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Jaime Guio, un maestro de ‘Ensueños’

Oct 9, 2021

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DIARIO DEL HUILA, MUY PERSONAL

Por: Rolando Monje Gómez

Fotografías: Carlos Rojas

Jaime Ricardo Guio Ordóñez es una persona que ha logrado reconocimiento en cada uno de campos en que se ha desarrollado: el deportivo, educativo y artístico. Al lado de Eduardo Gil integraron el Dueto Ensueños, los artistas huilenses de música andina colombiana, con mayores reconocimientos a nivel nacional.

Era el año 1991 y en el Teatro Pigoanza de Neiva se realizaba la clausura del Congreso Nacional de Contadores donde el maestro de ceremonias era Leo Cabrera quien le pregunta a la pareja de artistas que iba a presentar cómo se llamaban y le respondieron que no tenían nombre. Leo para solucionar la situación nos dijo que entonces nos iba a colocar uno.

Así el dueto que iba a hacer la parte musical del evento fue presentado como Camerata Pacandé, interpretando las canciones que habían montado para la ocasión. El evento transcurría y en el momento en que los vuelven a llamar, una señora del público, con sus traguitos encima, dice: “Qué hijuemadre de Camerata Pacandé, ellos son Ensueños”. Desde ese día Jaime Ricardo Guio Ordóñez y Eduardo Enrique Gil Cataño decidieron que se llamarían Dueto Ensueños, la más representativa agrupación de música andina en el departamento del Huila.

Lo anterior hace parte de los recuerdos de Jaime Ricardo Guio, de uno de los pasajes más importantes de su vida, llena de muchas experiencias positivas que hoy le dan el reconocimiento y el respeto como maestro y artista, aunque el dueto terminó con el fallecimiento de Eduardo Gil en 2008.

‘El camino de la vida’ y ‘Camino real’ fueron las primeras canciones que interpretó con Eduardo Gil.

Jaime Guio nació en Pitalito, aunque dice tener dos lugares de origen. “Uno es San Agustín, donde mis padres se conocieron y me concibieron, pero en esa época en el municipio no había un hospital y tenía que llegar por cesárea por lo que tuve que nacer en Pitalito, ciudad de la que también siento mucho orgullo que fuera mi primera cuna”.

Su padre era Raimundo Guio Rivera, campoalegruno hijo de un sastre y músico boyacense. “Mi padre cantaba, tocaba la bandola y además era torero que fue como conoció a mi madre Elcira Ordóñez Calderón. Ella era hija de una familia de alcurnia de San Agustín, cuyo papá era abogado, concejal, alcalde y notario”.

Sus padres se casaron a escondidas, relativamente jóvenes, después se fueron a vivir a la casa de los abuelos maternos. Tuvieron siete hijos, dos mujeres y cinco hombres. Jaime Ricardo es el mayor.

“En San Agustín pasé mis primeros años de infancia donde inicié a estudiar luego con toda la familia nos fuimos a Pitalito donde terminé graduándome en la Escuela Normal Nacional en 1974. Mi vida en familia fue muy unida, para donde iba uno iban todos”, comenta.

Aunque nunca estudió música, una reunión familiar era muy musical, su papá con la bandola y él con la guitarra. “Mi papá fue mi maestro de música, aunque nunca me quiso enseñar, aprendí viéndolo tocar porque consideraba que si me enseñaba me iría por el lado de la vagancia y de la bohemia”, recuerda.

Con esa herencia musical y una familia numerosa, solo él y su hermana cantaban. “Estuvimos en el grupo Alma Huilense del maestro José Ignacio Olave, ahí empecé a amar la música andina colombiana. Aunque los dos estudiamos educación física ella no siguió en el mundo artístico”, dice.

Hoy Jaime Ricardo Guio tiene 67 años y recuerda que antes de Ensueños, había integrado el Dueto Henry y Jaime, cuando aún vivía en Pitalito junto a Henry Gasca Monje, un maestro y amigo, ya fallecido, que es homenajeado en el colegio INEM, donde se realiza un evento musical que lleva su nombre.

Rumbo a Neiva

Al terminar el bachillerato, se trasladó con toda su familia a la ciudad de Neiva, donde llegaron al barrio Las Mercedes, siendo de los primeros residentes en el sector. Fue nombrado como maestro por el departamento en San Antonio de Anaconia y tiempo después ingresó a la Universidad Surcolombiana.

“Me inscribí en la única carrera que me llamaba la atención Licenciatura en Educación Física, por lo del deporte, ya que era algo que había practicado durante la secundaria cuando practiqué atletismo, salto largo, salto triple, lanzador de jabalina y basquetbol”, recuerda.

Eduardo Enrique Gil Cataño y Jaime Ricardo Guio Ordóñez, el inolvidable Duero Ensueños.

Luego pasó por diferentes instituciones educativas como el ‘Oliverio Lara Borrero’, luego el Cooperativo, ‘Reinaldo Matiz’ y el Liceo de Santa Librada. “Allí es cuando la rectora de esa institución, que sabía que además de estudiar educación física era músico, me llama para plantearme que por qué no implementaba una educación física que sirviera para la educación motriz de los artistas. Es así como llego al Ceinar de Neiva, colegio artístico, donde aún laboro”, expresa Jaime Guio.

Como educador también ha estado en las universidades Corhuila y Cooperativa, hoy solo está con el Ceinar, donde ha estado desde los primeros años del proyecto.

También se encaminó en la parte administrativa del deporte y participó en la organización de los Juegos Nacionales que estaban programados en Neiva para 1978 pero que finalmente se realizaron en 1980. Fue el director técnico administrativo del torneo nacional de voleibol, al lado del profesor Ernesto Armendáriz en las coreografías donde aprendió muchas cosas.

Vida en familia

Se casó muy joven. A Mercedes Castillo, su esposa, la conoció en la carrera de educación física, donde los dos jugaban voleibol. “Ella me enseña a jugar y yo entro a hacer parte de la Selección Huila y representé al departamento a nivel nacional en diferentes torneos”.

Jaime es padre de dos hijas: Gina Paola, abogada y juez de la República y Mildred graduada en mercadeo, publicidad y ventas; tiene tres nietos y una biznieta. Su nieta Daniela, de 23 años, es la única que canta. “Mi familia para mi es algo sublime, soy muy familiar, siempre estamos muy unidos, tratamos de estar muy juntos”, señala.

Con el Ceinar ha estado vinculado desde los primeros años de la institución, donde gestó el grupo Semillitas.

Dueto Ensueños

Trabajó en la parte de bienestar en el antiguo Seguro Social donde se realizaba un festival musical nacional llamado ISS de Oro, en septiembre de 1991, donde le presentan al odontólogo Eduardo Enrique Gil Cataño. “Carlos Hernán Sánchez, odontólogo agustiniano, me lo presenta como una voz muy hermosa y es él quien nos dice que por qué no hacíamos un dueto los dos. Sin embargo, no le ‘paramos muchas bolas’ y pensábamos que los duetos no funcionaban muy bien”, comenta.

Durante el evento del ISS, en uno de los intermedios se debía hacer la presentación de alguien y la idea es que Eduardo y él se presentaran como solistas, pero en ese momento a Carlos Hernán Sánchez se le ocurrió que hicieran un dueto. “Sorprendidos coincidimos en dos canciones ‘El camino de la vida’ y ‘Camino real’, salió muy lindo y la gente nos aplaudió y nos pidió otra, pero como no había más repertorio volvimos a cantar las mismas canciones”, recuerda Jaime Guio.

Ahí nace la oportunidad de hacer un dueto en serio, que en ese momento no tenía nombre, hasta que se da el evento en el Teatro Pigoanza donde nace oficialmente el Dueto Ensueños. “Estuvimos hasta el 2008 cuando fallece Eduardo, nos ganamos más de veinte concursos nacionales de música andina colombiana, entre esos el Mono Núñez y el Concurso Nacional de Duetos, también estuvimos en Estados Unidos en el Festival de las Colonias y grabamos varios discos”, indica.

Jaime Ricardo Guio comenta que el Dueto Ensueños no murió, las 114 canciones grabadas profesionalmente lo certifican. “Eduardo Gil era un hermano ante todo, mi hermano musical, con él compartimos muchas experiencias personales, fuimos muy unidos, muy familiares”.

Dentro del repertorio de Ensueños se encuentran algunas piezas propias como ‘Niña o mujer’, ‘Ni más ni menos’ y ‘No’ que la compuso para el grupo Semillitas, uno de los proyectos bandera del Ceinar que nació en 1991 y del que es su gestor.

Jaime Guio cantó después con otros artistas, con quienes intentó reactivar el dueto, pero no se pudo consolidar.

Hay una frase que para Jaime Ricardo Guio Ordóñez tiene mucho significado en su vida: “Para que lo nuestro tenga un lugar en el futuro”, por lo que por su obra sería grato que siempre lo recordaran como padre, como benefactor, por sus canciones. “Que la obra no se acabe”, expresa finalmente.

Jaime Ricardo Guio Ordóñez.

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