En medio de la fuerte ola invernal que ha dejado centenares de damnificados en todo el país, Risaralda fue escenario de otra triste tragedia el martes anterior, en el barrio La Esneda de Pereira considerada la Perla del Otún. Un deslizamiento de grandes proporciones sepultó varias viviendas y que tienen en jaque a otras por el incremento de las lluvias que amenazan otra remoción en masa. Hasta la fecha ha dejado 16 muertes y más de tres decenas de heridos. Se reportan cinco viviendas completamente destruidas y otras 26 fueron evacuadas, lo que ha dejado a 32 familias damnificadas. Desafortunadamente la falta de aplicación del Plan de Ordenamiento Territorial se convierte en un factor detonante para que se sigan presentando de eventos naturales, por la falta de una verdadera planificación territorial.
Es verdad que la naturaleza y, como en este caso, el azar son factores muchas veces impredecibles en lo que tiene que ver con catástrofes. Pero no menos cierto es, como tantas veces se ha repetido, que hay otros tantos que sí están en manos de las personas. Mejores gobiernos sí que ayudan a que las comunidades sean menos vulnerables. Desafortunadamente las administraciones municipales en el país no hayan aprendido a prevenir catástrofes. Esa es la verdadera realidad triste y dolorosa donde la población vulnerable es la que más sale afectada por estas emergencias naturales.
De las tragedias quedan una sucesión de imágenes de pesadilla y una serie de lecciones que deberían servir a propios y extraños para evitar que se repitan las pérdidas y las ruinas. No puede ser que, después de tanto dolor y tanta destrucción, en las administraciones municipales de Colombia no se haya aprendido a prevenir catástrofes como éstas. La avalancha ocurrida hace dos días, que una vez enluta a estas familias, debe desempeñar el papel de una alerta para que en estos tiempos de lluvias y ahora que, por ejemplo, los niveles de pobreza se han incrementado en el país, se han venido a sumar a las multitudes desesperadas que buscan un sitio donde vivir por el alto déficit habitacional, se lleven a cabo las evacuaciones y las correcciones del caso.
Es importante que, a partir de ahora, como un homenaje a los muertos y sus deudos, y como una muestra de respeto con los rescatistas, se den también la planeación y la prevención que devuelvan la confianza en las autoridades. Este es el común denominador que ocurre en más de 300 municipios del país, porque se carece de este instrumento de planificación territorial. Por este motivo cobra importancia, que todos los alcaldes y los concejos municipales, adopten de manera urgente, los Planes de Ordenamiento Territorial.
