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El mototaxismo, una amenaza

Feb 17, 2023

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Cuando circulamos por las vías de un municipio en Colombia, y de pronto sentimos el ruido de una moto que se nos acerca, inmediatamente empieza un temor y un miedo, por la amenaza de ser atracado o ser asesinado por estos delincuentes que utilizan estos velocípedos para cometer sus fechorías. Pero no es un secreto que desde hace varios años vienen operando en algunas ciudades del país, para prestar el servicio del mototaxismo. Las personas usuarias, prefieren arriesgar su integridad haciendo uso de una moto para llegar a su destino antes que utilizar el transporte público. Ignora esa misma ciudadanía que este tipo de vehículos ocasiona la más alta cifra de incidentes en la vía y son los responsables del mayor número de muertes, después de los peatones. Las justificaciones ya se conocen: la deficiencia que ofrece el transporte público, los trancones permanentes, el costo del pasaje y la opción de empleo que se les abre a miles de motociclistas. Todas razones válidas. Pero no se trata de estigmatizar la moto como un actor clave de la movilidad. Lo que se cuestiona es el tipo de servicio que se ofrece, pues no brinda garantías de seguridad al usuario, no existen pólizas que amparen al pasajero, no se tiene la experiencia ni la pericia y tampoco se expiden licencias para que se cumpla con dicha labor.

Urge claridad o vendrá el caos. Si, como muchos consideran, es hora de abrirle espacio al transporte público privado o al sistema colaborativo para la movilidad de pasajeros, que se haga, pero con reglas claras, con responsabilidad, auditadas por el Estado y no en detrimento de la seguridad de las personas. Dejar que las cosas sigan así solo contribuye a promover el pésimo mensaje de que aquí se puede burlar la ley y no pasa nada. Pero, nace una problemática para la sociedad colombiana. El país está en una crisis de seguridad. El crimen organizado sigue sin dar tregua en algunas regiones del país. Estas tenebrosas bandas de atracadores se mueven en grupos de hasta seis o más personas; lo hacen en motos de alto cilindraje y vehículos; asaltan a plena luz del día, siguen a sus víctimas, detectan en qué momento han retirado dinero de los cajeros y fijan sus miradas en las personas que circulan por las calles.

Por este motivo, algunos alcaldes del departamento van a tomar la decisión de suspender el parrillero, producto de los hechos de inseguridad que se vienen presentando. Inclusive la administración municipal, a partir del primero de marzo, queda prohibido la circulación de los acompañantes en estos velocípedos por el microcentro de la capital del departamento. Aunque es una medida antipopular, los altos niveles de inseguridad así lo obligan. 

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