Diario del Huila

‘En mi casa siempre hubo paseo los domingos’

Sep 4, 2021

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DIARIO DEL HUILA, MUY PERSONAL

Por Rolando Monje Gómez

Fotografías. Tatiana Ramírez

Carlos Arbey Salamanca Falla es una persona sencilla y amable, que en cada una de las funciones que se ha desempeñado en su vida profesional se ha destacado por su don de gentes, su honestidad y dedicación. Para él la familia es lo más importante algo que aprendió de sus padres y hoy lo vive con su esposa y su familia.

“La docencia siempre estuvo ligada a mi vida, mis padres eran docentes, mi mamá lo ejerció toda la vida y mi papá al inició de su ejercicio profesional, pero siempre vi a mi mamá muy dedicada por lo que siempre tuve como una opción de vida la docencia”.

“El ser educador llegó a mi vida ya tarde. Inicialmente lo vi como un ingreso adicional por mucho tiempo, pero ya, pasando los años, entendí que en la docencia podía combinar una vida profesional como administrador de empresas y aportar a la sociedad ayudando a formar y entendí que había también formas de aportar, como la que estoy haciendo hoy, desde el emprendimiento y la investigación”.

Así se expresó Carlos Arbey Salamanca Falla, quien se define como un hombre generoso, amigable, respetuoso y dedicado y quien después de un largo recorrido por diferentes entidades públicas y privadas, hoy está dedicado a la docencia en la Universidad Surcolombiana, “desde el 2016 estoy de planta en la Facultad de Economía, particularmente en el programa de administración de empresas en el área de economía y finanzas”.

“Ha sido una experiencia buena, distinta, siempre me ha gustado el agite, el ritmo, la velocidad y la docencia a veces no permite eso, es un ambiente de más estudio, de más soledad, de mucho contacto con los jóvenes, pero la mayor parte del tiempo es la automotivación, la autogestión el autocontrol. A mí me gustan mucho las relaciones”, afirma.

Pero además de su papel como docente, se desempeña como director del Centro de Emprendimiento e Innovación, desde 2019, según dice una experiencia nueva, “un reto que nos tocó en medio de la pandemia donde le dimos respuesta a tanta gente en distintas ubicaciones, eso me ha enseñado a aprender de la región”.

Sus orígenes

Carlos Salamanca nació en Pitalito, hace cincuenta años, donde sus padres eran educadores. “Mi padre, ya fallecido, era Carlos Enrique Salamanca Cerón, nacido en San Agustín, en principio fue profesor y luego trascendió a ser periodista en distintos medios de comunicación del departamento. Mi madre Lucero Falla, de El Pital, estudió en la Normal de Gigante y ejerció como profesora toda su vida. Hoy está pensionada”.

Recuerda que desde que tiene uso de razón la vida en familia fue amorosa, “siempre tratábamos de estar juntos. Se valoraba el jugar mucho, mis papás promovieron mucho el juego, el estar con los amigos, los vecinos”.

“Una cosa que recuerdo, con mucho aprecio, era los paseos de los domingos, siempre mi papá nos llevaba a río, era una tradición que ahora uno de adulto no aplica, pero en mi casa siempre hubo paseo los domingos. Lo otro que hacíamos era siempre celebrar las navidades, a mis papás siempre les gustaba hacer una bonita celebración, independientemente de los recursos que existieran”, comenta.

Las primeras letras

Aunque nació en Pitalito, las actividades de sus padres los trajeron a Neiva. “Cuando yo tenía cuatro años, mi papá se dedicó a los medios de manera más permanente, los primeros años los hice en unas escuelas en Diego de Ospina, kínder y primaria. Luego nos pasaron a mi hermano y a mí al Salesiano donde hice de segundo a quinto de primaria, ya en bachillerato llegué al Santa Librada, que era el líder en su momento, pero en octavo, en vista de los muchos paros estudiantiles mi mamá pensaba que nunca iba a terminar el bachillerato y pasé al Claretiano donde finalmente me gradué”, recuerda.

En ese colegio su mamá era la coordinadora académica y ahí terminó junto a sus hermanos Harold, administrador de empresas de la Usco y Neife Lucero sicóloga. “Mi mamá es una mujer muy tranquila y cuando tenía que halar las orejas lo hacía, todavía lo hace”, comenta.

Carlos Arbey Salamanca ha sido un hombre muy aplicado, es así que tan pronto termina su bachillerato ingresa a la Universidad Externado de Colombia, donde se gradúa de administrador de empresas en 1994.

“Trabajé al mismo tiempo en el Instituto Colombiano de Energía Eléctrica y tan pronto terminé la carrera me ofrecieron hacer una especialización en finanzas, también en el Externado. En esa empresa tuve la oportunidad de recorrer los antiguos territorios nacionales”, afirma.

En 1997 volvió a Neiva como observando qué había y en esa época murió su padre. Trabajé con la construcción de Mercaneiva, el que diseñó ese proyecto si sabía lo que era una ciudad moderna, lamentablemente eso no llegó a feliz término”, señala.

Rumbo a Inglaterra

En abril del 98 decidió viajar a Inglaterra a perfeccionar el inglés, inicialmente por seis meses y se quedó seis años. “Cuando la plata empezó a escasear comencé a buscar trabajos, estuve en un restaurante como año y medio y después entré a trabajar en el Consulado en Londres donde estaba Jaime Lozada Perdomo, donde estuve por espacio de tres años. Él fue el padrino de mi matrimonio con Lida Patricia Trujillo Castañeda”.

“Allí inicié una maestría y me ofrecieron hacer una doble titulación en Francia, vivimos en Niza, al sur de ese país. Al final de la estancia en Inglaterra nació nuestra hija Isabella, que hoy tiene 18 años, y fue cuando decidimos volvernos a Colombia”, comenta.

“La idea era venirnos a radicar con la familia en Neiva. Inicialmente me nombraron director de Fenalco, lo que me permitió conectarme con la región, con sus comunidades, con su problemática. Estando allí, Rodrigo Villalba me invito a hacer parte de su administración y trabajé en el área de control interno”.

Al salir de la Gobernación pasó por la CUN como docente, tuvo una experiencia distinta como gerente de Oftalmoláser, hasta que llegó a la Usco, por invitación de Eduardo Pastrana, rector en ese momento y quien recientemente volvió al cargo.

“Eduardo Pastrana me invitó a ser jefe de Planeación. Él es una persona recta, honesta y de palabra”, afirma.

Para esa época se presentó una tragedia con funcionarios de la Oficina de Control Interno, donde murieron varias personas, entre ellas la jefe, Carlos Salamanca fue llamado a asumir el cargo, por su experiencia vivida en la Gobernación del Huila. ”Fue muy difícil trabajar en esa oficina, para levantarle el ánimo a los que quedaron después de ese accidente”, recuerda.

La familia

Para Carlos Salamanca la familia es lo único que uno tiene, considera que sus padres influyeron mucho en su vida, “ellos estuvieron muy cercanos, compartíamos todo, sobre todo la orientación en valores, el respeto, la honestidad, la lealtad y sobre todo la puntualidad cosa que aprendí de los dos, como también a aceptar las derrotas. Han sido parte de nuestra formación”, afirma.

“De mi papá siempre aprendimos a estar informados, él abría el ojo y prendía la radio, siempre hemos tenido radio, estamos muy atentos a las noticias nacionales e internacionales. Con mi hermano hemos querido acercarnos al periodismo a través de las columnas de opinión aunque es una profesión difícil”, indica.

Hoy su hogar lo integran su esposa Lida Patricia, ingeniera industrial y emprendedora, su hija Isabella que ya tiene 18 años y estudia ciencias políticas en La Sabana y su hijo menor, de 14 años, Tomás que aún está en el colegio.

“Tengo la fortuna de tener una gran esposa, dinámica, alegre, amorosa, con muy buenos propósitos, se fija metas. Una de las experiencias más bonitas que he tenido fue cuando estuve en el parto de mis dos hijos”, afirma.

Se siente muy unido a sus hijos y a sus estudiantes, “Los jóvenes tienen voz, mi generación fue una generación muy callada, muy obediente y hoy noto en mis hijos que tienen un sentimiento distinto en la forma en que lo expresan”, manifestó-

Con su esposa llevan casi 30 años juntos, siete de novios y 22 de casados. “Nos gustan los detalles permanentes pero significativos

Finalmente expresa que se siente muy contento de todo lo que ha hecho en la vida y afirma que “hay que ayudar a la comunidad, no solo es tener sino compartir!” y no son solo sus opiniones, son palabras que hacen parte de su vida.

‘En mi casa siempre hubo paseo los domingos’

Aunque nació en Pitalito, las actividades de sus padres los trajeron a Neiva.

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