La sociedad colombiana no puede desistir de buscar la anhelada paz total propuesta por el presidente Gustavo Petro Urrego. Desde que se posesionó el pasado 7 de agosto, se empezaron a generar grandes expectativas para lograr un proceso desacelerador de la violencia irracional que durante décadas han padecido algunas regiones del país. Las sanas intenciones del primer mandatario de los colombianos de buscar la paz total, está en vilo por la continuidad de las masacres que cada vez son más intensas. En solo 106 días van más de 30 masacres y en lo que va corrido del año van 282, lo cual está provocando un estado de incertidumbre cuando se presentan estos hechos violentos. Los videos que circulan en las redes sociales de la forma como fueron trasladados los 18 cadáveres de guerrilleros en una volqueta y luego botados como material de playa en una zona rural del municipio de Puerto Guzmán en Putumayo, demuestra la irracionalidad como la vida misma, ha perdido valor y el respeto, todo por el negocio de la coca en esta región.
Cerca de cinco grupos armados, se disputan este territorio, que se ha convertido propicio para los cultivos y negocios de sustancias sicoactivas. El narcotráfico es el principal detonante para fortalecer a estas organizaciones delincuencias, que a sangre y fuego se disputan este veneno para la especie humana. Por este motivo es inconcebible y absurdo que el gobierno nacional, pretenda su legalización, mientras la comunidad internacional, intensifica su accionar para contrarrestarlo. Por este motivo, es importante que se fortalezcan a las fuerzas militares y a la fuerza pública, para seguir luchando contra estos grupos subversivos.
Igual situación se siguen presentando en algunos municipios de los departamentos del Cauca, Nariño, Norte de Santander, Chocó, Caquetá y otros territorios, donde se está presentando un aumento exponencial de las áreas cultivas de coca y marihuana. En estas zonas diariamente se están presentando masacres de personas que se encuentran participando de estos negocios ilícitos. Los asesinatos atroces que se han registrado llaman a una acción común contra el crimen.
Igualmente celebramos que se reinicien los diálogos con el ELN en Venezuela. De acuerdo con inteligencia del ejército, esta agrupación subversiva, posee 5.397 integrantes de los cuales 2.587 están en armas, 2.653 son los llamados milicianos y los 157 restantes hacen parte del Frente de Guerra Urbano Nacional. Se encuentran en un 18 % del país. No es la misma magnitud que tenían las Farc cuando hubo los diálogos, pero siguen teniendo una presencia importante y amenazante para la estabilidad nacional. Hay que cuidar que un eventual acuerdo garantice que no se creen nuevas disidencias en el país. Lo anterior puede contribuir al sueño de las familias colombianas para tener tranquilidad y obtener la paz nacional.
