Juan Felipe Molano Perdomo
Petro se encuentra en su mejor momento político, nada hará que pierda a excepción que atenten contra su vida, será el próximo presidente de los colombianos pese a la izquierda radical y fundamentalista, que extrañamente no son los que algún día se alzaron en armas y las empuñaron en sus propias manos (que hoy son más moderados), son esos que desde las aceras de las calles apoyan la causa, reparten condenas y absoluciones, los que tienen en sus manos la barita para medir la moral y la ética en el quehacer político y administrativo.
Hemos visto como muchos incluido el que escribe, que llegamos apoyar esta causa sin invitación divina y sin boleta de entrada, mucho menos reclamando un carnet para empujar esta bella causa, tal vez la única en los últimos 35 años y que no se repetirá en más de tres décadas si no lo logramos.
En fin, van llegando liberales, conservadores, independientes, sin partido, decepcionados, visionarios, entre otros, pero que al final lo hacen desde sus orillas, con sus recursos, con sus propios liderazgos, para no electrocutarse con la insoportable vanidad de quienes no entienden que nada se ha ganado hasta hoy, sin embargo, saben que ganado Petro gana el país y nos aprestamos a las grandes transformaciones del Estado, pero que si no ganara, también sabemos que nuestras vidas en lo regional sigue, que nos toca avanzar en los propósitos propios e individuales. Gracias a quienes se suman entonces para que este 29 de mayo elijamos en primera vuelta a Petro, y desde esta columna invito a los indecisos, a los que creen en el voto útil, en quienes esperan una nueva forma de gobernar para la gente y para el bienestar del planeta, que en últimas somos más que los practicantes de izquierda radical que solo se han preparado para dejar constancias públicas de participación ciudadana en todos sus escenarios.
