Aunque la sociedad colombiana cuando acude a los centros de distribución de bienes y servicios, especialmente a adquirir los víveres de la canasta familiar, encuentran que los precios se encuentran desbordados, por la situación presentada por la pandemia del Covid y que el paro promovido por las Centrales Obreras y demás organizaciones sindicales, desde el pasado 28 de abril, por los bloqueos y taponamientos de los principales circuitos de acceso de los centros de producción a los sitios de distribución de éstos. Los precios se incrementaron de manera exponencial y luego que transcurrió la tormenta política, muchos productos del sector agropecuario se han mantenido elevados, sin que exista una razón lógica dentro de las fuerzas de la oferta y la demanda. Los beneficiados han sido los intermediarios, sin que existan controles estatales para corregir estos desequilibrios del mercado.
El periodo de la pandemia de la Covid-19 ha servido para que en el país se presenten alteraciones en algunos indicadores económicos, por la contracción que se presentó la dinámica productiva y que afectó sin excepción a todos los agentes económicos de nuestro territorio colombiano. Tal es el caso del desempleo y la inflación, que han sufrido alteraciones sustanciales para el manejo macroeconómico.
Por este motivo, los resultados promulgados por el Departamento Nacional de Estadística (DANE), de la tasa de inflación de los primeros ocho meses, ascendió al 4,44% y que para el mes de agosto apenas llegó al 0,45%, por lo cual se puede inferir estadísticamente, que este indicador puede estar oscilando entre un 5 y 6% al finalizar la presente vigencia. Este dato sitúa a la inflación del país por encima de las expectativas del mercado para este mes, que la colocaban en el 4,2 por ciento.
Así mismo, señaló el Dane, la variación en el año corrido, es decir de enero a agosto, llegó al 3,93 %. En cuanto a la variación anual del IPC hasta el mes pasado (4,44 %) es 2,56 puntos porcentuales más altos a la reportada en el mismo periodo del año anterior, cuando se situó en 1,88 %.
De acuerdo con las cifras expuestas anteriormente, viene un alivio, para los trabajadores y pensionados. Las pequeñas y medianas empresas van a resultar levemente afectadas dentro de su estructura de costos de producción por estos incrementos que lesionarán en menor proporción a la rentabilidad de èstas. Igualmente, los niveles de competitividad saldrán lesionadas. En dos meses se iniciará la negociación del salario mínimo para 2021, en la Comisión de Concertación de Políticas Laborales y Salariales, que tendrán como referencia los anteriores indicadores. Los técnicos del Banco de la República tienen proyectado, que este índice no superará el 5%. Amanecerá y veremos.
