Por: Carlos Tobar
Muchos colombianos nos deleitamos con una de las películas icónicas del cine nacional: La Estrategia del Caracol, de Sergio Cabrera. En ella unas familias de un inquilinato se vengan de los abusos cometidos por el propietario desmantelando, de manera metódica, la casa de inquilinato de la que dejan al final solamente la fachada.
Lamentablemente para los neivanos, ahora ya no como comedia sino como tragedia, el actual alcalde de Neiva, Gorky Muñoz viene utilizando idéntica estrategia para desmantelar el patrimonio municipal entregándolo descaradamente a particulares para su usufructo. Obvio, como en todo acto de corrupción él y sus conmilitones más cercanos participan en el entramado del negocio.
La primera campanada de alerta fue la privatización a 15 años del servicio de alumbrado público. Un negocio que administrará durante ese tiempo un impuesto que pagamos todos los usuarios del servicio de energía eléctrica por valor de un billón de pesos. La inversión según los estudios de la misma administración en el mejor de los casos no alcanzará los 50.000 millones. ¡Lindo negocito!
Todo el entramado que, pelearon a dentelladas ante la oposición de un comité cívico que desenmascaró el verdadero propósito del alcalde y sus socios privados, se realizó a la sombra de la nefasta Ley 142 de 1994 que abrió las puertas para privatizar el patrimonio de las empresas de servicios públicos.
Cuando se destaparon las cartas del socio privado nos encontramos de sopetón con el Turco Hilsaca, uno de los integrantes de la mafia nacional que, en unión de grandes inversionistas de capital extranjero, ha terminado controlando el sector de la energía eléctrica, el alumbrado público, el manejo de basuras, las vías concesionadas y, un largo etcétera.
Utilizando la figura empresarial que puso bajo control privado el alumbrado público, en un acto oscuro y maquiavélico, el alcalde le entregó el manejo del catastro municipal. ¡Ojo! El patrimonio privado de los propietarios urbanos y rurales de predios. En manos de inescrupulosos mercachifles que no solo “actualizarán” el valor de los terrenos, sino que manejarán la cartera del impuesto predial. ¡Qué peligro!
Ahora, para poner la cereza al pastel, han contratado una consultoría privada, contrato “mediante el cual se hará un diagnóstico histórico y actual de la situación de la empresa y de la prestación del servicio” de las Empresas Públicas Las Ceibas. Para decirlo en palabras claras: ¡van a privatizar la empresa! No nos extrañemos de que las garras de los Hilsaca y similares sean los beneficiarios.
Es hora de que toda la ciudadanía neivana nos pongamos de pie y paremos esta empresa depredadora de los bienes públicos de los neivanos encabezada por el alcalde Gorky Muñoz. Nos toca a nosotros ante la cáfila mayoritaria de concejales fletados a la ambición del alcalde.
