EL RINCÓN DE DIANA
Diana Montes
La semana pasada hubo un enconado debate a propósito de los últimos nombramientos dentro del gobierno Petro: Alexander López en el DNP y Carlos Carrillo en la UNGRD. La discusión se desató porque ellos no tienen el perfil técnico que requieren estas carteras, por lo que se dividieron dos bandos: los “tecnicistas”, quienes afirmaron que los técnicos deben gobernar “por encima de las ideologías políticas” y los “politicistas”, quienes sostuvieron que las ideas elegidas en democracia debían ser las que se convirtieran en políticas de gobierno “independiente de las restricciones técnicas”.
No es necesario tener tanta agudeza mental para darse cuenta de que, así planteado, se trata de un falso debate. Las ideas políticas marcan los fines y la experticia técnica halla los medios. No existe técnica sin fines políticos, ni existen políticas sin técnicas adecuadas; no se trata de si técnica o política, sino de qué técnica para qué política. Para poner un ejemplo límite, veamos la política genocida del régimen nazi: querían exterminar a los judíos y encontraron en el asesinato en masa en hornos crematorios el medio adecuado para llevar a cabo ese objetivo. Bajo los parámetros de la discusión anteriormente descrita, se podría pensar que, dado que es un medio técnico adecuado, dicha política no merece crítica; o tal vez que, con una política distinta, esa técnica podría ser usada para fines más loables. Pero con ese criterio que separa técnica y política para vernos obligados a elegir una de ellas, no podría comprenderse en profundidad la desgracia del régimen nazi: que una ideología totalitaria encontró los medios técnicos adecuados para llevar a cabo sus fines.
Por lo anterior, quienes se escudan en la técnica para criticar todas las medidas del gobierno, deberían sincerarse: se trata de diferencias políticas; y quienes se escudan en la política para para excusar los desatinos del gobierno, deberían comprender que una mala técnica genera desprestigio político, así sus fines sean deseables. Petro debe buscar técnicos que compartan sus fines e integrarlos al gobierno: el caso de Luis Carlos Reyes (Director de la DIAN) es un buen ejemplo a seguir.