Está demostrado que cuando un gobernante empieza a estructurar su accionar gubernamental, soportado en una serie de expectativas que durante la campaña electoral prometió para obtener las mayorías, que lo catapultaron para llegar a la cúspide, que les ha permitido ocupar el primer cargo administrativo de la Nación. Pero una vez, posesionado se empieza a dar cuenta que la plataforma de gobierno que inscribió ante la Registraduría Nacional, no puede cumplirlo por factores exógenos y endógenos que le impiden sacar adelante su propuesta de trabajo.
Esta situación la ha estado viviendo el presidente de la República, Iván Duque Márquez que junto a su equipo de trabajo no ha podido cumplir con los planes y programas esbozados en su Plan Nacional de Desarrollo. La pandemia del Covid, el creciente conflicto interno que se viene presentando en algunas regiones del país, el creciente déficit fiscal que tiene colapsado las finanzas públicas nacionales, la polarización política, los escándalos de corrupción en las altas esferas del Estado, la aplicación incoherente de los instrumentos de la política económica, protestas sociales y la reforma tributaria, entre otros, factores que están haciendo metástasis en el bienestar general de las familias colombianas.
Todo lo anterior está siendo aprovechado por los sectores de oposición, que cada vez se ven fortalecidos para liderar las encuestas presidenciales que están ubicando una decadente imagen del primer mandatario de los colombianos, en los diferentes sondeos de opinión, que se han venido difundiendo en los medios de comunicación y en las redes sociales. Han llegado a tal extremo, que todos los columnistas, editorialistas, gremios de la producción, academia, organizaciones comunitarias y todas las expresiones de opinión están contribuyendo significativamente en este proceso decadente del nivel de aceptación del presente gobierno y del movimiento Político Centro Democrático, que por su accionar van en contravía del mejoramiento del bienestar general de los colombianos.
En mi columna anterior, expresé la inconveniencia de la presentación de la Reforma Tributaria a consideración del Congreso de la República. Más del 90% de la opinión pública del país, en algunos sondeos de opinión que se han vuelto virales en las redes sociales, coinciden que el Proyecto de Ley que busca modificar la estructura tributaria de toda la sociedad colombiana, es el peor error histórico que puede cometer un gobierno en medio de la más profunda crisis social y económica, que están presentando las familias colombianas por la pandemia del Covid. Me he puesto a leer de manera juiciosa, todas las publicaciones, columnas de opinión, expresiones de los gremios económicos y editoriales de los diferentes medios de comunicación del país sobre esta iniciativa alcabalera. Todos y absolutamente todos, rechazan de plano este esperpento de Proyecto de Ley que ha presentado el Ministro de Hacienda a consideración del Congreso de la República.
Por tal motivo, me permito inferir que esta lesiva reforma a la estructura tributaria del país se ha convertido en el punto detonante del inconformismo ciudadano que ha generado una convocatoria de un paro general a nivel nacional el próximo miércoles 28 de abril. Inclusive se empieza a generar un rechazo de algunos sectores políticos afectos al gobierno nacional, creando un ambiente adverso dentro del legislativo para aprobar este esperpento de iniciativa de Ley.
Considero que existen nuevos mecanismos para superar este duro déficit fiscal que atraviesan las finanzas públicas dentro del contexto nacional. Debemos ir en contravía de la ortodoxia monetarista, de la cual se han especializado algunos miembros del gabinete ministerial. Se deben buscar nuevas alternativas para subsanar este déficit fiscal que presentan las finanzas públicas del gobierno nacional. Hay que adoptar medidas severas para combatir la evasión, la elusión, eliminar las exenciones tributarias a los conglomerados económicos y disminuir los gastos de funcionamiento a través de la reducción del tamaño del Estado. Inclusive algunos expertos económicos han planteado una idea descabellada para los ortodoxos monetaristas. ¿Por qué no se explora la posibilidad de emitir dinero? Lo han realizado en otrora, los Estados Unidos y la Unión Europea, con el fin de superar las crisis fiscales profundas que han tenido durante las últimas décadas.
Lo que debe primar, ante todo, es el bienestar de todas familias colombianas y no ahondar más la tragedia social y económica en que se encuentran sumidas. Hay que bajarles el vapor a todas las expresiones de inconformismo. Con su actuar gubernamental, el gobierno nacional se ha convertido de manera inconsciente, en los jefes de debate de los candidatos presidenciales Gustavo Petro y Sergio Fajardo, como lo infieren las recientes encuestas.
Esperamos conocer la decisión que asumirán los ocho congresistas huilenses frente a esta nefasta reforma tributaria. Necesitamos conocer su posición: La votan afirmativa o negativamente. Sin titubeos. Sin distractores. Es urgente conocer su decisión. Se acercan las elecciones y las familias están ansiosas de conocer su intencionalidad de su voto en el Congreso de la República.
