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Las amas de casa y los pensionados están ahorrando menos

Oct 27, 2021

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DIARIO DEL HUILA, ANÁLISIS

Por: Rolando Monje Gómez

Fotos: José Rodrigo Montalvo

Los productos de ahorro a término, como el CDT, mostraron una caída en sus saldos, principalmente en los últimos dos trimestres. Por segmentos, el saldo de ahorro de los pensionados disminuyó drásticamente, pasó de subir 11,1% en septiembre de 2020 a 2,7% en 2021. Las amas de casa representaron el grupo de usuarios con mayor disminución en sus saldos de ahorro entre 2020 y 2021. El 19,3% de las personas de Neiva no tiene posibilidades de ahorrar.

El Banco de la República bajó las tasas de interés de referencia del 4,75%, en mayo, al 1,75% en septiembre, llevado por la parálisis de la economía generada al inicio de la pandemia en 2020 y se mantuvo estable hasta finales de septiembre de este año, cuando fue aumentada hasta el 2%.

Entre los meses de septiembre de 2019 y 2020, el crecimiento de las captaciones fue más dinámico en comparación con la variación registrada en el mismo periodo de 2020 y 2021, disminución ésta relacionada con los factores generados del encuentro de la pandemia y la movilización social en los dos últimos años.

El anterior escenario no solo ha disminuido el ritmo al crecimiento de las captaciones, sino que, también estimula nuevas tendencias como la disminución del ahorro por la reducción de ingresos durante los primeros semestres golpeados por las coyunturas de la pandemia y el paro nacional, y los segundos semestres que han favorecido la acumulación.

El impacto económico de la pandemia redujo las posibilidades de ahorro para las familias colombianas que cayeron considerablemente en el último año, situación que quedó al descubierto en la más reciente Encuesta de Pulso Social del Dane, donde se indica que el 77,1% de los jefes de hogar y sus cónyuges manifestó que no tenía posibilidades de ahorrar parte de sus ingresos, y el 13,8% dijo que no tenía ingresos para ello.

En contraste con la encuesta del Dane, una que recientemente dio a conocer la Superintendencia Financiera y la Banca de Oportunidades, donde se indica que los adultos con cuentas de ahorro de trámite simplificado (CATS) pasaron de 3,3 millones en 2019 a 8,1 millones en 2020. Para el mismo período, quienes tenían un depósito electrónico pasaron de 6 millones a 11,6 millones, mientras que las cuentas de ahorro tradicionales pasaron de 26,8 millones a 27,9 millones.

En el informe, se evidenció que la pandemia por la covid-19 impulsó el crecimiento en el indicador de acceso, que mide el porcentaje de los adultos con al menos un producto financiero.

En el trimestre Julio-Septiembre de 2021, el 19,3% de las personas, jefes de hogar y sus cónyuges, en la ciudad de Neiva afirmaron no tener ingresos, al preguntarles por sus posibilidades de ahorrar alguna parte de estos. Para las 23 ciudades y sus áreas metropolitanas el porcentaje de personas que respondieron no tener ingresos en el trimestre en mención fue de 10,5%. Esto es una diferencia de 8,8 puntos porcentuales entre la ciudad de Neiva y el total de 23 ciudades.

La cooperativa financiera Confiar examinó el comportamiento de las captaciones entre los años 2016 y 2021, con la intención de conocer cómo la pandemia ha impactado los hábitos de ahorro de las más de 320 mil personas que hacen parte de la cooperativa. En general, las captaciones de la cooperativa venían creciendo a un ritmo enérgico y sostenido desde 2016, que dejaban ver la tendencia: acumulación durante los primeros semestres y gasto durante los segundos semestres.

Saldos de ahorro

Entre 2020 y 2021, en comparación con el periodo 2019 – 2020, las cuentas de ahorro y los productos de ahorro programado presentaron un crecimiento más dinámico, variación que puede interpretarse como indicador de condiciones favorables para la generación de ingresos durante lo corrido del año, aun la coyuntura causada por la movilización social.

El saldo de ahorro programado tuvo una variación que pasó de -0,5% en septiembre de 2020 a 15,99% en el mismo mes de este año. El saldo de las cuentas de ahorro pasó de crecer 2,1% en septiembre del año pasado a 23,1% en 2021.

Mostrándose mejoría en el comportamiento del ahorro actualmente, el que podría darse como una manifestación de prevención futura de otra coyuntura inesperada, que vuelva a colapsar y a poner en riesgo la estabilidad económica del país y del mundo, como sucedió con la pandemia.

Los saldos de productos de ahorro a término como el CDT muestran una caída, empeorando en los últimos dos trimestres, variación que puede ser signo del impacto de la baja histórica en las tasas de interés sobre la motivación de los usuarios a invertir en este tipo de productos. Además, por la necesidad de las entidades financieras de balancear sus costos en un periodo atípico, que contrajo dramáticamente la demanda crediticia.

Caso amas de casa y pensionados

El grupo de usuarios con mayor disminución en sus saldos de ahorro entre 2020 y 2021 son las amas de casa, especialmente en los productos de ahorro a término, donde la caída en sus montos se ha mantenido constante desde junio de 2020, la misma dinámica que se observa en los usuarios pensionados, que aunque el saldo de ahorro no fue negativo, disminuyó drásticamente al pasar del 11,1% en septiembre de 2020 a 2,7% en el mismo mes de 2021.

El grupo de usuarios independientes, hasta antes de la pandemia, concentraba los mayores saldos en cuentas de ahorro entre las personas naturales, sin embargo, con el inicio de la pandemia, sus saldos han comenzado a disminuir y han sido superados por las personas asalariadas en cuanto a montos en cuentas de ahorro. No obstante, los usuarios independientes se mantienen históricamente como el grupo de personas naturales como mayores montos de CDT.

Ahorro generacional

Por su parte, un sondeo realizado por Fincomercio, cooperativa de ahorro y crédito, en el que trabajaron 15 profesionales, durante 5 meses, con el objetivo de analizar desde los Baby Boomers hasta la Z para conocer cómo han ahorrado y el impacto que ese buen hábito ha tenido en sus vidas.

Para aquellos que nacieron entre 1946 y 1964, el orden y la estructura son vitales. Para la generación Baby Boomers, almacenar el dinero ha sido la prioridad porque siempre han creído que el mañana será peor que el presente, en ese sentido es importante recordar que nacieron y vivieron su infancia en la llamada época de la violencia. Por ello, hicieron todo lo posible por crear alguna forma de cuidar a las generaciones futuras.

En Colombia dicha generación son los adultos mayores que con su pensión son la fuente de ingresos de hijos y nietos en cientos de hogares, donde comer fuera de casa es todo un lujo.

Más generaciones

Para los nacidos entre 1965 y 1979, Generación X, lo más importante es cumplir logros específicos y tener vivienda propia ocupa el primer lugar, dado que escucharon o vivieron con sus padres y abuelos las incomodidades de pagar arriendo. No confían en la pensión, a diferencia de la generación anterior, y prefieren tener su propio sistema de ahorro para enfrentar momentos complejos como un accidente, enfermedad o desempleo, ya que no les gusta depender de otro.

La regla número uno de la generación Y, es vivir y disfrutar el presente. Los nacidos entre 1980 y 1999 aman socializar y comer fuera de casa, son quienes más acceden al crédito porque viven bajo un paradigma que privilegia vivir experiencias tales como viajar o adquirir tecnología de punta. Su deseo por comprar carro o moto para evitar el contagio al usar transporte público, creció durante la pandemia.

Para la generación Z corresponde a los nacidos del año 2000 en adelante, conocidos como nativos digitales, sus temas preferidos giran en torno a temas sociales, incluyentes y ecológicos, viendo en sus padres el precio de la falta de educación financiera, por lo que usan la tecnología para medir sus gastos, optimizar su presupuesto y las redes sociales son sus principales aliadas al elegir para qué ahorrar o en qué gastar.

Pensión y ahorro

De acuerdo al estudio de Confiar, según las proyecciones más recientes del Dane, alrededor de 7.509.458 colombianos componen el grupo de hombres y mujeres cuya edad (mayor o igual a 62 años, y mayor o igual a 57 años, respectivamente) los hace susceptibles de acceder a una pensión. Al comparar este dato con cifras de los fondos de pensiones correspondientes al primer trimestre de 2021, se observa que las personas en edad de retiro que efectivamente se pensionan llegan al 22,2%. En el caso de los hombres, este porcentaje alcanza el 27,5%, mientras que apenas representa el 19,2% en el caso de las mujeres.

Desde 2005, la cobertura de pensionados en Colombia se ha mantenido en porcentajes que oscilan entre el 20% y el 25%. En comparación con países como Chile o Estados Unidos, dicha cobertura es baja; refleja, además, condiciones estructurales del país tales como la inequidad una de las más altas de América Latina, medida con el índice Gini y la alta participación de la informalidad en el empleo.

En comparación con otros grupos ocupacionales, los pensionados muestran un acceso alto a servicios de ahorro en entidades financieras, lo cual se corresponde con una utilización baja de modalidades informales de depósito.

Del mismo modo, al ser comparados con otros grupos ocupacionales, los pensionados presentan una tasa sobresaliente de acceso a crédito en entidades financieras, lo cual parece relacionarse con sus porcentajes reducidos de acceso a servicios de crédito informales y formales no financieros.

Un porcentaje mayoritario de personas pensionadas destina sus créditos de consumo a temas relacionados con vivienda: mejoramiento, principalmente, y, en menor medida, compra. En segundo lugar, aparecen dos grupos con participaciones relevantes: el primero, destina sus créditos a la compra de cartera; el segundo, utiliza los montos desembolsados en gastos personales, los cuales se entienden, en términos generales, como “los cargos monetarios en que una persona incurre en el desarrollo normal de su vida o actividad económica. Es decir, son las salidas de dinero (egresos) que realiza para poder vivir de la manera que vive”. Seguidamente, aparecen individuos que utilizan sus créditos para invertir en negocios o emprendimientos. Se resaltan algunas personas que nombran, de manera específica, emprendimientos de tipo agrícola. Por último, se reportan algunos gastos personales tales como estudios, turismo, salud y belleza, electrodomésticos y tecnología, compra o reparación de vehículos y pago de impuestos.

A medida que aumenta el rango de edad, aparecen los siguientes fenómenos en cuanto a la destinación de los créditos de consumo: La vivienda predomina entre las personas de 64 años o menos, aunque su participación tiende a reducirse con el tiempo. En el rango 65 75 años, sus porcentajes caen notoriamente.

Concentración decreciente, con el paso del tiempo, de las personas que invierten sus créditos de consumo en inversión. Entre los menores de 55 años, la participación es importante, pero disminuye bastante en los siguientes rangos de edad.

Crecimiento acelerado del porcentaje de usuarios que invierten sus créditos, tanto en compra de cartera, como en gastos personales, a medida que aumentan los rangos de edad.

La proporción más alta de usuarios que destinan sus créditos a Turismo, Electrodomésticos y Tecnología, Salud y Belleza, se concentra en el grupo comprendido entre 55 y 64 años de edad.

La proporción de usuarios que destina sus créditos a Estudios permanece relativamente estable a medida que aumentan los rangos de edad. Solo aparecen casos de usuarios que solicitan crédito para pagar impuestos en el rango 65 75 años.

Los pensionados muestran un acceso alto a servicios de ahorro en entidades financieras.

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