Por: Luis Humberto Tovar Trujillo
Fue una frase pronunciada por Cicerón, famosa por ser la primera oración de la Primera Catilinaria. Se traduce del latín al español como ¿Hasta cuándo abusarás, Catilina, de nuestra paciencia?; Quusque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?
Frase especial para este momento difícil de nuestro pais, mas abocado al desorden, perdida de la autoridad, sin tridivision de poder, la prevalencia, no del interés general sino del de los delincuentes, hoy apoderados, desde todos los puntos cardinales, de nuestro pais.
Cada día se lanzan desde el gobierno, incoherencias, a tal punto que, ante su reconocida incapacidad para gobernar, se habla de decrecimiento, como una expresión adecuada para poder entender esa incapacidad, como es la invitación a renunciar al desarrollo y al crecimiento en todos los ordenes de la vida, para lanzarnos a la miseria, al estancamiento, a la pobreza.
No hablemos de esa pobreza mental e ideológica del gobierno, hablemos de esa “riqueza empobrecida” de quienes dirigen, es su mayor patrimonio, que, desde luego, tiene su lógica, si así lo llamáramos, de buscar una riqueza personal, mientras empobrecen a los ciudadanos.
A tan escasos tres meses sin cumplir, esa riqueza empobrecida, unión de dos extremos, pero entendible por ese mar de contradicciones, ha llegado, a hacernos entender, que no se necesitan grandes tiempos para destruir lo construido, con esfuerzo y dedicación, con todas las limitaciones humanas.
Solo se necesitan mentes enfermas, psicópatas, con delirios de grandeza, que solo tienen en su vida el itinerario de la miseria de los demás, para que, atentando contra todas unas instituciones, asumen ser ricos, sin haber trabajado, sino viviendo de la miseria de los demás, inclusive, del mismo Estado, sin hacerse notar, sino limosneando, y ofreciéndose, como menesterosos, a los menajes del poder.
Hoy presumen ser buenos gobernantes, haciendo exactamente lo mismo que criticaban otrora; criticaban la corrupción, y hoy es su norte, porque ese es su ADN, ideológico; criticaban, en su entendido, el no respeto a la ley, y hoy, han cogido la constitución, y la ley como montículo, quieren igualar las violaciones de seres humanos con la constitución, es decir, quieren meter a los violados, que incluye a la constitución, en un solo costal.
Si las instituciones están siendo destruidas, nos preguntamos; hasta cuando se va a permitir, que este martirologio se extienda, sin que le duela, incluida las humillaciones a la dignidad de la fuerza pública, renunciando a su obligación constitucional de defenderlas.
Todo por obediencias indebidas; ojalá no dejen agotar los ahorros de apoyo, y solidaridad del pueblo colombiano, por defender la mezquindad, la ruina y la miseria.
