Diario del Huila

Leer y no leer

Ago 21, 2021

Diario del Huila Inicio 5 Opinión 5 Leer y no leer

Cuando Emma Bovary se traga el arsénico, Anna Karenina se arroja al tren y Julián Sorel sube al patíbulo, y cuando, en El Sur, el urbano doctor Juan Dahlmann sale de aquella pulpería de la pampa a enfrentarse al cuchillo de un matón, o advertimos que todos los pobladores de Comala, el pueblo de Pedro Páramo, están muertos, el estremecimiento es semejante en el lector que adora a Buda, Confucio, Cristo, Alá o es un agnóstico, vista saco y corbata, chilaba, kimono o bombachas.

La literatura crea una fraternidad dentro de la diversidad humana y eclipsa las fronteras que erigen entre hombres y mujeres la ignorancia, las ideologías, las religiones, los idiomas y la estupidez, tal cual como lo relata el nobel peruano Mario Vargas Llosa.

Claro, que a pesar de la importancia de la lectura, y de acuerdo con la UNESCO, de los 7.8 billones de personas que habitamos el planeta, solamente 1,160 millones tienen acceso a una educación formal en sus diferentes grados, niveles y modalidades; mientras que en contraste, 876 millones de jóvenes y adultos son considerados analfabetos, y 113 millones de niños en edad escolar se encuentran fuera de las aulas de las escuelas por diversas circunstancias.

Ante este panorama mundial, caracterizado por la pobreza extrema, la inequidad y la falta de oportunidades para acceder a una educación digna, para aspirar a una vida mejor, diversos organismos internacionales como la UNESCO, el BID, el Banco Mundial y la CEPAL, han señalado que en los nuevos escenarios mundiales dominados por la globalización, la competitividad, la alta tecnología y la información, la educación y la lectura, se constituyen en los pilares estratégicos del desarrollo de las naciones y por consiguiente, en una mejor posibilidad de mejorar la calidad de vida.

Quizás por eso cuando hablamos de desarrollo de un país, asumimos inmediata y dócilmente que nos referimos al desarrollo económico, el cual es medido por factores como los niveles de industrialización, los ingresos per cápita y por el producto interno bruto de los países.

Ahora bien, si se hiciera el ejercicio de medir el desarrollo de los países por su riqueza cultural, por su capacidad de hacer preguntas nuevas e indagar respuestas que no estén en los manuales; o por su variedad de músicas, danzas y comidas; por sus formas de amar, de credos religiosos; o por su forma de concebir y vivir la libertad.  Posiblemente, muchos países en vías de desarrollo estarían encabezando los primeros lugares. 

Y es que en este sentido, estoy convencido de que una formación con una fuerte dosis de lectura trae consigo el verdadero desarrollo social, cultural y económico. Pues no debemos concebir el desarrollo sin libertad. Y no me refiero a libertad únicamente ante las leyes, sino la libertad real, la que implica ser libre de comer, ser libre de tener atención médica, ser libre de tener una vivienda digna.  Por ejemplo, no es libre al interior de una sociedad, quien no tiene las necesidades básicas de sobrevivencia solucionada.

Tal vez te gustaría leer esto

Abrir chat
1
¿Necesitas ayuda?
Hola, bienvenido(a) al Diario del Huila
¿En qué podemos ayudarte?