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La tradición de rezar los lunes a los fieles difuntos permanece

Oct 19, 2021

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Diario del Huila, Ciudad

Por: Hernán Guillermo Galindo

Aunque el Día de los Muertos se conmemora el dos de noviembre, los creyentes en Neiva mantienen la tradición de orar los lunes para recordar a los amigos y seres queridos.

Según la Iglesia Católica, “el 1 de noviembre celebramos la solemnidad de todos los santos. El 2 de noviembre la Conmemoración de los Fieles Difuntos”.

Estas dos fechas están íntimamente unidas entre sí, como la alegría y las lágrimas encuentran en Jesucristo una síntesis que es fundamento de nuestra fe y de nuestra esperanza.

¿Pero qué tanto se mantiene la creencia o la tradición en medio de un mundo cambiante como el que estamos viviendo? Para conocer qué tanto se conserva la tradición de visitar a los difuntos los lunes, fuimos hasta el Cementerio Central de Neiva para analizar la asistencia y conocer opiniones de los visitantes.

Al ingresar al camposanto, que guarda más de 130 años de historia en cada uno de los mausoleos, bóvedas y sepulcros, nos encontramos con una gran romería de gente que llega a rezar o acompañar a un amigo o a visitar a sus seres queridos que se les han adelantado en el camino.

Las tumbas más visitadas son las del médico Hernando Moncaleano y del guerrillero Saúl Quintero. Se les atribuyen milagros.

Los visitantes

“Otros para recordar o cumplirles alguna promesa a las almas benditas, hay gente para todo. Otros vienen por curiosidad o porque están desprogramados. El cementerio con sus muertos no deja de ser un atractivo, con morbo”, señala Tulio Charry, vendedor de paletas, a la entrada. Un oficio que desempeña hace muchos años.

“Yo vengo todos los lunes a cumplirle la promesa al médico Hernando Moncaleano que me hizo dos milagros de los cuales doy fe”, dice doña Bertha Oviedo, una señora de mediana edad, vestida de blanco y de buena facilidad de expresión.

“El primero un familiar que estaba desahuciado por un problema en la vesícula, le hice la petición y él intercedió. Por eso le coloqué la placa de agradecimiento. El otro, una nieta que debían operarla del corazón y también oré con fe y se me hizo el milagro. Así que todos los lunes vengo y hago la oración por el doctor Hernando Moncaleano”, cuenta.

Y es que la tumba de Moncaleano Perdomo, cuyo nombre lleva el Hospital General de la ciudad, ha sido por tradición una de las más visitadas por los milagros, dicen quienes han recibido los favores.

“Ya no es como antes, pero todavía hay quienes vienen a pedirle o a darle las gracias al doctor por los favores recibidos”, expresa Daniel López, uno de los auxiliares de obra que trabaja en la ampliación de bóvedas que se construyen a la entrada del cementerio en el costado norte.

Algo que se puede observar es que en algunos casos son familias enteras las que asisten a arreglar las tumbas o los mausoleos y de paso a orar por los santos difuntos.

Los lunes y miércoles se oficia la santa misa en esta reapertura que se da entre las 2 y las cinco de la tarde.

“Nosotros no le fallamos a mamaíta y al abuelo que están aquí en el mausoleo de la familia”, sostiene Carmen Ramírez, de la familia Ramírez Cruz, mientras hace aseo y mejoramiento del entorno de la tumba “en la que hay cupo suficiente para otros miembros de la familia a medida que dejen este mundo”, agrega.

“Poco a poco hemos podido volver porque por la pandemia se había cerrado el cementerio y solo permitían los sepelios con restricciones y medidas de bioseguridad”, expresa Tulia Romero, una señora de pelo blanco que está acompañada por su hija y su nieto.

“Ahora hay autorización para ingresar al Central los lunes, miércoles y viernes de 2 a 5 de la tarde”, agrega.

Además de la tumba del médico Moncaleano, otras muy visitadas por peregrinos son la de las almas benditas, monumento que se construyó cerca al altar en donde se oficia la santa misa los días lunes y miércoles.

Así mismo un poco más hacia el occidente está la tumba de Saúl Quintero, legendario guerrillero que, tras su muerte, se convirtió en leyenda, se le reza y se asegura hace milagros.

Al observar el lugar se puede ver la cantidad de placas de agradecimiento por los favores que le atribuye la gente. Sin embargo, ayer, al momento de nuestra visita había poca gente alrededor.

“Para mucha gente de las nuevas generaciones su nombre no les dice nada. Ya está cayendo en desuso y en el olvido. Hay nombres que los identifican y les resultan más atractivos para rezarles y pedirles”, comenta Liberio Plata.

Para conocer qué tanto se conserva la tradición de visitar a los difuntos los lunes, fuimos hasta el Cementerio Central de Neiva para analizar la asistencia y conocer opiniones de los visitantes.

 

El futuro de la necrópolis

Entre tanto, en el lugar construido en la parte central para la realización de la santa eucaristía un grupo de señoras prepara el lugar para el oficio que en esta oportunidad será atendido por el párroco de Fortalecillas, el padre Alberto Aragonés.

Al preguntarle que tanto se mantiene la tradición, sostiene que es la primera vez que oficia en este campo santo y que no podría decir qué tanta gente va a asistir. Manifiesta que en el Corregimiento aún no han autorizado la apertura del cementerio.

Al final, personas nos expresan la preocupación por el futuro del cementerio, como vendedores de flores, un sepulturero y una señora que arregla tumbas, porque desde hace rato se comenta que será cerrado “pero no debe ser dada la importancia de la necrópolis como constructora de memoria colectiva de los neivanos”.

Al ingresar al camposanto, que guarda más de 130 años de historia en cada uno de los mausoleos, bóvedas y sepulcros, nos encontramos con una gran romería de gente que llega a rezar o acompañar a un amigo.

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