Cuando se iniciaba el mes de diciembre pasado, la sociedad colombiana miraba con escepticismo la propagación de la variante Ómicron en los países desarrollados, pero que en nuestro país se estaba presentando una significativa reducción de Covid, porque se tenían cifras inferiores a los 2000 contagios diarios y una mortalidad menor a los 40 fallecimientos por día. Teníamos una ilusión, porque se vislumbraba una luz de esperanza y de mucho optimismo al final del túnel. Pero llegaron las festividades navideñas y de fin de año. El desbordamiento social en todas las ciudades del territorio colombiano, empezaron a reflejar desde hace dos semanas, un incremento inusual en las cifras emitidas por el Ministerio de Salud. Habíamos iniciado el Cuarto pico de la pandemia.
Las ferias de Cali, Manizales, Pasto, las festividades en muchas localidades y los destinos turísticos empezaron a generar grandes aglomeraciones, que a la fecha han empezado a impactar seriamente los centros hospitalarios del país. Nuevamente se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para las autoridades sanitarias. El comportamiento irracional de las personas se ha reflejado en las estadísticas emanadas por el Ministerio de Salud por el incremento exponencial que han tenido dichas cifras.
De acuerdo con el último reporte del Instituto Nacional de Salud, la progresión de Ómicron hasta el pasado 2 de enero, ya representaba cerca del sesenta por ciento de los contagios en un acelerado desplazamiento de Delta, que hasta hace algunas semanas era la forma predominante en el país después de reemplazar a la variante Mu, responsable del tercer pico a nivel nacional. El mismo presidente de la República, Iván Duque Márquez, expresó recientemente que podríamos llegar en los próximos días a los cuarenta mil diarios, una cifra superior a los máximos diarios reportados oficialmente durante el tercer pico, que no alcanzaron los treinta y cuatro mil en su peor momento.
El día anterior, el Ministerio de Salud anunció que se reportaron 31.170 casos nuevos de Covid en Colombia, una cifra cercana al máximo histórico. Pero como lo han señalado varios expertos, ante el avance de Ómicron, es probable que este número siga creciendo, por lo que también es importante enfocarse en otros indicadores como la ocupación de camas UCI, lo que da una mejor señal de qué tan drástica es la cuarta ola y si se saturarán o no los servicios hospitalarios. En el departamento del Huila, ascendieron a 211 casos nuevos el sábado pasado, los cuales se encuentran distribuidos en 14 municipios. Actualmente existen 580 casos activos. Igualmente falleció una persona de 82 años en el municipio de Isnos, donde estuvieron en fiestas, impulsadas por la administración municipal.
Todo lo anterior, es el resultado del impacto que tiene este nuevo linaje sobre una población que por esta época ha aumentado sus interacciones por cuenta de las festividades de final y principio de año en medio de un relajamiento en la aplicación de las medidas de bioseguridad, como se ha observado en el marco de algunos festejos populares.
A pesar de que la vacunación ha avanzado en términos de primeras y segundas dosis, no alcanza todavía a cubrir un 25 por ciento de la población en riesgo con refuerzos, que, según los expertos, son los que protegerían a estas personas de enfermar gravemente o morir. De ahí que el Gobierno Nacional insista en hacer llamados para que la gente acuda a inmunizarse. Según el Plan Nacional de Vacunación, a la fecha se han aplicado más de 65 millones de vacunas, de las cuales 3’522.444 corresponden a dosis de refuerzo. Estamos lejos de la inmunización total.
De acuerdo con lo expuesto anteriormente, está lejana la fecha que lleguemos a la terminación definitiva de la pandemia de este virus mortal. Y de sobremesa, apareció otra variante denominada Deltacron en la Isla de Chipre. Esta nueva cepa todavía no tiene sustento científico, ni reconocimiento de la OMS.
