Desde tiempos pretéritos, se ha planteado la posibilidad de que la mayoría de la composición accionaria de la Electrificadora del Huila sea adquirida por la gobernación del Huila, alcaldías y algunos inversionistas de la región, que actualmente representa el 83,05% en poder de la Nación, el 9,54% para el Departamento, el 5,03% lo posee el Infihuila y los municipios el 2,38%. El abultado déficit fiscal que poseen las finanzas nacionales ha generado al equipo económico del alto gobierno, el deseo de vender algunos activos donde está presente el gobierno nacional (103 en total) cuyo valor patrimonial asciende a $78 billones.
De todas formas, no hay que descuidarnos. La voracidad financiera del gobierno nacional, para vender algunos activos, con el fin de buscar un saneamiento de las finanzas nacionales, no se puede descartar. Pero no hay que bajar la guardia. Hay que integrar todas las sinergias institucionales, para buscar que este propósito alcabalero del gobierno nacional, no se lleve a cabo. Pero el anuncio de modificar el estatuto interno de la electrificadora del Huila, que busca que cualquier persona puede ocupar la Gerencia de ésta, es muy preocupante, así no conozca del sector energético. Este actuar tiene color político. Desafortunadamente, esta empresa va a seguir satisfaciendo los apetitos burocráticos y económicos, para lucrarse electoramente en las próximas justas electorales. Este es el cambio.
Mientras tanto el incremento de las tarifas de energía, están en el orden del día. Incrementos que superan el 35% anual, es un viacrucis para las familias colombianas. Es importante que el gobierno nacional, sigan estimulando la utilización de energías alternativas. Muchas residencias están buscando la forma de instalar paneles solares en sus hogares. Inclusive los ahorros son impresionantes. Además, se integran al sistema eléctrico nacional. Hay que seguir impulsando esta generación de energía limpia y sostenible. Así se contribuye para contrarrestar el cambio climático y los procesos de transición energética se pueden dar a pasos agigantados. El gobierno nacional tiene la palabra.