Diario del Huila

El ‘paisa’ de las licuadoras, las planchas y otros electrodomésticos

Nov 12, 2021

Diario del Huila Inicio 5 DH Crónica 5 El ‘paisa’ de las licuadoras, las planchas y otros electrodomésticos

Diario del Huila, Crónica

Por: Hernán Guillermo Galindo M

Carlos Alberto Osorio Hernández lleva 36 de sus 56 años de vida en Neiva. Se dedica a reparar aparatos domésticos en un puestico en el microcentro de Neiva. Esta es su historia de vida.

Carlos Alberto Osorio Hernández nos atiende con alegría, pero con algo de reserva en la calle séptima con carrera cuarta, en uno de los costados del nuevo Pasaje Camacho, frente al Palacio de Justicia de la ciudad de Neiva.

Tiene 56 años, 36 de ellos atendiendo un puesto de venta de repuestos para licuadoras, ventiladores, planchas y ollas a presión. A la sombra también ofrece el arreglo de aparatos domésticos como planchas, licuadoras y ventiladores.

Aunque de origen paisa, conservando el acento, se declara agradecido con Neiva por las oportunidades que la ha brindado la ciudad y la gente.

De los tiempos de niñez, de los que recuerda muy poco o prefiere recordar poco, es en su natal Manizales. De allí viajó con sus padres a Cali, en donde aprendió parte del oficio del que vive hoy día. Al fin y al cabo ellos también eran casi artesanos.

Su papá, Jesús María Osorio Cardona, se dedicaba a la zapatería, arte que nunca le interesó a Carlos Alberto; y su mamá, María Fernández, hacía muchas cosas aparte de atender el hogar. Con el tiempo los dos se vinieron para Neiva.

Carlos Alberto, que se había quedado en la capital del Valle, y era muy joven, ensayaba cómo y de qué vivir.  Entonces, un día vino a visitarlos de vacaciones y se terminó quedando.

La Neiva que encontró era una ciudad tranquila, con gente amable y acogedora por lo que se terminó amañando y hasta fundó su propia familia, cuenta Carlos Alberto.

“La Neiva de hace 36 años era una ciudad de menos habitantes, pero era mucho más comercial, se veía más gente y había más movimiento, opciones y así mismo se veía la plata”, recuerda.

El puesto de Carlos Alberto está ubicado en la calle séptima con carrera cuarta.

De relojero a lo eléctrico

Al principio no trabajó directamente con electrodomésticos. “Al comienzo había un hermano que laboraba con relojes y me puse en ese oficio”, cuenta, mientras atiende a un cliente que llegó para cambiar el empaque del vaso de una licuadora.

“Siempre estaba en plan de aprender y con ganas de salir adelante. Quería surgir”, añade.

Ya después se puso a trabajar en lo que se ocupa actualmente que es el cambio de un empaque, el cable o la resistencia de una pancha, “claro que esas máquinas ya rara vez se ven, la mayoría vienen ya con unidades integrales”.

Por eso, lo primero que hay que mirar es si tienen arreglo, comenta: “En muchos casos son desechables y no hay solución distinta a cambiar el aparato, aunque al cliente, a veces no le guste, la información”.

No siempre ha laborado en esta zona de la ciudad, también estuvo en la antigua Galería y el desaparecido Pasaje Camacho por eso ya tiene alguna clientela y gente que lo reconoce o lo recomienda. También gusta su trabajo y responsabilidad, comentan comerciantes vecinos.

“Me puse a trabajar en esto y de a poco me fue gustando porque le cogí el tiro. No sabía pero con el tiempo uno se va preparando y se va especializando, porque el aprendizaje fue empírico”, expresa.

Lo que más repara son planchas, ventiladores, licuadoras, ollas a presión y las arroceras “y de paso se venden los empaques y los repuestos de acuerdo a las necesidades del cliente”, sostiene.

Para el ‘paisa’, como es conocido, “lo que más hacen arreglar los clientes son las licuadoras y las ollas a presión, la clientela es fiel siempre que lo encuentre a uno en el puesto, no le fallan”, agrega.

Cuando comenzó siempre fue cuidadoso y contó con personas que sabían y que llevaban más tiempo en el oficio por lo que no tuvo sustos ni nada.

Carlos Alberto Osorio es agradecido con la vida y con lo que hace. “Hay que ser agradecido con lo que se tiene. Con este trabajo hace uno de la comidita y para vivir, gracias a Dios”, dice.

Ya tiene familia en Neiva, otro motivo que lo ancló a esta tierra de la que se enamoró y se quedó. Con Yolanda Andrade tienen un hijo, Jesús Alberto, que ya es independiente y trabaja por su cuenta.

‘El paisa’ estudió hasta cuarto de bachillerato entre Bogotá, en donde vivió también, y Cali. Le hubiera gustado ser profesional en ingeniería eléctrica o electrónica, pero con lo que tiene está satisfecho.

Apoyo al ambulante

En otro aspecto se refiere a que ahora pueden trabajar de manera tranquila sin la persecución de las autoridades como antes.  “En otro tiempo hubo mucha persecución al vendedor ambulante, ahora el gobierno se ha concientizado de la necesidad que tenemos de trabajar y nos dejan hacerlo sin problema alguno”, agrega.

La pandemia, aunque fue dura porque les restringió la salida a la calle, la gente se encerró y por eso pasó algunas necesidades, ya ha ido terminando, destaca.

Finalmente, Carlos Alberto Osorio envía un mensaje en el sentido que “no se menosprecie al vendedor, al trabajador de la calle, al informal, pues lo que les ofrece es de la misma calidad que se encuentra en el comercio organizado”, concluye.

Los clientes son fieles y se van satisfechos, dice.

Tal vez te gustaría leer esto

Abrir chat
1
¿Necesitas ayuda?
Hola, bienvenido(a) al Diario del Huila
¿En qué podemos ayudarte?