La sociedad colombiana está expuesta a la ocurrencia de desastres naturales. Los medios de comunicación diariamente están informando sobre estos eventos que están afectando el bienestar de la población, que se siente amenazada permanentemente porque no estamos preparados con la logística para atenuar los efectos funestos que afectan la dinámica productiva y los bienes inmuebles donde habitan. Los sismos y las remociones en masa son los eventos más frecuentes que afectan los residentes en territorio colombiano. La fuerte ola invernal que está afectando el territorio colombiano, ha dejado centenares de damnificados en todo el país y daños a la infraestructura productiva. Los casos concretos ocurridos el miércoles y jueves anterior en Antioquia, refleja la alta fragilidad que presentan los terrenos donde se consolidan asentamientos humanos en zonas de alto riesgo de deslizamiento.
Cuatro niños y una mujer son las víctimas de los dos más recientes deslizamientos de tierra en Antioquia, por cuenta de las lluvias que no cesan desde hace más de cinco meses. El primero se registró en la tarde del pasado miércoles en el corregimiento de San Antonio de Prado, en el sur de Medellín, mientras que el segundo fue en la mañana de ayer, en el sector de Taportó, en el municipio de Andes, suroccidente del departamento. Además de la influencia de las lluvias, en ambos casos se cuestiona qué tan previsible era prevenir las emergencias, ya que las víctimas se encontraban en zona de ladera y los derrumbes no les dieron tiempo para alcanzar a correr ni para aplicar acciones que pudieran salvar sus vidas.
De las tragedias quedan una sucesión de imágenes de pesadilla y una serie de lecciones que deberían servir a propios y extraños para evitar que se repitan las pérdidas y las ruinas. No puede ser que, después de tanto dolor y tanta destrucción, en las administraciones municipales de Colombia no se haya aprendido a prevenir catástrofes como éstas. Estos desastres naturales, que una vez enluta a estas familias, deben desempeñar el papel de una alerta para que en estos tiempos de lluvias y ahora que, por ejemplo, los niveles de pobreza se han incrementado en el país, se han venido a sumar a las multitudes desesperadas que buscan un sitio donde vivir por el alto déficit habitacional, se lleven a cabo las evacuaciones y las correcciones del caso.
Es importante que, a partir de ahora, como un homenaje a los muertos y sus deudos, y como una muestra de respeto con los rescatistas, se den también la planeación y la prevención que devuelvan la confianza en las autoridades. Por este motivo cobra importancia, que todos los alcaldes y los concejos municipales, adopten de manera urgente, los Planes de Ordenamiento Territorial.
