A raíz de la pandemia surgió desde el año anterior la iniciativa del Gobierno Nacional de Matrícula Cero, con el fin de ayudar al ingreso y permanencia de los estudiantes de estratos 1, 2 y 3 en la universidad pública, dando una respuesta de esta forma a la difícil situación económica de las familias producto de la crisis sanitaria. El objetivo de la administración Duque es dejar financiado este programa hasta 2022, y esperar que el siguiente mandatario le dé continuidad.
Matrícula Cero se suma a otros beneficios que los últimos Gobiernos han puesto a disposición de los jóvenes de menores recursos económicos para acceder a la universidad, como fue ‘Ser Pilo Paga’ en el gobierno Santos, que permitió a cerca de 40 mil personas ingresar a las mejores universidades del país, públicas y privadas, financiando el Estado toda su carrera.
La administración Duque le dio continuidad a ‘Ser Pilo Paga’, y con algunos ajustes pasó a denominarse Generación E.
Según el Ministerio de Educación “la Matrícula Cero beneficiará a cerca de 695 mil jóvenes de estratos 1, 2 y 3 en todo Colombia, que representan el 97% de los estudiantes de pregrado de las Instituciones de Educación Superior para los periodos académicos correspondientes al segundo semestre de 2021 y 2022, y se avanza en una propuesta para convertir esta iniciativa en una política de Estado que perdure en el tiempo”.
Pero frente a Matrícula Cero surgen interrogantes acerca de qué otros impactos podría tener en la educación superior y tecnológica en Colombia, más allá del pago de la matrícula, que por sí sola ya es una ayuda importante para las familias de menos recursos económicos. Por ejemplo en aspectos como incentivar el ingreso a la universidad, pues muchos jóvenes al culminar la secundaria ven complicado por falta de dinero seguir con su formación, y prefieren buscar algún trabajo.
De igual forma, cabe preguntarse si Matrícula Cero servirá para reducir la deserción en la universidad pública.
Hernán Olano, rector de la Institución Universitaria Colegios de Colombia (Unicoc), dijo: “lo que ocurre es que no hay cupo suficientes en las universidades públicas para el proceso de absorción del estudiantado que se vaya a presentar, lo que tiene que considerar el Gobierno, a través del Ministerio de Educación, es que instituciones de educación superior (privadas) que tienen el perfil para recibir estudiantes en esos estratos pudieran ser beneficiarios del costo de la matrícula cero para esos estudiantes, a través de mecanismos distintos a los de generación E, que reemplazó ser Pilo Paga”.
Agregó Olano que, por ejemplo, en la institución que dirige hay estudiantes que no lograron ingresar a la universidad pública, no obstante haberse presentado, pero encuentran dificultades para su permanencia a pesar de contar con precréditos sin codeudor, entre otros con el Icetex.
Añadió que “si las universidades privadas no tenemos también el apoyo del Gobierno para que financie la educación de estudiantes en las carreras en las cuales no tienen cupo suficientes en la Nacional, en la Pedagógica, en la Distrital, en el Mayor de Cundinamarca, en la Universidad de Cundinamarca, para hablar de esas cinco universidades de Bogotá, pues también la crisis va a ser mucho más grande porque las universidades privadas sí tienen que seguir sobrellevando la carga y además cumplir con el principio de sostenibilidad, que el Decreto 1330 le impone a esas instituciones”.
Hablando del tema de la deserción en la universidad, Olano dijo que adicional a la matrícula hay otros costos que también influyen para que los estudiantes muchas veces dejen a la deriva su carrera, como son transporte, alimentación, conectividad y material pedagógico.
Por su parte Obdulio Velásquez, expresidente de Ascun y exrector de la Universidad de la Sabana, consideró que son positivas todas las “estrategias que haga la sociedad colombiana, no solamente el Gobierno, podría ser el sector privado, el sector público y la coordinación de todas las formas y posibilidades de facilitar el acceso a la educación superior es una estrategia ganadora».
Destacó estrategias como el fortalecimiento del Icetex, líneas de crédito blandas, «la Matrícula Cero como una opción de estudiantes de muy escasos recursos”.
Más voces
Moisés Wasserman, quien fue rector de la Universidad Nacional, dijo “creo que se trata de un proyecto muy importante por el que habían luchado los estudiantes. Me parece que este proyecto, que aunque no lo conozco y tiene que pasar primero por el Congreso de la República, servirá para que un grupo importante de estudiantes que no han podido ingresar a la universidad pública puedan hacerlo. Sin duda, va a ayudar mucho”.
Sin embargo, anotó, “me parece que se queda corto frente a las expectativas que hay de tantos jóvenes que quieren estudiar para buscar mejores oportunidades laborales. Hay que recordar que la universidad pública tiene una capacidad muy limitada”.
Por ello, acotó “me parece que más adelante el Gobierno tendrá que buscar otras formas de beneficios, por ejemplo, en la universidad privada, pero hay que esperar a ver qué decide el Congreso de la República”.
Por su parte Jénnifer Pedraza, líder estudiantil y miembro de la Mesa Nacional de Negociación, dijo: “Lo primero que debe aclarar el Gobierno es de dónde saldrán los recursos anunciados y qué criterio de focalización se está utilizando. El Gobierno asegura que destinará $700 mil millones para Matrícula Cero para cubrir la matrícula de 695 mil estudiantes. El anuncio no aclara qué proporción de estos recursos provendrán del Presupuesto General de la Nación y cuánto tendrán que poner los entes territoriales y las instituciones educativas, que son quienes han cargado con la mayor parte de la financiación del programa”.
Agregó la líder estudiantil que “el Gobierno le ha mentido al país sobre este asunto haciendo creer que la totalidad de esa inversión se ha dado con recursos nuevos a raíz de la pandemia. No es cierto que haya garantizado $979 mil millones a Matrícula Cero el semestre pasado como afirmó el Ministerio, porque dichos recursos provienen de programas como Generación E, Jóvenes en Acción y otros ($798.280 millones), que estaban destinados desde antes de la pandemia y no resuelven las necesidades nuevas”.
Afirmó Pedraza que el Gobierno Duque destinó en 2020 $97.500 millones a 63 Instituciones, menos del 12% de lo requerido para garantizar Matrícula Cero a todos los estudiantes en todas las IES Públicas. El restante, dijo, tuvieron que asumirlo las Entidades Territoriales ($83.590 millones) y las propias IES.
Agregó que en el caso de la Universidad Nacional, recibió del Gobierno $5.200 millones para el programa y tuvo que poner de sus propios recursos $3.200 millones. “La situación en la Universidad de Antioquia fue más grave: se vio obligada a aportar de recursos propios más de 5 veces lo aportado por el Gobierno Nacional”, aseguró la líder estudiantil.
Agregó que según el SUE (Sistema de Universidades Estatales u Oficiales), el 93% de los estudiantes viven en estratos 1, 2 y 3. “Haciendo estimaciones con las cifras del Ministerio y asumiendo que el programa actual cubra a todos los estratos 1, 2 y 3, serían aproximadamente 661.000 de los 776.444 estudiantes de las IES públicas. Con la política vigente, se quedarían por fuera del programa de Matrícula Cero 43.185 estudiantes de posgrado en universidades y otros 72.259 que incluyen posgrado de las ITTU y estratos 4, 5 y 6 de pregrado”, concluyó.
