La racha de derrotas que ha sufrido el plantel opita de manera sucesiva ha creado en la hinchada una desconfianza mayúscula en sus directivas, quienes han estructurado un equipo joven con una edad promedio de 24 años, pensando en un relevo generacional en el futuro, pero que no cuentan con la experticia profesional de los anteriores jugadores que tenían anteriormente. El rendimiento que ha tenido el equipo durante las 13 fechas que se han llevado a cabo en la liga, lo deja en el último lugar del torneo, con solo 7 puntos. La derrota el sábado anterior, ante el Atlético Nacional por un marcador de 4-1, lo deja muy mal parado con el fantasma del descenso.
Lo que, si es reprochable, es la actitud irracional de la hinchada que invadió el terreno de juego una vez terminó el partido, obligando a los jugadores a resguardarse y salir huyendo del estadio, colocando a la plaza ad-portas de ser sancionada por la Dimayor. No hay que echarles la culpa solamente a los jugadores.
Hay varios factores que inciden para que nuestro equipo del alma se encuentre en esta situación crítica en la clasificación general. Hay necesidad que el sector privado y si es posible el oficial, apoyen económicamente a la divisa huilense. Se debe realizar una reingeniería total en la actitud mental de los jugadores. Hay necesidad de estructurar estrategias psicológicas y de juego para reorientar a los jugadores por el sendero del triunfo. En lugar de generar espacios negativos por los resultados anteriores, debemos respaldar a nuestro equipo, que nos ha brindado grandes satisfacciones en otrora.
Hay que defender la permanencia en la Liga A del futbol profesional. Atrás deben quedar las malas energías y los malos momentos. Todavía tenemos tiempo de replantear el accionar deportivo del Atlético. Brindémosle todo el amor y el respaldo al equipo. Ellos merecen ese apoyo emocional. Ese debe ser el camino expedito para volver a recuperar el sendero del triunfo. Los jugadores deben recibir esos mensajes subliminales positivos de la afición. Así con esta actitud positiva y una mentalidad ganadora, es la clave del éxito.
