Carlos Yepes A.
Históricamente el tren ha sido un medio de transporte muy importante en el mundo entero. Surgió como un maravilloso fruto de la Revolución Industrial donde se consolidó y se pudo registrar su verdadero potencial como un medio de transporte nuevo y eficiente. Es un sistema de transporte caracterizado por la unión de una serie de vagones que son arrastrados por uno especial llamado locomotora, los vagones circulan usando las vías ferroviarias, es sin duda uno de los medios de transporte más seguros usado para viajes largos y cortos de pasajeros y de carga.
En la actualidad, si bien es cierto que podemos encontrar medios de transporte más rápidos y eficientes, es indudable que conserva muchas ventajas sobre los otros, por ejemplo, es un medio de transporte seguro y poco contaminante; además sobresale su gran capacidad para alojar pasajeros y carga y por sobre todo su precio ya que suele ser mucho más económico que otros como el avión. Los países desarrollados y gran cantidad de los que están en vías de desarrollo cuentan con este medio de transporte y con extensas redes de vías ferroviarias lo que facilita el poder viajar por un sinfin de lugares alrededor del mundo.
En Colombia el tren tuvo su época de oro hasta los años ochenta, aunque se conservan hoy algunos tramos no es nada comparado con lo que significó hasta entonces para el desarrollo del país. En mi caso particular, recuerdo las historias de mi padre quien para su época de estudiante en Bogotá lo usaba con mucha frecuencia para viajar entre Neiva y Bogotá, incluso su regreso a Neiva al culminar sus estudios, ya con nosotros, los hijos y mi madre, lo hicimos en el tren. También el tren se convirtió en esa época en gran aliado de las fiestas del San Pedro. Mi padre por varios años fue el encargado, por parte del gobierno departamental, de organizar la elección de la reina de la colonia opita en Bogotá la cual viajaba a participar del festival en el tren de la alegría.
El tren de la alegría se convirtió por varios años en un gran evento publicitario y recreativo. Los huilenses que vivían en Bogotá, una vez elegían la reina de la colinia opita, se venían con ella en lo que se convertía en un gran carnaval rodante que duraba todo el día viajando y parando por todos los pueblos. Viajaban junto con bandas y músicos que no paraban de tocar de vagón en vagón disfrutando de viandas y de aguardiente durante todo el recorrido, su llegada a Neiva era esperada por las autoridades departamentales, municipales y gran cantidad de neivanos que se agolpaban en la estación para verlo llegar y seguir compartiendo y disfrutando de este gran evento.
Sólo este episodio nos hace reflexionar acerca de lo importante y estratégico que sería el rehabilitar la vía férrea desde Neiva hacia el interior del país. Sería interminable la lista de beneficios y oportunidades que esto representaría para el progreso del sur colombiano. Nuestra menguada clase parlamentaria debería tener este proyecto de rehabilitación como una prioridad ante el gobierno nacional que, entre otras cosas, ve con buenos ojos a nivel país el tema ferroviario.
Se convertiría la red ferroviaria en un componente más para lograr que el departamento del Huila, en su zona norte, pueda conjugar además de la ruta 45 y de la posibilidad del transporte fluvial, utilizando el Magdalena, un nodo logístico que podría ser complementado con un gran aeropuerto internacional de carga. Ese es el futuro del Huila como territorio bisagra del surcolombiano.