Diario del Huila

‘Mi gusto y mi sensibilidad por el arte no es negociable’

Sep 25, 2021

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DIARIO DEL HUILA, MUY PERSONAL

Por: Rolando Monje Gómez

Fotografías: Tatiana Ramírez

Aunque nació en Aipe, por casualidad, fue en Gigante donde vivió sus primeros 16 años. De ese municipio tiene los mejores recuerdos de su vida en familia, sus amigos. En Neiva estudió en la Usco y desde allí se proyectó hacia una vida que ha estado ligada a la administración y a la cultura, dos áreas que como una sola hacen parte de toda su trayectoria vivida.

“Mi madre, Teresa García Gómez, parecía una versión femenina de Leonardo Da Vinci, era maestra, líder comunitaria, política llegó a ser concejal de Gigante, gran oradora, enfermera, sabía mucho de medicina tradicional y partera, varios de nuestros hijos nacieron en sus manos, entre otros muchos dones que poseía”.

Esta es la descripción que hace de su madre, Gerardo Aldana García, quien sin buscarlo, por las cosas que se le han cruzado en el camino ha seguido los pasos de ella, por las múltiples facetas que ha desarrollado en su vida.

Aunque estudió administración de empresas en la Universidad Surcolombiana, se graduó en 1994, y adelantó una especialización en gerencia de mercadeo estratégico en la Universidad del Valle su trajinar profesional ha estado fusionado entre la administración y el mundo del arte y la cultura.

Nació en Aipe, pero creció en Gigante Huila, en un hogar de seis hermanos, él es el cuarto en la lista. Su padre José Vicente Aldana Narváez, era un hombre dedicado a la ganadería y al agro. “Cultivaba arroz, sorgo, ajonjolí por los lados de Aipe y un poco yendo hacía el Tolima, ya radicado en el Huila se dedicó a la producción de café y de ganado en el sector de Potrerillos, más exactamente en la vereda El Garrucho, en la finca La Cuchilla, que fue donde crecimos”, manifiesta Gerardo.

“Mi vida con mis hermanos era muy bacana. Teníamos una casa que quedaba a dos kilómetros de Gigante, en todo el cruce que da para la Normal de señoritas, donde estudiaban mis hermanas. Era una casa que tenía la proximidad de estar entre lo urbano y lo rural. Ese vecindario se llamaba Pueblo Nuevo, lleno de jóvenes de nuestra edad”, recuerda.

Afirma que “fue una vida muy rica de camaradería, de surcar los potreros, ir de pesca, escuchar los cuentos de mi madre, íbamos a traer leña, nos bañábamos en los ríos, esos recuerdos los tengo vivos y vívidos porque me marcaron definitivamente, recuerdo los colores de la naturaleza, hasta la cara de mis amigos”.

Rumbo a Neiva

En Gigante vivió hasta los 16 años donde estudió en el Instituto Técnico Agrícola ‘José Miguel Montalvo’, hoy a sus 53 años recuerda que sus padres, cuando los hijos empezaron a salir del bachillerato, su madre motivó a su padre para venirse a Neiva para estar cerca de la universidad.

“En el 94 me gradué en administración de empresas y estaba vinculado al Comité de Cafeteros, venía de un colegio agrícola. Estuve trabajando en algunas instituciones del sector y al graduarme creamos una empresa para prestar servicios de asesoría en administración e ingeniería, y Jaime Lozada, como gobernador me nombró en el Instituto Huilense de Cultura como subdirector administrativo y financiero, al lado de Olmo Guillermo Liévano, y ahí arranqué con el tema cultural”, comenta.

Sus primeros pasos

Inicialmente era una función administrativa, pero por los pasillos del Instituto se encontraba con los gestores culturales a los que admira. “Me voy metiendo en eso, hasta que se da una reestructuración y tengo la oportunidad de desempeñar funciones como coordinador Departamental de Turismo, de coordinador de Cooperación Internacional, donde logramos que más de 250 cultores del Huila pudieran viajar a diferentes países y otros 50 artistas de otros países visitaran la ciudad de Neiva”.

Como coordinador de Artesanías su propósito era legitimar la dignidad del artesano, que se le diera el verdadero valor a cada uno de ellos y eso quedó consignado en una de mis obras ‘Vida y sueños de los artesanos huilenses’, 34 historias dedicadas a estas personas extraordinarias. También les dedicó ‘Cómo ser artesano con éxito, estrategias de mercadeo’. Ha escrito cinco libros, se adentrado en la poesía y hoy está escribiendo una novela.

Gerardo hoy se encuentra en la Secretaría de Agricultura y Minería donde está al frente de organizar la parte comercial. “En esta nueva etapa tengo que ver con temas muy pragmáticos, pragmatismo que al arte algunas veces le hace falta, muchas veces”, señala.

Considera que toda esa mezcla le ha aportado mucho a su vida, donde se ha nutrido de las experiencias y que le han permitido servir a los cultores. “Nunca había pensado dedicarme a la poesía cuando estudiaba, sin embargo mi madre casi que nos obligaba a declamar. Hoy en mi casa se respira este ambiente”, comenta.

Vida en familia

Gerardo vive en La Ulloa, municipio de Rivera, junto a su esposa Olga Lucía Díaz Escobar con quien tiene tres hijos, dos hombres y una mujer. Recuerda que cuando conoció a su esposa le comentó a su madre: “Hoy he visto una mujer que si aceptara casarse conmigo lo haría”, y así fue.

Ella es artista, pinta y administra un negocio familiar y su vida sigue muy ligada al campo y al mundo del arte. “Mi gusto y sensibilidad por el arte no es negociable”, afirma.

Solidario, amable, honesto, sincero y leal con las personas, que gusta siempre viajar en familia. Su mayor deseo es pronto poder romper la dependencia del salario, “me gustaría irme del oficio de ser servidor público y cortar el régimen del horario y dedicarme a escribir, viajar, acompañar a mi esposa en lo que pinta, a sus exposiciones”, comenta.

Gerardo Aldana se define como una persona con una gran convicción espiritual, como un buscador, como una esencia que está en la búsqueda de cierta libertad, tarea que realiza cada uno de sus días y que se ve plasmada en las labores que desarrolla, no importa si es en la administración o en el mundo cultural, las dos hacen parte de su vida.

‘Mi gusto y mi sensibilidad por el arte no es negociable’

Gerardo Aldana García vivió en Gigante hasta los 16 años donde estudió en el Instituto Técnico Agrícola ‘José Miguel Montalvo’.

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