La primera sede de la Universidad del Catatumbo con el propósito de contrarrestar la violencia de la región se construirá en el municipio del Tarra. Esta ‘Universidad de la Paz’ fue pensando en una zona en la que desde hace décadas no se conoce más que el conflicto armado y la coca como sustento económico.
El Tarra fue escogido para construir la primera sede de esta universidad sobre la que todavía hay más dudas que certezas, pero en la que tanto la administración nacional como la local han puesto la prioridad para que Colombia deje de ver al Catatumbo como el principal almacén de coca. Tras su llegada al poder y en uno de sus primeros viajes como presidente, Gustavo Petro aseguró, en medio de un baño de masas, que «es posible un Catatumbo más grande, más poderoso, si del lado del Gobierno somos capaces de producir, de aumentar la productividad de la región, de traer la universidad pública a este municipio».
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Los jóvenes del Catatumbo se ven obligados a sumergirse, de una forma u otra, en la economía ilegal que se ha convertido en el sustento de la región: la coca ha permitido un desarrollo que el Estado nunca llevó y da trabajo a quienes no encuentran más oportunidades. En este sentido, Gustavo Petro se convertiría en el primer mandatario que se atrevió a poner sus ojos en dicha tierra, más allá de seguirla estigmatizando.
Esta zona es conocida por la alta presencia de grupos armados ilegales, tanto disidencias de las FARC como la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y paramilitares, que se disputan el control de la coca. De hecho, el Catatumbo es una de las regiones prioritarias del Gobierno de Nacional para impulsar su política de ‘paz total’, que no solo busca negociar el fin de la violencia con los grupos armados, sino que engloba estrategias para garantizar el desarrollo de los territorios más abandonados del país, especialmente en materia de educación y salud.
