El país se ubica como el primer lugar en barreras relacionadas con la falta de citas y el cuarto puesto en materia de horarios de atención.
DIARIO DEL HUILA, SALUD
Colombia enfrenta una grave crisis en su sistema de salud, evidenciada en el reciente Índice de Inclusión en Salud desarrollado por The Economist Intelligence Unit (EIU). Según el informe, el país lidera el ranking mundial de barreras para acceder a citas médicas, con ocho de cada diez colombianos reportando dificultades para obtener atención. Este preocupante hallazgo pone en relieve los desafíos estructurales del sistema de salud, justo en medio de la discusión de una controvertida reforma en el sector.
Dificultades de acceso a la salud en cifras
El estudio, que evaluó a 40 países y recopiló las experiencias de más de 39,000 encuestados, revela que el 83% de los colombianos enfrenta al menos una barrera para acceder a los servicios de salud. La principal dificultad reportada por el 70% de los encuestados es la demora o imposibilidad de conseguir una cita médica.
Adicionalmente, el informe destaca otros obstáculos como:
- Problemas en la prestación de servicios.
- Altos costos de transporte o largas distancias para llegar a los centros médicos.
- Horarios de atención insuficientes, ubicando a Colombia en el cuarto lugar mundial en esta categoría.
Aunque la disponibilidad general de servicios de salud en el país alcanza el 72%, esta cifra está por debajo del promedio global. Además, solo el 57% de los encuestados pudo acceder a los servicios necesarios en el lapso de un día, reflejando una notable disparidad entre la oferta y el acceso real.
Estas cifras ponen en evidencia un sistema que, pese a contar con infraestructura, no logra conectar de manera eficiente con las necesidades de la población. Las demoras prolongadas para obtener atención tienen un impacto directo en la salud de los ciudadanos, especialmente en casos que requieren diagnósticos o tratamientos urgentes.
Consultas médicas insuficientes y desigualdad en la atención
Otro aspecto alarmante señalado por el informe es la baja calidad en la interacción con los profesionales de salud. Muchos pacientes critican las consultas apresuradas y la falta de tiempo para detallar síntomas o recibir una atención integral. Esto genera no solo frustración entre los usuarios, sino también un aumento en el riesgo de diagnósticos incorrectos o incompletos, que a su vez pueden derivar en complicaciones graves.
El estudio también evidencia las desigualdades en el acceso para las comunidades marginadas y personas con enfermedades crónicas. Estos grupos tienen 1.4 veces más probabilidades de sufrir negaciones de atención, y el 37% de los encuestados en estas condiciones reportó obstáculos significativos para recibir tratamiento. Estas cifras reflejan una preocupante realidad: mientras los sectores más vulnerables enfrentan mayores barreras, las poblaciones de ingresos más altos suelen encontrar soluciones mediante sistemas privados, profundizando así la brecha de inequidad.
La percepción de desigualdad también afecta la confianza en el sistema de salud. Los ciudadanos, al sentirse desatendidos o discriminados, tienden a buscar alternativas menos efectivas o incluso a evitar buscar atención médica hasta que sea demasiado tarde, lo que agrava el estado de salud general del país.
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Impacto de la crisis financiera del sistema de salud
La crítica situación se agrava por el déficit financiero que enfrenta el sistema de salud colombiano, calculado en más de 2.6 billones de pesos. Este déficit ha generado retrasos en los pagos a hospitales y clínicas, afectando la disponibilidad de insumos, personal y tecnología. A medida que los recursos escasean, las instituciones de salud públicas han limitado sus servicios, aumentando la presión sobre los usuarios y el personal médico.
Según el Índice, Colombia ocupa el puesto 26 entre 40 países en términos de percepción de acceso a la salud, un retroceso frente a su desempeño anterior. En la primera fase del estudio, socializada en 2023, Colombia ocupó el puesto 21, evaluándose aspectos de políticas de salud. Ahora, la segunda fase pone de manifiesto el impacto directo en los ciudadanos, reflejando la creciente frustración y el descontento ante un sistema que no logra responder a las necesidades básicas de su población.
Además, los problemas financieros han generado una creciente dependencia del sector privado, al que solo una fracción de los colombianos puede acceder. Mientras tanto, el sistema público, que debería ser el principal garante del derecho a la salud, se encuentra colapsado, limitando la atención especialmente en zonas rurales y apartadas.
Un llamado urgente a la acción
El informe de The Economist subraya la necesidad de reformas profundas y estructurales en el sistema de salud colombiano. Es imprescindible garantizar una mayor equidad en el acceso, mejorar los tiempos de atención y ofrecer condiciones más dignas tanto para los pacientes como para los profesionales del sector.
Esto requiere no solo una adecuada financiación, sino también una mejor planificación y ejecución de políticas que prioricen las necesidades de la población más vulnerable. También es esencial invertir en tecnología y capacitación para agilizar procesos y optimizar los recursos existentes. Sin estos cambios, la brecha entre las necesidades de los ciudadanos y la capacidad del sistema para satisfacerlas seguirá ampliándose.
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