Por: Gorky Muñoz Calderón
La contienda electoral de marzo, sin duda alguna cambió el mapa político regional. Los ciudadanos le pasaron factura a quienes por años estuvieron perpetuados en el poder y les cobraron la falta de liderazgo, gestión por la región y abandono a las necesidades del departamento. Fue una contundente derrota para ellos, un voto castigo que los bajó de ese pedestal en el que creían estar, los despojó de sus credenciales políticas y los volvió uno más del montón.
Pero además, esta votación lograda por el Pacto Histórico, y otras fuerzas emergentes, permitieron el paso a una renovación necesaria en el Congreso, para el departamento, que algunos critican porque nos quedamos sin representación en el Senado, pero que de alguna forma era necesaria para generar un cambio de raíz.
Por eso parecen absurdas las declaraciones de Hernán Andrade, que trata de culpar de la derrota política de su sector político a terceros, desconociendo que solamente ellos han sido los grandes culpables de su declive.
Han sido su falta de liderazgo, el abandono a las comunidades que alguna vez lo eligieron, la falta de voluntad política para enarbolar las banderas de los más necesitados, el aprobar abierta y descaradamente proyectos que beneficiaban a unos pocos en detrimento de las mayorías, el desaparecer en momentos de confrontación social donde la ciudadanía esperaba que los liderazgos asumieran un rol protagónico, y sobre todo, la falta de empatía a las necesidades de la población, las principales causas de su derrota.
Se olvidó de dónde vino, que empezó en la política como cualquier ciudadano más, como concejal de Neiva incluso, y conoció de cerca las necesidades de la gente. No obstante llegó a ser Presidente del Senado y muy poco se habla de las obras o de lo que eso le representó a la ciudad o al departamento.
Por eso la ciudadanía le pasó factura a él, y a su sector político, y hoy viven la decadencia de un periodo que para ellos ya terminó.
Así que ese cuento de que participamos en política, cosa que claramente no podemos hacer, y decir que por eso se impusieron las maquinarias es una aseveración injuriosa y calumniosa que tendrá que probarla ante la opinión pública y la misma justicia. Allá a los estrados judiciales lo citaré para que hable con pruebas, y demuestre las palabras que hoy con el desespero del olvido del poder y el afán de protagonismo, lanza para ganar incautos.
Menosprecia y desconoce el voto libre de los miles de huilenses que le apostaron al cambio, que se cansaron de las viejas y oxidadas estructuras políticas, que dejaron de tragar entero y se sumaron a un momento político que hace un año en las calles exigió cambio y hoy se materializó en las urnas.
Interpreto esos comentarios como muestra del desespero político que hoy vive por la orfandad de poder, sin embargo me gusta que hable de corrupción. De eso no le refuto porque es una autoridad en la materia. Los escándalos del desfalco de Cajanal, del tráfico de influencias en la antigua Dirección Nacional de Estupefacientes y el cartel de la toga, lo acredita para hacerlo.
Entre tanto y mientras ellos siguen desconectados de la realidad y de las necesidades de la comunidad, nosotros continuaremos con la estrategia Alcalde en Casa, escuchando la gente en los barrios y veredas, y con la ejecución de las obras con las que estamos cumpliendo a cabalidad nuestro plan de desarrollo.
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