Por: José Eliseo Baicué Peña
El derecho a votar es una de las más grandes libertades del ciudadano. Es una muestra fehaciente de que tenemos voz y que es escuchada. A la vez, que es una forma de defender la democracia. De ahí, que sea muy importante votar en cada una de las justas que se organizan en el país.
Esa manifestación de nuestra voz, a través del ejercicio del voto, se traduce en una forma de participación (así sea indirecta) en la toma de decisiones relacionadas con nuestras actividades cotidianas como salud, educación, salario, empleo, vivienda, recreación, seguridad e impuestos, entre otras.
Ahora bien, si usted no vota, pues, sencillo: otros decidirán por usted, además, de que no tendrá ningún derecho a reclamar ni a exigir nada. Recordemos que desde sus inicios, los griegos, quienes fueron los pioneros del sistema democrático, sostenían que la persona que no participaba del ejercicio del voto, lejos de ser un ciudadano era más una persona inútil debido a que no aportaba nada a la sociedad.
Y, a la hora de ejercer esta valiosa labor, la Misión de Observación Electoral, (MOE), recomienda que se debe votar por el programa de gobierno del candidato y no por liderazgos ni personalismos.
Vale señalar, que aunque el voto en Colombia no es obligatorio, posee varias características: es universal, secreto, directo y facultativo. Precisamente, la facultativa es la que impide la obligatoriedad de este ejercicio democrático, lo cual está consagrado en nuestra carta magna y, por supuesto, en las normas electorales.
Resulta muy valioso para los colombianos que acudamos más a las urnas, disminuyamos el abstencionismo y seamos parte activa de las decisiones que se toman en el país.
Es muy común escuchar continuas quejas sobre la dramática situación que se vive, sin embargo, la participación electoral es solo del 45%. O sea, que menos de la mitad de quienes pueden votar salen a sufragar. ¿Por qué no lo hacen?
Sorprende que cada vez aumenta el abstencionismo. De acuerdo con la Registraduría Nacional y el Instituto Geográfico “Agustín Codazzi”, la mayor participación registrada en la historia reciente del país se presentó en las elecciones presidenciales de 2018 con un 54% del censo electoral.
El estudio también comparó los niveles de participación electoral en las elecciones presidenciales realizadas en Colombia en lo que va del presente siglo, y detectó que la abstención en los comicios de 2002 fue de 54%, en el 2006 de 55,3%, en 2010 fue de 56,1%, y en 2014 de 52,6%. Como se observa, la más alta abstención del siglo se produjo en el año 2010. A votar este domingo, es muy importante.
