Por: AMADEO GONZALEZ TRIVIÑO
El Partido Republicano en Norteamérica se opone a las políticas internacionales que ha desplegado en los últimos días el gobierno del Demócrata presidente de los Estados Unidos, al generar diálogos y buscar establecer una serie de prerrogativas en favor del gobierno venezolano, por y como consecuencia del aprovechamiento y negociación directa del petróleo que se produce en ese país, sin dejar de lado en estos momentos que este país suramericano tiene las más grandes reservas de petróleo, diálogos entre los cuales, alcanzó la liberación de dos norteamericanos que se encontraban privados de su libertad en cárceles venezolanas.
Mientras esto sucede, la dirigencia política y gran parte de la ciudadana en Colombia se encuentra sorprendidos del giro de las negociaciones que se han generado en este proceso, luego de dos semanas de lo que se ha denominado la invasión por parte de Rusia a Ucrania y como mecanismo de contrarrestar la hegemonía soviética respecto de su capacidad de abastecimiento de petróleo para muchos países del mundo.
Encontramos en este proceso, voces disímiles que nos acercan y nos alejan en las redes sociales y que contrastan con las ideologías en pugna, o quizá, no tanto por las ideologías sino por la estrategia guerrerista que se presenta en uno u otro sentido, por cuanto, a sabiendas de las relaciones comerciales, diplomáticas y de apoyo que se han venido presentando entre Rusia y Venezuela, la interferencia que surge en estos momentos, generan especulaciones por refundar los conceptos de hegemonía del poder que puedan darse y que hicieron aflorar hace mucho tiempo, lo que se conoció como parte de una guerra fría entre las potencias que mueven la economía del mundo.
Los medios de comunicación en Colombia, han alcanzado factores de atracción, distracción y alejamiento, cada día más y más de los ciudadanos, cuando se busca presentar o bien, las imágenes de la barbarie de la guerra o aquellas crónicas permanentes que se dan de la inseguridad y del conflicto social y guerrerista que se vive en nuestro país, con lo cual, se busca alcanzar niveles de sintonía que no se corresponden con el estado de preocupación que estamos viviendo, en medio de un proceso electoral o de recuperación de una pandemia que se distrae y cobra a cada instante las secuelas sociales y económicas que antes no nos habíamos imaginado.
Es cuando la estrategia política de las alianzas y de la atracción de los poderes que se tienen cerca, se concentran en direccionar una disminución del riesgo o del daño que podemos generarnos mediante el diálogo directo y la solución de los problemas que nos aquejan, que nos vinculan con el desarrollo y evolución de nuestros pueblos, por cuanto, los seres humanos tenemos que edificarnos sobre la convivencia, sobre la proyección de respeto al otro y de apoyo en todos los sentidos con respecto a la forma de direccionar o de buscar soluciones a nuestros conflictos internos.
Consideramos que son bienvenidos estos acercamientos del gobierno norteamericano, pero que no se pueden condicionar como han planteado algunos, hacia la imposición de políticas que no tengan que ver con el respeto mutuo de cada forma de organización interna que exista, sin perjuicio del calificativo que desde cada interés o ángulo de vista se tenga de dichos gobiernos. Cuando esto se logre y se comprenda de la mejor manera, la estrategia política que se vive en cada casa, la guerra fría cesará y podrá ser manejada por el contrario, como un elemento de convivencia hacia la paz y la confraternidad internacional.
