DESHOJANDO MARGARITAS
Por Margarita Suárez
Me emocionó la entrevista de Vicky Dávila con Cecilia Suárez, dama de 97 años de edad, madre del candidato presidencial Rodolfo Hernández. Su compostura, lucidez mental, memoria, simplicidad de palabra, sencillez para denominar las cosas, sus valores, su amor maternal, su paz interior, me hicieron recordar el reportaje que le hice hace tres años a Chavita Acevedo de Restrepo, suegra del inmolado exministro Rodrigo Lara Bonilla. Chavita tenía 96 años cuando conversamos, en septiembre cumple 99 y según me cuentan sus hijos sigue vital. Recomiendo ver la entrevista con Cecilia, una mujer que es ejemplo de vida. Le ha gustado trabajar y ahorrar. Considera que el secreto de su longevidad está en haber trabajado para sacar adelante sus proyectos, lo cual todavía sigue haciendo. Se levanta cuando despunta el sol y se acuesta a dormir a las ocho de la noche. Madruga sabroso, no le gustan los flojos, ni siquiera a su marido le perdonó ser perezoso. Es talvez la única colombiana que le dice a Rodolfo Hernández, el candidato de 77 años de edad, que es un muchacho. Obvio, ella lo ve así, a todas nos pasa lo mismo con nuestros hijos. Con su entrevista Cecilia devolvió la juventud a los muchachos de la edad de Rodolfo que se creían viejos. Contó que la comida preferida del candidato es el sancocho de gallina con chorotas. Esta últimas se cocinan entre el caldo, se preparan con masa de maíz pelado y son patrimonio gastronómico de los Santanderes y Boyacá. Cecilia ha sido emprendedora agrícola y gran empresaria. Tuvo a su cargo en la finca de Piedecuesta 104 empleados, de los que nunca se dejó intimidar por ser mujer. En la molienda de caña está en los trapiches pendiente de la producción. Encaramada en una volqueta o en una camioneta, recogía el tabaco de sus vecinos para la fábrica Montecarlo que tenía 80 cigarreras. Piedecuesta ha sido llamada “Capital Tabacalera de Colombia”. No se negó a ningún tema en la entrevista, soltó mensajes claros sobre aborto, defensa personal, crianza, admiración por la inteligencia, amor al trabajo, poder femenino, drogas, licor, honestidad, en fin, posturas ante la vida. Dijo tantas cosas geniales que terminé pensando: cuando viejita quiero ser como Cecilia, creo que las Suárez somos así.
