A pesar de la desaceleración de la inflación, la histórica situación que a juicio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) azota a la región desde 2020, aún se mantendría alta el próximo año. Lo anterior, según el informe de ‘Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe’ publicado por el citado organismo económico, en el que también se recogen las previsiones para el crecimiento de la región el próximo año.
El documento académico deja ver que la inflación en la región está condicionada a los efectos en el mundo, por lo cual, al haber cierta flexibilización de las presiones macroeconómicas, como los precios de los bienes primarios o menores presiones a las cadenas de valor, es posible ver una disminución en la inflación de la región, también en línea con los primeros efectos vistos hacia finales del presente año. A esto se le sumarían las decisiones tomadas por los distintos bancos centrales de la región, los cuales fueron de los primeros a nivel planeta en aplicar una política alcista de tasas de interés para controlar el histórico costo de vida.
La inflación en América Latina y el Caribe en su conjunto rondaría el 6,4% para diciembre de 2022, similar al 6,5% que la entidad cuenta para diciembre de 2021 aplanando la montaña que se evidenció hacia mitad de este año. Esta corrección se mantendrá hacia todo el próximo período hasta llegar al 4% en diciembre de 2023.
“En 2023 la tasa de inflación permanecería en niveles superiores a los existentes antes de la pandemia. De igual forma, distintos bancos centrales de la región han señalado que esperan que sea a mediados de 2024 cuando la inflación converja con los rangos establecidos en sus programas monetarios”, señaló la entidad en el documento.
También hace énfasis en que la dinámica de la inflación podría no seguir este ritmo propuesto, siempre y cuando las condiciones no cambien a nivel mundial, puntualmente estas coyunturas sobre el comercio mundial. Sostuvo así que, “si nuevos cambios en el escenario geopolítico vuelven a perturbar los precios de la energía y de los alimentos, o si se producen nuevos aumentos de las tasas de interés de los bancos centrales de los países desarrollados, en especial la Reserva Federal de los Estados Unidos, lo que sin duda entrañaría una mayor volatilidad cambiaria en las economías de la región”.
Finalmente, es preciso destacar que a pesar del complejo entorno macroeconómico mundial, los ingresos públicos en América Latina se mantendrían al alza en 2022, después de alcanzar un nivel histórico en 2021. Para la entidad, se prevé que los ingresos totales se ubicarán en el 19,4% del PIB, es decir, un leve aumento de 0,2 puntos porcentuales frente al registro de 19,2% del PIB tomado en 2021.
