Parapeto. –
Gustavo Petro encontró la solución a los inmensos problemas de corrupción que ha afectado a su gobierno y con la “linterna de Diógenes”, descubrió la respuesta a su preocupación, nombrando al más corrupto de todos sus colaboradores, para que sea el vocero del régimen ante el Congreso y la voz cantante del gobierno en las relaciones con los partidos.
Reunió en la casa de Nariño a la examiga de Armando Benedetti, Laura Sarabia, actualmente directora al Dapre para darle al país la noticia: Que el sinuoso y peligroso político Armando Benedetti acababa de ser nombrado como asesor del gobierno del cambio. ¡Aleluya!
Solamente le hizo falta, al primer mandatario, salir desnudo a la carrera séptima de Bogotá, como lo hizo Arquímedes, el sabio griego, cuando salió las calles enloquecido por haber encontrado la manera de medir el volumen de un cuerpo irregular, y grito: ¡Lo encontré! Petro encontró al irregular de Benedetti.
¿Quién es este oscuro y desvergonzado sujeto saltimbanqui de la política?
Armando Benedetti es un político Cartagenero que, en el gobierno de Gustavo Petro fue nombrado embajador ante la FAO sin importarles que el sujeto enfrenta varias acusaciones en la Corte Suprema de Justicia por los siguientes delitos: Enriquecimiento ilícito de servidor público, Concierto para delinquir y cohecho, y Concusión.
Recién gano las elecciones Gustavo Petro, Benedetti profirió, en audios revelados por la revista Semana la noticia que él, había gestionado $15.000 millones de pesos para la campaña presidencial de Gustavo Petro, especialmente para asegurar votos en la región de la Costa norte. Aseguro, que sabía de información comprometedora que podría perjudicar a varios actores políticos, afirmando que: “Si no es por mí, no ganan”
Se refirió, con los peores adjetivos sobre la persona del jefe del Estado y revelo la adicción a las drogas del presidente Petro. Gustavo Petro ahora asombra al país vinculándolo nuevamente al gobierno.
La personalidad del presidente de la república nos impacta todos los días, no precisamente para bien, sino para mal. El país está absorto de ver que las alianzas que busca el jefe de Estado se den con el lumpen político de la nación, con los grupos criminales más sobresalientes por su ferocidad, lo que nos lleva a pensar que el presidente de la república está sufriendo de una grave enfermedad, gravísima aún no identificada, pero que puede estar entre lo Megalomaníaco (delirios de grandeza); Psicopatía o personalidad antisocial (trastorno de personalidad antisocial que podría mostrar carencia de escrúpulos, fascinación por el poder y vínculos con el mundo criminal); lumpen burguesía, o lumpen admirador o Mesianismo delictivo ( individuo que utiliza a personas en el entorno criminal como una extensión de su propio poder). Increíble que 11.4 millones de ciudadanos no se hubieran dado cuenta de la embarrada que iban hacer cuando lo eligieron. Parodiando a Don Porfirio Díaz, presidente de Méjico podemos decir: “Pobre Colombia, tan lejos de Dios y tan cerca de la tragedia”. Julio Bahamón.