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Licencia de conducción, con triquiñuelas a todo costo

Ene 23, 2021

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DIARIO DEL HUILA, NEIVA

Por: Rolando Monje Gómez

El esposo de Luz Marina Garzón era un pensionado de 68 años que en los últimos años se dedicaba a pasar el tiempo, visitar a familiares y amigos. Todas las tardes salía de su al norte de Neiva, a realizar el programa del día. Un día normal de agosto de 2019, se desplazaba desde su casa hacia el Centro de la ciudad, como de costumbre andaba despacio y solo.

Sin embargo, nunca pudo llegar a la cita. Un motociclista lo arrolló y le quitó la vida cuando se disponía a cruzar la calle en una esquina sobre la carrera Segunda -según relató su viuda- siempre ha sido muy peligrosa para los peatones.

La familia inició las acciones legales y pudo corroborar que el conductor de la motocicleta era un joven de 17 años, que ni siquiera contaba con los documentos que le acreditaran como un conductor con pleno conocimiento de las señales y normas de tránsito, según la información recopilada por los días del accidente.

Según el testimonio de Luz Marina, basado en las versiones de quienes atestiguaron el hecho, el joven motociclista apareció en la vía sin saber de dónde a gran velocidad y sin precaución alguna cuando su esposo apenas había dado dos pasos sobre la calle, lo impactó y “nos dicen que voló por la calle, era un conductor imprudente”, exclamó.

Los conductores jóvenes por lo general son los causantes de muchos de los accidentes que ocurren en las vías.

Los conductores jóvenes por lo general son los causantes de muchos de los accidentes que ocurren en las vías.

Han pasado casi dos años desde la partida de su esposo y su familia sigue esperando justicia. Una de las grandes moralejas en este caso, es el peligro que representan los conductores irregulares, los que obtienen una licencia sin tomar las horas de curso exigidas por la ley antes de manipular un automotor en las vías.

La Superintendencia de Transporte abrió el año anterior un total de 70 investigaciones entre los 530 Centros de Enseñanza Automovilística (CEA), habilitados por el Ministerio de Transporte en Colombia- a raíz de la entrega de licencias de conducción a estudiantes inasistentes, quienes no cumplen con las horas de instrucción exigidas legalmente para manejar un vehículo o una motocicleta. Esas aperturas derivaron en 12 sanciones, cifra idéntica a la obtenida en 2019 por la misma conducta irregular, aunque ese año, solo se abrió una investigación.

A pesar de que uno de los propósitos al habilitar el Sistema de Control y Vigilancia en Línea (Sicov), en 2017, era precisamente combatir la tasa de accidentalidad asociada a la falta de pericia y conocimiento, sin embargo, todo indica que los intentos por saltarse el tiempo de formación continúan presentándose en el territorio nacional.

De acuerdo con el superintendente, en un comparativo entre 2019 y 2020, los operadores homologados del Sicov identificaron de forma más recurrente este tipo de inconsistencias y, además, más variedades de la misma.

Con la entrada en vigencia del Sicov, las escuelas de conducción debieron reemplazar las planillas físicas en las que firmaban sus alumnos al tomar cada clase por lectores biométricos de huellas, con el fin de evitar las irregularidades en los procesos formativos y que los aspirantes se saltarán las horas de instrucción y adelantaban firmas en planillas futuras. A partir de ese año a todas la escuelas se les exigió formar a los aspirantes a través de clases teóricas y prácticas, algo que no pasaba antes de esa fecha.

De acuerdo a las investigaciones de la Superintendencia de Transporte, las huellas dactilares se están estampando en parafina para así certificar a los aspirantes inasistentes, y burlar los dispositivos biométricos.

Con este tipo de acciones se incrementa la accidentalidad en las vías del país y esas personas se exponen, por haber entregado sus huellas, a que éstas puedan ser usadas para otras conductas fraudulentas, sin mencionar el peligro latente en las vías por causa de un novato sin verdaderas bases de conducción, indicó la Superintendencia.

El 40 % de los 180.373 accidentes en las vías del país presentados en 2019, involucraron a conductores ‘novatos’, con licencias con una antigüedad menor de tres años confirmó la Agencia Nacional de Seguridad Vial.

En 2020 fueron bajadas del Registro Único de Tránsito, RUNT, cerca de 2.000 licencias que fueron otorgadas. Así mismo la Superintendencia de Transporte confirmó que en el país hay 700 centros de enseñanza, de los cuales el año anterior, se generaron más de 260.000 certificados de actitud para obtener la licencia de conducción.

Las personas que accedan a una licencia deben tener el desarrollo de las competencias necesarias para que sean corresponsables en su comportamiento en las vías, al igual que con las destrezas y habilidades para conducir un vehículo motorizado.

Colombia ha delegado la capacitación y la expedición de certificados en los CEA, por ello esas escuelas deben garantizar la correcta formación de los aspirantes a conducir en cualquiera de las categorías existentes.

Prueba teórica y práctica

La Agencia Nacional de Seguridad Vial considera que definitivamente es necesario que el Estado implemente la prueba teórica y práctica para quienes quieren acceder a una licencia de conducción. Un examen estatal orientado a corroborar las verdaderas capacidades de un aspirante antes de obtener el pase.

Lamentablemente, no todo el mundo está a favor de las normas y son muchas las personas, especialmente los jóvenes, que llegan con ese apego al viejo sistema, cuando la licencia se expedía solo al entregar el dinero.

Cuando esto sucede estamos en riesgo todos, tanto las personas que conducen como quienes estamos afuera. Por eso, es necesario que las escuelas cuenten con mecanismos de control por parte del Ministerio de Transporte, la Superintendencia de Transporte y las autoridades locales.

Los alumnos que incurren en estas irregularidades pueden perder su dinero porque al final solo les estregan una lámina que no se verá reflejada ante el Ministerio de Transporte ni en el Registro Único Nacional de Tránsito (Runt), en donde se tiene la validez completa sobre la licencia de conducción.

El conocimiento compartido durante el proceso de formación es vital para evitar los “conductores de papel”, aquellos con una certificación, pero que incurren en imprudencias por desconocer las señales y el Código Nacional de Tránsito.

La Superintendencia de Transporte aseveró que “está desplegando como estrategia el fortalecimiento del Sicov, de acuerdo con la Ley 2050 de 2020”, para controlar así a los CEA que certifican irregularmente.

Mientras las cosas sigan así, casos como los del esposo de Luz Marina serán ‘pan de cada día’ y los conductores irregulares, campantes en las vías.

RECUADRO 1

Formación de conductores

La resolución 3245 del 21 de julio de 2009 estipula que la formación de conductores debe llevarse a cabo en tres módulos que tocan temas básicos como: dominio técnico en el manejo del automotor; supervisión, comprobación y control técnico-mecánico de la máquina, entre otros tópicos elementales.

Respecto a la intensidad horaria de la capacitación, dependiendo de la categoría de la licencia, se dispone lo siguiente: A1 (36 horas de formación, A2 (43 horas), B1 (50 horas), C1 (65 horas).

RECUADRO 2

Otras prácticas

Hay escuelas de enseñanza en el país donde la Policía de Tránsito y Transporte ha venido detectando, desde los últimos dos años a instructores de manejo que ‘se levantan de sus tumbas’ para certificar que un alumno está capacitado en estar frente a un volante.

Además de estas suplantaciones con firmas de los finados, la parafina y la goma se han vuelto útiles para que quienes se volvían ‘alumnos’ interesados en obtener de sus licencias de conducción, pero solo acudiendo apenas el primer día de las clases y luego no volvían durante 15 días para al final regresar, pero para recoger la licencia de conducción.

Las autoridades y la Superintendencia de Transporte han venido impulsando una ofensiva para ponerle freno a sitios que funcionan como escuelas, con permisos legales, pero que a la hora de sustentar las clases a estudiantes con instructores calificados quedan en entredicho.

Según la Policía de Tránsito y Transporte, más de 2.000 personas en 2020 han sido alumnos con licencias irregulares, porque estuvieron ausentes y no utilizaron vehículos de enseñanza para sus prácticas antes de obtener los pases. Sin embargo, estas personas recibieron sus licencias y no se habrían ubicado para verificar si cuentan con los conocimientos idóneos y el manejo responsable de automotores.

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