Diario del Huila

Las cabañuelas: tradición popular que se mantiene vigente

Ene 4, 2023

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Las cabañuelas son un conjunto de métodos tradicionales de predicción meteorológica a largo plazo sin base científica utilizado en el centro y sur de España en y en América. En el Huila, se mantiene como herencia que nos dejaron los españoles que conquistaron estas tierras.

El clima y su comportamiento siempre ha sido preocupación del hombre para su diario vivir, en especial para quienes se han dedicado a las labores del campo. 

Desde tiempos ancestrales no se siembra o se cosecha sin tener en cuenta las estaciones del año. En el caso de la situación hemisférica de Colombia, el verano y el invierno son el tema de análisis de nuestros campesinos.

Con el llamado cambio climático quienes labran la tierra se han tenido que enfrentar en los últimos tiempos a inviernos y veranos prolongados por lo que las cabañuelas siguen en el arraigo de las gentes del campo por tradición.

Diario del Huila, consultó a un historiador y a la gente del común sobre esta costumbre popular.

Orlando Mosquera Botello

Para el historiador Orlando Mosquera Botello, no existe base científica comprobada que permita afianzar la creencia, que es más una tradición oral, en la que se cree que tan pronto pasa el año nuevo, de acuerdo al comportamiento del clima en los primeros días del año, así va a ser a lo largo del año.

“Entonces se dice que, si llueve el primer día del año, enero será un mes de invierno, si es el tercer día, las lluvias estarán presentes en marzo y así sucesivamente hasta llegar a los 12 primeros días de enero”, sostuvo. 

“Luego viene el llamado retroceso, empezando por el día 13 que de acuerdo con la tradición representa o afianza el comportamiento de diciembre, el 14 lo propio con noviembre y así hasta llegar al día 24 que corresponde a enero”, añadió.

Para Orlando Mosquera es como una especie de agüero conformación con lo que se corrobora que no existe ninguna base científica sobre las cabañuelas.

Contraste entre temporadas secas y lluvias prolongadas es lo que se presenta.

Hay quienes le ponen cierta fe a esta creencia y puede suceder que haya coincidencia con lo que suceda, pero desde el punto de vista científico no tiene ningún asidero en parte alguna del mundo.

Aunque manifestó no tener conocimiento sobre el origen de esta tradición en España, si está claro que los huilenses tenemos muchas tradiciones originarias de los españoles.

De ahí vienen muchas de nuestras tradiciones culturales, diferentes a estas de las cabañuelas como es el baile, el traje típico, e incluso aspectos como la raza de la que recalca; “de acuerdo a la tradición, dicen que los españoles básicamente acabaron con la población masculina indígena en la región y dejaron a las mujeres de cuya unión surgió el opita”.

Esa mezcla hace que las mujeres huilenses tengan unas características muy especiales, por ejemplo, la boca pequeña, labios delgados, nariz y cara delgadas, esto en la parte física, tienen muchas características españolas.

“Mientras tanto los hombres por el contrario tenemos características indígenas, bajos de estatura, piernas cortas, extremidades cortas y el resto del cuerpo normal, por eso al observar a un hombre parado en una esquina se ve perfectamente ese origen indígena”, sostuvo.

En conjunto estas características marcan unas formas de comportamiento en las mujeres, que tienen más salero, son más vanidosas, con un contonear al caminar, les encanta ponerse aretes grandes, tienen una serie de características culturales heredadas de las españolas.

Entonces esa es una herencia muy marcada en nuestra región; hombre muy indígenas y mujeres con sello español.

Recuadro:: Orígenes de las cabañuelas 

En el norte de España se utiliza un sistema similar llamado témporas, mientras que en Extremadura se denomina canícula, derivada del latín canis (perro) aludiendo a la constelación Canis Maior, cuya estrella Sirius coincidía en su orto helíaco con la época más calurosa del año.

Según parece, la palabra cabañuelas proviene de la festividad judía de los Tabernáculos. En un documento de Toledo del año 1020, se menciona que los judíos colgaban cien cabañuelas en su barrio en memoria de los años que pasó el pueblo judío vagando por el desierto del Sinaí.  Como en esta festividad judía se realizan ritos referentes a la predicción meteorológica, el término adoptó ese significado. 

Por otro lado, la palabra témporas tiene la misma raíz latina que tiempo. También es un término de predicciones a largo plazo, pero se realiza por estaciones del año.

Los cultivadores son los que viven pendientes del cambio climático

Habrá que diferenciar entre pronósticos y predicciones

Pronóstico y predicción: mientras la predicción se emplea en fenómenos con certeza de ocurrencia, como en el caso de los eclipses, donde la regularidad del movimiento de los cuerpos celestes lo permite, el pronóstico es una estimación de un fenómeno en situaciones de incertidumbre, como en el caso del clima o en el de los sismos y las erupciones volcánicas. Incluso, en el clima, hay diferencia en la confiabilidad del pronóstico según sea a corto, mediano o largo plazo (horas, días o meses).

Ámbito geográfico 

No en todos los puntos de la Tierra se utilizan los mismos días para realizar el pronóstico (por ejemplo, en América del Sur y en México el vaticinio se hace en el mes de enero, los hindúes lo hacen a mitad de invierno, etc.). Tampoco se ha hecho de la misma manera con el transcurrir de los tiempos, y cada cultura tiene su método. Así mismo, el ámbito de aplicación de un determinado método es pequeño, no se extiende más allá de unos 80 kilómetros, métodos y predicciones diferentes según las regiones.

Para predecir el fenómeno atmosférico, el experto se basa en indicadores como las formas de las nubes, la dirección del viento, las características del Sol, la Luna, las estrellas, la niebla, el rocío de la mañana, el arco iris o el granizo, por mencionar algunos. El comportamiento de los animales también es utilizado como pronóstico de lluvia; así tenemos la aparición de hormigas aladas, el orejeo de las mulas, que los palomos se bañen, el gato lavándose la cara, el gallo que cante de día (posible cambio de tiempo), o gatos que corren y saltan (señal de viento). Aunque pareciera inviable, las personas también tenían que ver con el pronóstico: si alguien tuviera picor o le doliera una antigua cicatriz, indicaría un posible cambio de tiempo. Signos de lluvia podrían ser los crujidos y sonidos de muebles, el hollín que cae de la chimenea, olor de los desagües, siembra «retorcida», humedad en las baldosas de las habitaciones, el sarmiento que «llora» estando seco, etc.

En España, el experto en cabañuelas, que suele ser por costumbre una «persona del campo» (labriego o pastor), en principio solo recurre a la observación de los primeros 24 días de agosto de cada año durante su transcurso para pronosticar qué tiempo será el que se disfrutará en los próximos doce meses, siendo los primeros doce días pronósticos de los meses en orden numérico ascendente (1=agosto; 2=septiembre, etc.) y los segundos doce días pronostica los meses en orden numérico descendente (13=julio; 14=junio; etc.), siendo conocidos estos últimos días como las retornadas.

América Central, México y Colombia

Del día 1 al 12 de enero de cada año se cuentan los meses en orden ascendente, es decir, empezando por enero, y del día 13 al día 24 de enero de cada año se cuentan los meses en orden descendente, es decir, empezando por diciembre.

En Costa Rica se se le llama pintas a esta actividad folclórica, pero usualmente tomando sólo los primeros doce días del mes de enero, mientras que cabañuelas es como se llama a lluvias fuera de lugar en medio de la estación seca en febrero.

El Huila es un departamento con vocación agrícola 

 Opines – recuadro

Gentil Arias, educador; desde tiempos de los abuelos a principios de año le ponemos cuidado a esta tradición que, aunque no tiene bases científicas, si les funcionó a ellos para saber cuándo sembrar y cuando cosechar. En eso pasa como con las brujas no hay que creer en ellas, pero que las hay las hay.

 Anselmo Perdomo, agricultor: Todavía le ponemos cuidado a la tradición, que ha funcionado durante años. En estos tiempos es más difícil porque normalmente son inviernos y veranos prolongados, los que debemos afrontar.

 Ana Macias- educadora: Desde que recuerdo en la finca de los abuelos, escuché por primera vez a los labriegos que le ayudaban a mi abuelo en el cultivo de arroz, hablar de esta tradición. Ahora los contradice el Ideam que a veces se equivoca, dicen que va a llover y hace sol o lo contrario.

Rosario Trejos- administradora: Por tradición familiar, no niego mis orígenes campesinos, he sabido de las cabañuelas que marcan la tendencia del clima en cada uno de los meses del año de acuerdo con el comportamiento meteorológico de los primeros 24 días de enero.

Lo cierto es que con cabañuelas o sin ellas, todos estamos atentos al comportamiento del clima durante el año. Mas quienes se dedican a la agricultura que dependen del comportamiento del clima para poner a andar sus cosechas.

En estos tiempos modernos la tendencia es hacia la tecnología con lo que se suman otros elementos para poder tener cultivos productivos a costos razonables. Adicional se tienen que enfrentar al llamado cambio climático que es una realidad con fenómenos de la niña o del niño que significan inviernos y veranos prolongados.

En términos generales para los cultivadores lo del clima es fundamental por la cantidad de agua que requieren durante el periodo de siembra, cultivo y recolección.

Finalmente, como simples observadores de acuerdo a como se está comportando el clima en estos primeros días de enero, todo parece indicar que este será otro año de mucho invierno.

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