Diario del Huila

El reciclador de versos

Abr 2, 2022

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DIARIO DEL HUILA, HISTORIA

Por: Daniela Gutiérrez

Mauricio Córdova Arce es un hombre de 51 años de edad oriundo del municipio de Neiva. Trabajó durante 18 años en oficios de carpintería hasta que una lesión de ligamentos cruzados en su rodilla lo hizo renunciar. Lleva 3 años en el reciclaje, y aunque parezca algo extraño, este oficio ha sido para él fuente de inspiración ya que le gusta componer poesías, versos y rimas.

 “Y a mí Río Magdalena, ¡mil disculpas yo te doy!, Porque un pobre ignorante, desgraciado como yo, a tus aguas un producto que no es tuyo, ¡a tus aguas entregó!, que cruzará la Nación, y a los cinco continentes causará contaminación”, entona el hombre mientras sostiene una botella de plástico en su mano.

“Bueno,  pues no sé si lo que hago yo,  sea poesía,  pero sí he tratado de rimar algunas cositas, me dicen que es una retahíla ¿no?,  pero sí,  yo al reciclaje le he hecho dos poesías, como a los recuperadores también les he hecho ya una composición, una de las que hice es alusiva a una disculpa al Río Magdalena”, narró Mauricio Córdova.

La vida de Mauricio ha sido de altos y bajos, es un hombre que ha trabajado con sus manos primero en el oficio de carpintero en las ciudades de Cali, Boyacá y Bogotá, y hace tres años, por cosas del destino, conoció el trabajo de reciclador y vio en esta labor una buena fuente de ingresos los cuales le permiten subsistir.

“Una prima me regaló un periódico, lo vendí y me dieron como 300 mil o 400 mil pesos, y después alguien me regaló unas cajas y también las vendí y me dieron como 2000 mil pesos por las cajas y entonces, yo dije: no pues aquí me tocó seguir reciclando. Me ha ido bien por lo que los precios están bastante altos, yo empecé con las botellas transparentes a 600 pesos kilo y ahorita están a 2.400 pesos y así sucesivamente todo ha subido, aunque ya empezaron a bajar no sé por qué, pero están bajando los precios tenazmente, la semana pasada, el kilo de lata de cerveza valía 6.800 pesos, ahorita en este momento está a 5.400”, contó Córdova.

Su jornada laboral empieza a las 3 de la mañana para poder recoger las latas de cerveza que dejen afuera de los locales comerciales, luego recorre el sector donde vive (de acuerdo con los días que pasa la basura) para poder recolectar el reciclaje que sacan las personas y poder organizar todo y venderlo.

Su trabajo

“Lo más difícil de ahora del reciclaje, es que la gente sabe lo que uno busca, que es la lata de cerveza porque es la que vale más, entonces la gente bota el papel higiénico suelto, y no en una bolsa especial, entonces toca calarse uno lo que pueda ahí, porque pues toca sacar la lata de cerveza, es lo más duro, para mí es lo más duro”, comenta Mauricio con cierto pudor.

Dentro de lo que Mauricio resalta como gratificante en su oficio es que las personas le entreguen directamente una bolsa con todo el material reciclado durante la semana o unos días y que el trabajo se les facilite más. Asegura que le gusta la idea de poder contribuir con el medio ambiente a partir de su trabajo; que no sólo le ha dejado dinero, sino poemas y libros que sueña con poderlos poner al servicio de la comunidad.

“Buenos días, a todos mis guerreros,

un llamado de atención,

¡de mi bella Colombia, Poderosa y Gran Nación!

Que les ruega y que les dice,

ya que ella nos parió,

que, con nuestras manos,

la salvemos de la gran contaminación,

de este mal que no tiene cura

que el hombre también inventó,

como la bomba de destrucción masiva

que a Hiroshima destruyó,

que la alejemos de este mal

que produce contaminación”

Es el verso que Mauricio le compuso a sus compañeros recicladores.

Tesoros preciados

Así como Mauricio ha encontrado cosas desagradables en su trabajo, de las cosas más bonitas ha sido poder reciclar libros que se ha encontrado votados en las calles. “Tengo tres tomos de medicina, la verdad hay dos tomos grandes en inglés y uno en español, que hasta a un primo que estudia medicina se los quise regalar, pero no los ha recibido y no los he destruido, porque me parece el colmo que uno vaya a destruir un libro. Tengo un pocoton de cartillas, por ahí vino una profesora que me enseño en Balsillas, Caquetá, vino por una ‘Nacho’ y por ahí hay una ‘Coquito’ y dijo que le guardara esos libros. Tengo el álgebra de Baldor, todo eso me gustaría donarlos a una escuela”, aseguró el reciclador de versos.

De su oficio Mauricio resalta muchas virtudes, pero también reconoce que la calle es dura, que no ha podido tener mayores ayudas por parte de ningún gobierno, exento el hecho de que la Gobernación del Huila los ha empezado a organizar y les ha dado una dotación, así como está empezando a reconocerlos para “poder al menor celebrarnos el día del reciclador”, mencionó Córdova. Disfruta de su vida y le gusta la idea de poder ayudar a mejorar el medio ambiente por medio del reciclaje, que asegura, “deberíamos practicarlos todos”.

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