Diario del Huila

Fiesta – Poder

Jun 11, 2022

Diario del Huila Inicio 5 Opinión 5 Fiesta – Poder

Por. José Eliseo Baicué Peña

Fiesta, etimológicamente viene del latín dies festus, que traduce día de regocijo de alegría; representa conmemoración de un evento o persona sagrados que incluye ordinariamente el cese de todo trabajo u ocupación temporal. Vale señalar, que la noción de fiesta ha sido planteada por algunos críticos como el surgimiento de una Edad de Oro a partir de una época de decadencia o desorden. 

Es como un complejo contexto donde tienen lugar una intensa interacción social, un conjunto de actividades y de rituales, una profusa transmisión de mensajes (algunos de ellos trascendentes), y un desempeño de roles peculiares que no se ejerce en ningún otro momento de la vida comunitaria.

Como en todo ritual, la fiesta no la vive una sola persona sino que se distribuyen los roles entre los miembros de la comunidad. En gran medida, las fiestas son una redundancia de la estructura social, una extensión de tradiciones y costumbres culturales propias de una región. 

No obstante la discusión sobre la denominación de América Latina (recordemos la controversia que causó la reflexión sobre el término con las celebraciones de los 500 años de la llegada de Cristóbal Colón a tierras americanas), es común pensar en Latinoamérica como una unidad, pese a ser un continente integrado por 24 países con culturas propias y orígenes diversos. ¿A qué se debe esta circunstancia? Numerosos críticos coinciden en señalar, entre otras causas, la historia común de la conquista por parte de los imperios de España, Portugal y Francia que heredaron su idioma (español, portugués y francés), además de la religión católica.

Y en cuanto a la relación fiesta-poder, la fiesta tiene su propio sistema de poder que entra en juego con otros sistemas instituidos. La fiesta propicia un espacio en donde es posible la afirmación, el cuestionamiento, la transgresión o la revocación de los valores que dichas relaciones de poder sustentan.

Así, la fiesta permite a ciertas comunidades afirmarse como tales ante un sistema opresor, o puede servir de blanco de otros tipos de poder. Por ejemplo, algunos críticos afirman que la Revolución Francesa instituyó un nuevo sistema de fiestas que le permitió ganar reconocimiento e institucionalidad.

La fiesta funciona como espacio para la transmisión de tradiciones ancestrales y como fenómeno unificador y preservador de la comunidad. En un encuentro entre el tiempo histórico y el tiempo mítico, las comunidades reviven la fuerza de sus raíces y confirman su identidad.  La fiesta también es una forma de poder.

Este año, como en versiones anteriores, con el festival folclórico y reinando nacional del bambuco Neiva se engalana, se transforma, pues, la fiesta genera encuentros, alegrías, festejos, celebraciones y fusión de culturas.  

Tal vez te gustaría leer esto

Abrir chat
1
¿Necesitas ayuda?
Hola, bienvenido(a) al Diario del Huila
¿En qué podemos ayudarte?