Poco a poco el gobierno nacional empieza a decaer en la aprobación por parte del Congreso de la República, de las diferentes iniciativas gubernamentales que ha presentado con el fin de reformar la estructura del Estado Colombiano. Todos sabemos de las causas que se han presentado en los niveles de favorabilidad ante la opinión pública por el desgaste que ocurrido por su ineficacia en la formulación de políticas públicas para mejorar las condiciones de bienestar de las familias colombianas. Lo hemos afirmado desde esta tribuna de opinión, las ideas originales contempladas en los documentos que se han radicado en el legislativo han tenido que ser reestructurarlas porque, así como se encuentran concebidas en los documentos oficiales, difícilmente serán aprobadas por los sectores políticos. Por tal motivo, el gobierno nacional les ha tocado mejorar las mermeladas a estos congresistas para comprarles sus conciencias, así no lo quieran aceptar algunos sectores de la coalición gobiernista.
Pero la presión de los sectores productivos y de la sociedad, han generado una desconfianza en la actitud de algunos integrantes de las bancadas gobiernistas, para que aprueben los articulados que se encuentran inmersas en dichas reformas, que pretenden transformar la realidad social, económica y política de la estructura del Estado Colombiana. No es raro que, durante la presente semana, los congresistas por abrumadora mayoría hayan hundido definitivamente la Reforma Política en su cuarto debate. Ha sido un golpe a la estructura del movimiento político afecto al gobierno nacional. No le funcionaron las maquinarias que tenían amarradas. Igualmente, otros proyectos y algunas facultades que están condensadas en el Plan Nacional de Desarrollo, que se están discutiendo en la corporación, corrieron con la misma suerte. Nada está definido en la agenda legislativa propuesta por el gobierno del cambio.
Entre dichas reformas se destacan la pensional, laboral, a la salud, sometimiento a la justicia, entre otras, que han generado la más grande polarización entre la sociedad colombiana y el gobierno del presidente Petro. Todo este paquete de reformas con tintes estructurales y sesgos ideológicos, afectaràn el rumbo de la economía del país en el mediano plazo, si se llegasen a aprobar. Paralelamente el aumento de la violencia narcoterrorista en más de 20 departamentos ha generado una desestabilidad en las intenciones del gobierno nacional en la búsqueda de la paz total, lo cual se ha convertido en un detonante para que las reformas que han planteado estén tambaleando su aprobación, por la presión de los actores de la sociedad enunciados en el presente editorial.
Igualmente, la profunda crisis económica en que se encuentran sumidas las familias colombianas ha provocado un tsunami de elementos distorsionadores en las decisiones de las bancadas afectos al gobierno. Vamos a tener unos escenarios políticos bastante interesantes en los próximos días que pueden transformar la dinámica gubernamental.
