No cesan los escándalos de la administración del presidente Petro. Pasa una y a la siguiente semana le estalla otra. Desafortunamente el escándalo que actualmente tiene en jaque a la Jefe de Gabinete Laura Sarabia y al embajador de Colombia en Venezuela Armando Benedetti, por las chuzadas que se autorizaron desde el alto gobierno, así no lo quieran admitir, pero que sucedieron al interior del Palacio de Nariño. Es risible la respuesta gubernamental, pero cada las pruebas que ha venido recaudando la Fiscalía General de la Nación y la Procuraduría General de la Nación, demuestran taxativamente que estos hechos delincuenciales ocurrieron en dichas instalaciones, donde funciona el poder central del ejecutivo. Hemos vuelto a la época que vivió la sociedad colombiana, desde hace dos décadas, que se constituyeron en una página negra de la historia de la República. Ahora volvemos a vivirlas.
A pesar, que al principio no le pusieron mucho cuidado a la publicación de la Revista Semana, en su edición anterior, el escándalo se les volvió el peor viacrucis que haya soportado el gobierno nacional, desde que asumió el poder el pasado 7 de agosto. Es reprochable la actitud de la exministra de agricultura, Clara López, al tratar de manera despectiva y humillante a la niñera de Laura Saravia, como como una “sirvienta”, pues ella, fue la generó el principal dolor de cabeza de los interminables escándalos que ha presentado el gobierno de Petro en menos de 11 meses. De nada ha servido la arrogancia, la vanidad y la soberbia como se está manejando el actuar estatal, para sacar adelante las promesas electorales que se ofrecieron durante el periodo electoral. Por tal motivo, el presidente Gustavo Petro se vio obligado a retirar del gobierno a Laura Sarabia, quien era su jefa de Gabinete, y Armando Benedetti, quien era el embajador de Colombia en Venezuela. Lo anterior tras el escándalo por el caso de Marelbys Meza, la exniñera de Sarabia, quien fue sometida a una prueba de polígrafo en enero en medio de la investigación por un robo de 7.000 dólares que estaban en casa de la ex jefa de Despacho.
La inseguridad, el creciente desbordamiento de la anarquía y el orden público que cada vez se le escapa de las manos al ejecutivo, taponamientos, incineración de vehículos, extorsiones, incremento del reclutamiento de menores, aumento de área cultivada de coca y marihuana, aumento de la desconfianza empresarial, pauperización de las familias colombianas, son entre otros flagelos que están provocando una pérdida de la credibilidad gubernamental, por parte de la sociedad colombiana. Cada vez es más palpable la ingobernabilidad que se está presentando. El trámite de las Petro reformas es incierto en los trámites legislativos. Cada día se demuestra la incapacidad y la ineptitud del gobierno nacional, para atender las problemáticas sociales y económicas que presentan las familias colombianas.
