De acuerdo con el último estudio de Reporteros Sin Fronteras, Colombia ocupa el segundo lugar de los países más peligrosos para ejercer el periodismo en el continente. Debido a la alta exposición a la violencia que históricamente hemos tenido, especialmente en relación con la amenaza, persecución, secuestro y asesinato de periodistas, creo que hemos perdido la sensibilidad frente a este tipo de noticias. Sin embargo, considero que debemos conectar nuevamente con nuestro lado humano y buscar maneras de brindar mejores condiciones para el ejercicio del periodismo.
Además de la violencia y todo lo que la rodea, el periodismo se enfrenta a dilemas que ponen en juego elementos como la libertad, la remuneración, la exclusividad y el atractivo para futuras generaciones de periodistas. Lo voy a decir de manera franca. Considero que uno de los problemas del periodismo como carrera, es que cualquiera puede ser “periodista”. Para nadie es un secreto que en la historia huilense hemos tenido grandes periodistas que se han formado de manera empírica, pero al punto al que quiero llegar es al siguiente: ¿Cómo vamos a esperar que alguien gaste cinco años de su vida formándose para ejercer una profesión que se puede ejercer libremente?
Considero que desde el mismo gremio debería considerarse una vez más, la necesidad de contar con tarjeta profesional para el ejercicio del periodismo. Considero de la forma más respetuosa, que además de dignificar el ejercicio del periodismo, esto haría que el rigor, profesionalidad y responsabilidad, estuvieran a la altura de la alta responsabilidad que implica el periodismo. Solo recordemos que basta una noticia para inducir al pánico económico, la histeria colectiva, e incluso el prejuzgamiento y persecución de una persona. Para ponerlo en perspectiva, solo hace falta imaginar un escenario en el que el Derecho, la Ingeniería o la Medicina pudieran ser ejercidos libremente.
