierno, entre otras acciones, robustecieron este esfuerzo hasta que en 2019, por solicitud de las propias mujeres líderes gremiales y el mandato en 2020 del Congreso Nacional de Cafeteros, se dio un impulso definitivo a la formulación de la política.

Cifras cafeteras

De acuerdo a la información del Sistema de Información de Hogares Cafeteros (SIHC) y del Sistema de Información Cafetera (Sica) de la Federación de Cafeteros, una encuesta específica y otras fuentes fueron insumos claves para construir esta política. Las siguientes cifras dan cuenta de la importancia de las mujeres en el sector cafetero y de las brechas que aún las aquejan:

El 30% del total de caficultores en Colombia (163.046) son mujeres; 45,9% de los miembros de hogares cafeteros son mujeres: 687.824. De los hogares cafeteros 25% tienen jefatura femenina, más vulnerables y con condiciones habitacionales más precarias.

El machismo es visto como la principal barrera para las mujeres cafeteras. 79% de las mujeres cafeteras dedican más de 5 horas a labores del hogar y participan más en la preparación de alimentos para trabajadores, mientras que los hombres lo hacen más en la aplicación de agroquímicos.

En el primer trimestre de 2020, la tasa de desempleo de las mujeres rurales fue de 14,8% vs 5% para los hombres rurales. Las mujeres rurales reciben 34,5% menos que los hombres por actividades en la ruralidad bajo contrato. Las fincas y los lotes más pequeños están en manos de mujeres cafeteras.

A mayor nivel jerárquico, la participación de las mujeres en el gobierno gremial disminuye. Las principales víctimas de violencia en Colombia son las mujeres.

Estudio de género

La Plataforma Global del Café (GCP, por sus siglas en inglés) encargó a Solidaridad el desarrollo de un estudio sobre la equidad de género en el sector café, con el fin de identificar las oportunidades y restricciones de este tema en el contexto colombiano.

El interés de este estudio era reconocer las prácticas de género, así como las interpretaciones de los caficultores y de las organizaciones sobre éstas, buscando entender las fortalezas y las limitaciones de la mujer en cuanto al acceso y la representación igualitaria en el sector cafetero, a través del dimensionamiento de su papel en la producción del café, sus roles, funciones y contribuciones al proceso productivo, además de su participación en las decisiones de la finca cafetera. También buscó identificar las prácticas de las organizaciones para promover la equidad de género en la caficultura.

Sin negar las diferencias entre hombres y mujeres, la equidad de género supone que sus comportamientos, aspiraciones, necesidades, oportunidades y derechos son considerados, valorados y promovidos de la misma manera, para que puedan desarrollar sus capacidades y lograr la vida que desean, en condiciones de mutuo respeto.

La comercialización del café, suele ser exclusiva de las mujeres, cuando son ellas quienes aparecen formalmente vinculadas a proyectos de certificación y en el caso de las mujeres de Huila.

Ámbito reproductivo

Las mujeres son las encargadas del cuidado del hogar y de la familia, incluso cuando se encuentran fuertemente involucradas en los ámbitos productivo y comunitario. Un ejemplo de esto son las mujeres de la Asociación del Huila, quienes han asumido roles exclusivos de sus esposos, aunque en muchos casos sus responsabilidades en el ámbito reproductivo permanecen intactas.

En consecuencia, tienen más trabajo que antes, lo que no parece un problema para ellas, gracias a las compensaciones emocionales, sociales y económicas de formar parte de la Asociación. No obstante, hay casos en los que el empoderamiento de estas mujeres ha tenido repercusiones importantes en la distribución de roles.

Ámbito comunitario

En este ámbito también se evidencia una clara división sexual del trabajo. Aunque los caficultores reconocen un incremento significativo de la participación de las mujeres en asuntos comunitarios, es frecuente que se circunscriba a labores relativas al cuidado.

Por ejemplo, en proyectos relacionados con educación y salud, o en la preparación de alimentos, como ocurre durante la realización de trabajos colectivos orientados al arreglo de vías u otro tipo de infraestructura comunitaria. En general, se considera que las mujeres están más dispuestas a asistir a reuniones de la comunidad y jalonan ciertos procesos, aunque la “representación formal” en las organizaciones comunitarias sea de los hombres.

Acceso a recursos

Casi todos los participantes en el estudio señalan que la tierra es propiedad familiar, aunque en la mayoría de los casos, los hombres figuran en las escrituras. En general, solo las mujeres beneficiarias de una herencia o de la asignación de un lote por parte de sus esposos aparecen como propietarias formales (especialmente en la Asociación de Mujeres de Huila, donde esta práctica es un requerimiento para comercializar su café). Lo anterior, se constituye en una discriminación positiva, producto de las políticas del comprador.

Esta circunstancia tiene implicaciones importantes en la participación de las mujeres en la toma de decisiones y en sus ingresos: las propietarias formales de sus lotes suelen obtener sus ingresos después de la venta del café. Por el contrario, los esposos de las demás mujeres reciben y controlan la mayoría de los ingresos.

En general, el acceso al dinero por parte de las mujeres se deriva de la venta de pasilla y de los primeros “pepeos”, “regalos” que los hombres dan a sus esposas para que tengan algunos recursos que les permitan cubrir gastos personales, aunque con frecuencia estos se destinan a resolver necesidades familiares.

Mujeres huilenses

La Asociación de Mujeres Cafeteras del Occidente del Huila es un ejemplo de los efectos de una iniciativa enfocada en las mujeres cafeteras, cuya participación en los asuntos de sus fincas se ha incrementado de manera significativa.

Las mujeres señalan importantes avances en sus conocimientos, en su participación en la toma de decisiones y en su autonomía, esto en gran medida se debe a su mayor vinculación en los procesos de asistencia técnica. En general, refieren el fortalecimiento de su autoestima y una mayor autovaloración frente a su aporte a la familia.

El café tiene una prima de sostenibilidad que tiene dos componentes un incentivo que se paga en efectivo a las mujeres y otro, que se invierte en proyectos que impulsen directamente la equidad de género. Estos involucran temas como la asociatividad, educación financiera, procesos de participación, atención psicosocial de las mujeres.

Los técnicos resaltan los cambios de estas mujeres en sus capacidades técnicas y administrativas del cultivo del café, pero también en el desarrollo de su liderazgo y en la transformación de roles al interior de sus familias. Un ejemplo de ello es su mayor participación en la comercialización del café y en la toma de decisiones sobre la distribución de los recursos.

De otra parte, los cambios observados en la estructura de roles en el ámbito productivo no siempre se dan en el ámbito reproductivo, lo que se traduce en una sobrecarga de trabajo para las mujeres. Aunque algunas reportan una distribución más equitativa de las responsabilidades en asuntos domésticos, son ellas quienes continúan encargadas de velar por el cuidado de sus familias.

Es claro que se trata de procesos que requieren tiempo y que tienen efectos diferenciales en los hogares, ya que en algunas familias aún prevalecen comportamientos machistas en los que se subvalora el aporte de la mujer.

La Asociación, es un proyecto de inclusión femenina y familiar en la cadena de suministro del café que nació en 2012, produce hoy más de 450.000 kilos anuales de café pergamino seco; el 40%, entre 7 y 10 contenedores, es exportado a Canadá, a través de RGC Coffee y comercializado como café producido por mujeres, es decir, con una prima de sostenibilidad.

El resto de la producción es vendida localmente a través de la Cooperativa Departamental de Caficultores del Huila (Cadefihuila). Además, en dos tiendas de la Asociación, ubicadas en La Plata y Neiva, venden productos terminados como café molido y tostado, y galletas y postres de café.

Principios

La implementación de esta política se rige por seis principios:

  1. Igualdad y no discriminación,
  2. Diversidad e interculturalidad,
  3. Autonomía y empoderamiento,
  4. Participación,
  5. Corresponsabilidad, y
  6. Sostenibilidad.

Estrategias

A fin de alcanzar su objetivo, la FNC fija ocho estrategias (cada una con ejes de acción específicos):

  1. Transformación cultural y redefinición de roles de género en el sector cafetero,
  2. Acceso a la educación formal y no formal para las mujeres cafeteras,
  3. Autonomía y empoderamiento económico,
  4. Participación y representatividad de la mujer cafetera en escenarios de política pública y toma de decisiones,
  5. Vida libre de violencias y acceso a la justicia,
  6. Acceso a salud integral y salud sexual y reproductiva,
  7. Transversalizar la perspectiva de género en la institucionalidad cafetera, y
  8. Mejoramiento de las condiciones de vivienda.

Las mujeres rurales reciben 34,5% menos que los hombres por actividades en la ruralidad bajo contrato.

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